¿Omisión o lectura de la realidad?

La Semana de la Cerveza, que llega a su 56ª edición este año, es uno de los eventos de nuestro país más ligados con idea de la Semana de Turismo, que históricamente ha sido el punto más fuerte del turismo interno. Por más que esto último ha ido cambiando con el tiempo, sigue siendo un momento del año en el que la actividad turística es intensa y debido a ello es que cada año aparecen más opciones asociadas a este período, por más que no necesariamente se extiendan durante toda la semana. Pero que sea un evento tradicional cada vez asegura menos, en un mundo que se mueve a velocidad vertiginosa y en el que prima la instantaneidad, el ahora.

La semana pasada se dio a conocer una de esas típicas notas en las que los medios nacionales (en este caso una sección uruguaya de un medio argentino) repasan, sugieren o recomiendan destinos para visitar o conocer en la Semana de Turismo, con algunas recomendaciones, parámetros de precios y esas cosas que suelen aparecer en este tipo de artículos. Lo que en esta nota no apareció fue justamente la Semana de la Cerveza, ni Paysandú como tal (ni la ciudad ni el departamento), como recogió en su edición del lunes EL TELEGRAFO, y que generó tanta repercusión en las redes sociales.

En concreto la nota de ambito.com aludía a cinco destinos uruguayos para esta semana e incluía en primer lugar a “la Costa de Oro de Canelones”, luego “Las aguas termales de Salto”, el Valle del Lunarejo, en Rivera, “La región vitivinícola en Garzón” y Colonia del Sacramento. Llama la atención sí, que dentro del apartado termal se mencione a las Termas de Almirón y puede considerarse un error, porque alude a ellas como una opción para disfrutar en la ciudad (por Salto), desconociendo que hay que mucha distancia entre ambas.

Pero más allá de esto, el tema ha sido disparador de una reflexión sobre qué está pasando con el turismo en Paysandú y, con una visión más amplia, qué está pasando con Paysandú en el contexto de la política turística de nuestro país, dejando de lado y pasando hoja tras lo ocurrido con el Corredor Pájaros Pintados, que, como se ha dicho en estas páginas, fue el proyecto turístico más ambicioso que se ha conocido en el litoral del país. Y la verdad es que es difícil determinar qué papel juega Paysandú en una política que está pensada y que se expresa en términos de “temporada” (tan de los años ‘90) y de eventos aislados en el Interior, como los celebrados carnavales de Artigas y de Melo, el Festival del Olimar, o la Fiesta de la Patria Gaucha, absolutamente aislados de una concepción más genérica que los abarque en un proyecto de desarrollo departamental. Y la Semana de la Cerveza corre riesgo de caer en esa misma dinámica, de integrar un plantel de eventos de los que el Ministerio de Turismo solamente se encarga de prestar una pequeña sala cerca del Mercado del Puerto para hacer una presentación oficial. Muy poco.

En el pasado período de gobierno departamental se había emprendido un proceso colectivo que buscaba determinar un perfil de desarrollo para el Paysandú posindustrial, y entre las alternativas que se manejaba entonces –el proceso fue abandonado– aparecía la idea de un Paysandú turístico, ligado a la oferta cultural de la ciudad. Incluso fue en ese contexto que se convocó al destacada urbanista catalán Toni Puig, en una recordada presentación. En el marco de ese proceso y en una introducción a una de las conferencias quien estaba al frente de la Dirección General de Desarrollo decía que no veía en la ciudad de Paysandú una vocación por los servicios, que no visualizaba que Paysandú tuviese un futuro turístico por la idiosincrasia de su gente. Y es también una posibilidad, asumir que no están dadas aquí –por alguna razón que puede o no ser la que señalaba esa autoridad– las condiciones para el desarrollo del turismo. Por eso resulta interesante el ejercicio de recoger algunas de las repercusiones que aparecieron en los comentarios de la publicación. No como una especie de encuesta ni nada que se le parezca, sino para captar qué ven y qué perciben los sanduceros sobre el turismo en Paysandú, tomando esta nota y esta percepción que plasmó la periodista como un detonante. Y allí aparece mencionada esta supuesta falta de vocación, en ejemplos como los horarios de comercio o la falta de opciones a la hora de salir a disfrutar. Son impresiones del público que no siempre se ajustan a la realidad, porque es fácilmente comprobable que la oferta gastronómica ha tenido un crecimiento importante en Paysandú, y no solamente en cantidad, sino que también ha habido un salto en calidad y en variedad.

Alguien menciona que están dadas las condiciones para convertir a la actividad turística en uno de los motores, pero advierte que “no tenemos gente con capacidad para hacer ese trabajo”, algo que se puede mejorar con iniciativas como la de gestionar con estudiantes de UTU los moteles y un parador en Guaviyú. Hay quienes señalan que hay infraestructura desaprovechada, como el Anfiteatro del Río Uruguay, que hay que usarlo más, y hay quienes, por el contrario señalan la falta de condiciones de servicio y de mantenimiento en los centros termales, omitiendo que recientemente se amplió la piscina en Almirón y que se construyó una nueva, con nuevos baños y vestuarios en Guaviyú.

Pero lo que más se repite es la falla en la difusión de los valores y las propuestas turísticas de Paysandú. “No hay publicidad y la Intendencia es la que falla en esto. No solo pierde Paysandú también pierde el Uruguay”; “La IDP de Paysandú no hace propaganda a nivel nacional e internacional. Por ejemplo que pasen en los canales uruguayos y argentinos. Publiquen lo poco atractivo que Paysandú ofrece. Es una sugerencia”; “La verdad es que Paysandú no está publicitado para turismo, hay muy poco y esta altura del siglo hay muchos atractivos que podrían explotar pero supongo falta plata y cabeza”; “Muy poco difundido está Termas de Almirón, yo estuve en enero de visita y publiqué fotos, precios y ventajas del lugar, y mucha gente desconocía los atractivos y el bello lugar y los alojamientos de termas”; “Falta información. Ni los que vivimos acá sabemos de tarifas, horarios, etcétera. Los teléfonos muchas veces no los atienden y las oficinas funcionan en horario poco conveniente”. Meros insumos para ir teniendo en cuenta.