La Justicia imputó a un hombre de 35 años –que trabajaba para una empresa contratada por el INAU en Fray Bentos– al comprobarse que abusó sexualmente de una niña de 12 que permanecía en resguardo de la institución por haber sido víctima de explotación sexual por su madre y una tía. Según lo informado por el portal Impacto Noticias, el hecho ocurrió en octubre del año pasado cuando el hombre se desempeñaba en el área de cocina del Centro Juvenil de Fary Bentos. En determinado momento y mediante chat por Instagram, concretó un encuentro con una niña de 12 años, que estaba al amparo del programa Sembrando Caminos, para preadolescentes, por haber sido explotada sexualmente. Ese día el hombre esperó a la niña a media cuadra del hogar y la llevó a una zona de playa. Cuando las funcionarias notaron la ausencia de la menor, preguntaron a las demás adolescentes, quienes dijeron que se había ido en un automóvil con un joven. En busca de algún dato que permitiera dar con su paradero, las funcionarias vieron una tablet de la menor donde encontraron chats y audios enviados por el trabajador.
Al ser abordada por los profesionales del INAU, la niña reveló con angustia que se vio tentada de dar un paseo, pero nunca imaginó que iba a ser sometida sexualmente. Contó asimismo que en determinado momento quiso bajarse del automóvil, pero fue retenida por el hombre. Luego de consumado el acto, el abusador le entregó mil pesos y le dijo: “no le cuentes a nadie lo que pasó, porque no quiero perder a mis hijos”. Como consecuencia del abuso, la menor sufrió un sangrado y debió ser trasladada al hospital, donde los médicos diagnosticaron una enfermedad inflamatoria pélvica.
La niña declaró en cámara Gessel y el relato fue cotejado en varias oportunidades por varios expertos de INAU y del Poder Judicial. Una vez en la órbita penal, se dispuso la imputación del hombre, identificado como A.A.L, por el delito de abuso sexual, imponiéndose la prisión preventiva en una dependencia del Instituto Nacional de Rehabilitación.
