Forestal Caja Bancaria diversificó sus mercados pero sigue exportando madera

Sarazola en la fábrica vietnamita de sofás hechos con madera sanducera.

Desde hace años, Forestal Caja Bancaria está trabajando en Piedras Coloradas donde plantan, cosechan e industrializan madera de pino y eucalipto, en su mayoría con destino a la exportación. Sin embargo, el director ejecutivo de la Forestal, ingeniero industrial Carlos Sarazola, dijo a EL TELEGRAFO que “el año pasado enfrentamos problemas desde que comenzó la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Esa situación seguramente repercute en forma diferente en varios rubros, pero a nosotros nos repercutió muchísimo”, y puso como ejemplo que “en 2018 el 50% de nuestras ventas iban para el mercado chino, y este año hasta setiembre China solo representó el 11% de las ventas, y el primer trimestre fue cero por ciento, y el mercado europeo también está complicado”. Esto se dio porque “cuando (el presidente estadounidense Donald) Trump puso todos esos impuestos a las importaciones de China, frenó la exportación y se volcó a otros países para producir lo mismo que vendían desde China, pero haciéndolo desde otros países que no tuvieran impuestos de Estados Unidos”, dijo el ingeniero industrial.
Forestal Caja Bancaria es una inversión de la Caja de Jubilaciones y Pensiones Bancarias que cumplió recientemente 55 años de su creación y “estamos en un proceso de industrialización de la madera de nuestros bosques. Hacemos madera aserrada que destinamos en un 90 por ciento a la exportación a diferentes mercados, y también abastecemos el mercado interno para muebles de exterior con una madera de pino preservado, que es un 10% de nuestra facturación”.
Las exportaciones de madera aserrada de pino seco para muebles de interior, como sofás, y eucalipto para muebles de exterior o de jardín, salen desde el aserradero de Piedras Coloradas, a unos 45 kilómetros al Este de la ciudad de Paysandú.

MIRANDO HACIA OTROS MERCADOS
Ante esta situación, en la empresa de la Caja Bancaria, “incrementamos la exportación a países como Arabia Saudita por el puerto de Aman, también a Estados Unidos y muchísimo a Vietnam, donde ya estábamos, pero en el último año y medio se instalaron fábricas chinas en Vietnam y la demanda es mayor porque están operando allí. Nuestro principal cliente de China –donde estuve recientemente– cuando cerramos las órdenes de compra dijeron que la mitad de la compra iba para China y la otra mitad a Vietnam. Fui a ver la fábrica en Vietnam, que tiene otro nombre, y ya habían hecho una inversión de 300 millones de dólares y estaba operando con 5.000 obreros vietnamitas más 1.500 chinos, que descansan solamente dos veces al mes porque están sobredemandados y venden más de la capacidad que tienen de hacer muebles, porque los muebles de interior que se producen en Vietnam son el 10 por ciento de lo que se produce en China. Y es tanta la cantidad de chinos que hay ahora en Vietnam, que el gobierno a partir de 2020 empieza a poner restricciones porque tienen sus normas laborales y quieren darle trabajo a los propios vietnamitas, que son más de 90 millones de personas”.
Sarazola reconoció que “está creciendo mucho y es buena cosa porque es una alternativa más, pero como la demanda general bajó, ahora somos muchos que estamos ofreciendo en el mismo lugar, por lo que los precios han bajado. Y en Piedras Coloradas seguimos manteniendo un nivel de producción del 90% de la capacidad, mientras que el año pasado fue del 100%, con precios más bajos, lo que baja la rentabilidad pero manteniendo la actividad”.

UNA INDUSTRIA CERTIFICADA
“Nuestra industria está certificada FCC cien por ciento, lo que nos da un plus importante porque es un reconocimiento internacional, y algunos clientes evalúan esa certificación como muy positiva y a veces es un requisito del comprador final de muebles, que quiere garantizar que la madera con que está hecho el mueble no tenga problemas legales ni sea por deforestación. El cien por ciento de nuestros bosques son plantados, por lo que somos sustentables”.
“Y es bueno mencionar que en todos estos momentos de crisis bastante grandes en el mundo, hay que buscar alternativas, que a veces no es muy fácil desde Paysandú para que alguien nos compre la madera y no a otro proveedor grande. Y recuerdo una frase de un amigo y consultor, el ingeniero químico Horacio Arévalo, que siempre nos enseñó que ‘más vale una buena relación que una buena razón’. Y la relación que hemos creado con los clientes, en muchos casos, nos permiten seguir manteniendo el nivel de actividad que tenemos”.

