Hace algunos meses hacíamos referencia en esta misma página editorial a que “resulta de vital importancia una moción presentada en la Junta Departamental por el edil nacionalista Marcelo Tortorella, quien propuso la realización de un llamado a expresiones de interés para la construcción y explotación con destino a zona franca, puerto logístico fluvial y/o planta de hidrógeno verde en un predio propiedad de UTE (concretamente el padrón rural 10.050 en el Departamento de Paysandú, zona de Casa Blanca), solicitando el pase y estudio de este planteo por la comisión pertinente. De acuerdo con el edil departamental, “UTE es propietaria del citado padrón ubicado al sur de Casa Blanca con costa al río Uruguay. Dicho predio tiene una extensión de 92 hectáreas con 1.000 metros de costa sobre el río, donde además el calado natural es de 10 metros (33 pies), contando además con acceso y conectividad vial a la Ruta 3 General Artigas a la altura de paraje Cangüé. El representante nacionalista recordó que “dicho padrón fue expropiado en la década del ‘90, con el propósito de instalar allí una central eléctrica de ciclo combinado, proyecto que fue luego desestimado, quedando ese muy importante activo inmobiliario estratégico, que cuenta además con una conexión física subfluvial con Argentina para transporte de gas, que perfectamente podría aprovecharse en el proyecto de recibirse el interés de inversiones nacionales y/o extranjeras”. En esa ocasión manifestamos que la iniciativa de Tortorella no podía ser más pertinente y oportuna. Paysandú debe tener una zona franca y la misma debe estar en Casa Blanca, en el inmueble mencionado por el hoy presidente de la Junta Departamental.
Es importante tener en cuenta que “en las zonas francas puede desarrollarse cualquier tipo de actividad: comercial, industrial o de servicios y pueden ser explotadas por el Estado o particulares debidamente autorizados. Las privadas son administradas por particulares y autorizadas por el gobierno, que las supervisa y controla a través de la Dirección de Zonas Francas del Ministerio de Economía y Finanzas. Para la instalación de una Zona Franca en Uruguay es necesaria una resolución gubernamental en la que se detallan datos tales como: período de autorización de explotación, superficie ocupada por la Zona Franca, la inversión mínima que se compromete a realizar el o los explotadores y el canon que estos deben pagar, entre otros. El interesado en realizar actividades en Zona Franca deberá presentar al Poder Ejecutivo la solicitud de autorización acompañada de un proyecto de inversión que demuestre la viabilidad económica y financiera del emprendimiento y los beneficios de éste para el país”.
Creadas en el año 1923, de acuerdo con Uruguay XXI “las zonas francas tienen un importante rol en la captación de inversión, la generación de empleo calificado y la diversificación de las exportaciones. (…) Estos recintos se utilizan como centros logísticos, actuando como destino intermedio de las exportaciones de granos o de determinados productos farmacéuticos y también funcionan como locaciones de procesamiento industrial, como es en el caso de la producción de celulosa y concentrado de bebidas. Las exportaciones de bienes de Uruguay incluyendo a las zonas francas mostraron un fuerte repunte en 2021, y llegaron a niveles máximos. Las ventas al exterior totalizaron U$S 11.373 millones en 2021. (…) De este total, casi el 26% es exportado desde zonas francas, ya sea porque se produce o porque se utiliza a la zona franca como destino intermedio. En el primer semestre de 2022 las exportaciones uruguayas de bienes continuaron con muy buen dinamismo, al ubicarse en U$S 6.800 millones. (…) El 29% de este total se exportó desde zonas francas”.
Las zonas francas son, asimismo, creadoras de trabajo bien remunerado y de calidad. “De acuerdo con los últimos datos publicados por el MEF, el personal ocupado en zonas francas se situaba en 16.578 en 2020. En las zonas francas se ubican 1.094 empresas, las cuales realizan en su mayoría actividades de comercio y servicios globales. El 65% de las empresas en zonas francas son exportadoras. Uruguay XXI destaca asimismo que nuevas zonas francas se están instalando en Uruguay. A modo de ejemplo, “en junio de 2021 se aprobó la instalación de una zona franca de servicios en Punta del Este: World Trade Center Punta del Este. La nueva zona franca supone una inversión de entre U$S 35 y 40 millones y procurará atraer compañías de todo el mundo para que se instalen en uno de los destinos turísticos y de convenciones más destacados de la costa uruguaya. La zona se encuentra en una torre de 25 pisos ubicada en la principal avenida de la ciudad (Avenida Gorlero y calle 23 El Corral). Se iniciaron las obras para la construcción de una torre de oficinas que ocupará más de 28.000 metros cuadrados. Su construcción generará más de 200 puestos de trabajo directos durante un período de 32 meses. Se espera que a esta zona franca emplee a más de a 1.000 personas y que tenga una oferta variada con empresas vinculadas a sectores tecnológicos, financieros y comerciales, así como profesionales que trabajen brindando servicios a otros países”.
El ingeniero Juan Opertti, miembro de la junta directiva de la Organización Mundial de Zona Francas (OMZF), una entidad sin fines de lucro que opera como una asociación para todas las zonas francas a nivel mundial ha señalado que “las zonas francas han sido para el país un activo estratégico que ha incorporado tecnología portuaria, procesos de concesión de aeropuertos, entre otros, los cuales han sido elementos decisorios para estos procesos de reactivación de terminales logísticas, que a la vez han generado cadenas de valor con repercusión en la industria farmacéutica y desarrollo de fenómenos universitarios, como el caso de la Universidad Tecnológica (UTEC)”. Para este especialista se debe jerarquizar y promover las zonas francas, “ya que la inversión extranjera directa de alta gama en términos cuantitativos, así como integradora de nuevas tecnologías, tiende en el mundo a arribar a las mismas, ya no por ventajas fiscales, sino por las tecnologías disruptivas, fenómenos como el Blockchain, y compatibilización con los estándares de la Organización Mundial del Comercio en el acuerdo de facilitación de comercio y certificaciones de sostenibilidad presentes en las zonas francas 4.0. Estas, a su vez, permiten ser nodos claves en la optimización e integración a cadenas globales de valor a través de cadenas logísticas agiles, para que, desde las mismas, países como Uruguay, se sumen a los proyectos de encadenamiento productivo denominado made in the world (“hecho en el mundo)”.
La gestión realizada por Tortorella no puede ni debe caer en saco roto o ser olvidada sobre el escritorio de algún burócrata. Muy por el contrario, debe ser tomada como parte de una verdadera “política de estado” a nivel departamental tras la cual deben alinearse los partidos políticos y los actores económicos y sociales del departamento. Hay que pensar con mente abierta, luces largas y fibra de estadista: Paysandú necesita contar con una zona franca para poder “cambiar la pisada” de un panorama laboral y económico cada vez más sombrío. Como dice el refrán, “¿si no es ahora, cuándo? ¿Si no somos nosotros, quiénes?” Pongamos manos a la obra ya mismo. → Leer más