COSAS POSITIVAS Y OTRAS NO TANTO
“El Uruguay es un país que tiene muchísimas cosas positivas, como la matriz energética que se ha cambiado en los últimos años y ahora Uruguay está en el 95% de energías renovables, lo que ambientalmente es muy amigable, y con una gran capacidad ya que antes importábamos y ahora exportamos. Si bien es muy bueno, no necesariamente se ha reflejado en los costos industriales. La energía tiene dos tarifas, una para industria y otra residencial, y la industrial ahora, con el precio del dólar, está similar que en Brasil y Chile –que son competidores en nuestro rubro– y Argentina está más bajo, pero tiene un período de transición diferente. Los combustibles son bastante más caros en Uruguay que en Argentina, Brasil y Chile y hace que el costo del transporte sea más caro. En general, tenemos costos de funcionamiento más caros que nuestros vecinos”.
Sobre si esa situación complica la estabilidad de la forestal o solo es una menor ganancia, dijo que “la pérdida de rentabilidad nos hace menos eficientes, y tenemos un plan de racionalización de gastos para compensar, porque a un menor ingreso hay que gastar menos. Tratamos de ser eficientes en el equipo y en las contrataciones de cosecha y forestación. La situación nos nos hace inviables porque tenemos un volumen de trabajo importante, no pone en riesgo la empresa y somos una inversión de largo plazo”.

UN BUEN EQUIPO DE GESTIÓN
Dijo que “para mantener el nivel de producción ampliamos nuestra gama de productos y disminuimos las órdenes, que son más chicas y con productos más diversos. Por tanto, la productividad ha disminuido en este 2019. Tenemos menores ingresos por cambios del precio, menor productividad y los márgenes disminuyen. Pero tenemos la suerte de seguir funcionando, mientras otras empresas tuvieron que cerrar, porque tenemos la gran ventaja de bosques propios, en nuestra forma de trabajo administramos el recurso bosque –los árboles que otros plantaron hace años– administramos la plata que cobramos de nuestros clientes y hacemos plantaciones para las próximas generaciones, todo lo cual tratamos de hacerlo de la forma más eficiente posible, con un equipo encabezado por nuestro presidente Roberto Bavosi, el director administrativo financiero contador Mauricio Bertón y un equipo de gestión forestal-industria-administración que permite que todo funcione”.
Destacó asimismo “nuestra relación con la comunidad y la Asociación de Trabajadores de Caja Bancaria es muy buena, tenemos reuniones mensuales en las cuales le informamos de la situación, lo que es importante para ellos porque es la mano de obra. E incluso desde hace 12 años tenemos instaurado lo que llamamos ‘gimnasia laboral’. Cuando empieza el turno a las 7, comienza con 15 minutos de gimnasia, lo que para nosotros es una inversión de 5.800 horas hombre al año porque el estiramiento y la gimnasia trae beneficios en la seguridad industrial y genera otro ambiente, lo hacen con música y lo comparten”. Forestal Caja Bancaria tiene alrededor de 180 trabajadores en forma directa y otros 70 indirectos.

SALIR A BUSCAR LOS COMPRADORES
Sobre la forma de trabajo para la venta de la madera, explicó que “desde hace 11 años viajamos dos veces por año a recorrer los clientes en los países que corresponda, y estamos buscando otros mercados como Qatar, India, Indonesia, Malasia y estamos cotizando porque estamos muy concentrados en Vietnam. Y la producción es suficiente, estamos exportando entre 80 y cien contenedores mensuales” y cada contenedor de 50 pies cúbicos carga unas 26 toneladas de madera, por lo que la exportación es de unas 2.600 toneladas de madera aserrada por mes”. Explicó que el procedimiento es que “retiramos el contenedor vacío de Montevideo, lo consolidamos en Piedras Coloradas desde donde sale con un remito automático y se hace toda la documentación, exportando por el puerto de Montevideo”.
En cuanto a los costos de exportación, Sarazola dijo que “de cada 100 pesos, 35 son de costo de transporte por camión hasta el puerto de Montevideo, otros 35 son de despachante y costos portuarios y los restantes 30 son de flete marítimo”.
Sobre si probaron salir por el río y si eso bajaría los costos del transporte, dijo que “hemos salido por el puerto de Paysandú, pero la ecuación es similar, no se ahorra mucho. Nosotros apoyamos este emprendimiento, pero como exportamos a muchos puertos con distintas navieras, y a su vez los contenedores tenían que venir vacías de las navieras que teníamos. Pero Naviport, que era la empresa que venía a Paysandú, tenía convenio con otra naviera, y nosotros optimizamos y elegimos un puerto donde esa naviera fuera competitiva y probamos en ese puerto. Pero no es fácil cuando tenemos que cambiar semana a semana distintas navieras y puertos”.
En cuanto a si el ferrocarril puede cambiar esa situación al ir directo al puerto de Montevideo, dijo que “lo analizamos y no es tan fácil para lo nuestro, porque si vamos a consolidar debemos tener los contenedores vacíos, una grúa para sacar el contenedor del tren y poner otro contenedor con la carga. Y ahora se coordina y se carga en el camión y de ahí al puerto, por lo que nos da una flexibilidad grande”.
En resumen, y de forma optimista, el director ejecutivo afirmó que “estamos compitiendo en el mundo, y todo nuestro equipo como también la Asociación de Trabajadores estamos satisfechos porque desde el Interior profundo estamos exportando cien contenedores de madera al mundo”.