Florencio Sánchez incorpora aire acondicionado, equipos contra incendios y vuelve a tener platea con pasillo central

Entre “350.000 y 400.000 dólares, parte de esa cifra proveniente del fideicomiso Paysandú II”, se invierten en la renovación del teatro Florencio Sánchez, cuyo núcleo es la climatización central de la sala, aun cuando el aspecto más llamativo sea la modificación del patio de butacas de platea, que vuelve a tener pasillo central. También se trasladó la sala de comando desde platea a cazuela; se cambió todo el tendido eléctrico, incluyendo tableros y se pasó a 400 voltios; se colocarán detectores de humo y rociadores de agua para combate de incendios; se instalarán medidores de CO2; nuevas luminarias led con dimmer (regulan la intensidad); y se pasa a audio digital al incorporar una nueva consola. Asimismo se trabaja en la habilitación de Bomberos, aun cuando se sabe de antemano que no será posible habilitar Paraíso, el cuarto anillo. Algunas de estas transformaciones no estarán disponibles para la habilitación de la sala, el venidero 17 de junio, sino de manera posterior.

AIRE ACONDICIONADO CENTRAL

Como fuera informado, el aire acondicionado central fue instalado en el techo del Florencio Sánchez. El aire climatizado es enviado a cazuela, baja al resto de la sala y vuelve a ascender por otro ducto colocado detrás del foso de orquesta.
Diego Belvisi, encargado de la obra, explicó a EL TELEGRAFO que la climatización “resultó un proceso realizado con mucha responsabilidad. En primer lugar se contrató a un ingeniero que hizo el cálculo del balance térmico para poder recomendar cuál era el equipo apropiado. Se hizo una licitación, de la cual salió adjudicataria una empresa que tuvo que importar un equipo recibido hace muy poco tiempo”.

Posteriormente “se redujo la parte de atrás de cazuela que no era utilizada y allí se hizo una división dentro de la cual se colocaron los ductos de distribución de aire en toda la herradura del teatro. Así se logran dos cosas importantes. La primera es que tenemos que respetar el valor patrimonial del teatro. La segunda es que se necesita una insonorización para no interferir con el espectáculo que se desarrolle. Entonces, al estar el recorrido del aire más lejos del aire acondicionado, disminuimos el ruido. Además, se utiliza un ducto grande que reduce la velocidad del aire, lo que ayuda a que sea aun menor el sonido”, explicó, acompañado por Walter Belvisi y Carlos Leoni, de la Fundación Amigos del Teatro Florencio Sánchez.

Esta semana comenzará a probarse el aire acondicionado. “A eso se le suma que la Intendencia está en un proceso de eficiencia energética, por lo que haremos una calibración del aire acondicionado, en función de las condiciones climáticas que estén previstas. Vamos a medir dentro de la sala la efectividad de la climatización”.
En la climatización hay una diferencia entre sala y escenario. “Estamos climatizando la sala, la caja escénica no y el primer anillo de camerinos tendrán aires acondicionados individuales. Esto es así porque en algunos casos el aire acondicionado resulta perjudicial para los artistas, aunque obviamente algo de la climatización pasará de la sala al escenario”.

“Se ha trabajado cuidadosamente, conociendo el grado patrimonial que tiene el teatro, consultando a la Comisión de Patrimonio Cultural de la Nación, la de Paysandú y obviamente a la Fundación Amigos del Teatro Florencio Sánchez. Se les dio toda la información de manera previa al inicio de obras, con las áreas de actuación para dejar en claro lo que pretendíamos para tener el aval de cada uno de ellos en cada etapa. Hace alrededor de un año y medio que conocen el proyecto”, destacó Diego Belvisi.

RENOVACIÓN DE ELECTRICIDAD

“También trabajamos en la instalación eléctrica del teatro, que no era renovada desde hace muchos años, probablemente desde 1917 cuando fue remodelado totalmente. Entonces, por un lado se hizo un recambio total del tendido eléctrico –con personal de la Intendencia– y además UTE bajó el servicio 220 voltios y habilitó el servicio 400 voltios, trifásico, con lo cual el consumo será menor y se podrá atender el aumento en la demanda con el aire acondicionado y demás”, expresó el ingeniero civil a cargo de la obra.

NOVEDOSAS INCORPORACIONES

Además, “se agregan medidas que antes no tenía el teatro, comenzando por los detectores de humo e hidrantes distribuidos en la sala. La ubicación aun no está definida, es un proyecto –que se va a concretar– y hay una empresa especializada trabajando en eso”. En cuanto al antiguo telón cortafuego, “podría estar o dejarlo operativo, para separar la sala del escenario en caso de siniestro. Pero más allá de eso, se tendrá la posibilidad, frente a un siniestro, de atacarlo desde su inicio mismo con hidrantes que tomarán agua desde un depósito ubicado en lo alto”.
Otra incorporación es que se contará con “certificación permanente de la calidad del aire dentro de la sala, en el caso de que la concentración de CO2 (dióxido de carbono) supere los límites, automáticamente se habilitará la ventilación externa de tal manera de insuflar aire fresco. Habrá medidores de CO2. Esto es algo muy novedoso que en realidad surge a partir de la emergencia sanitaria de COVID-19, que nos ha hecho pensar desde otro ángulo”.

En el proceso de cambiar la cabina de control hacia cazuela “se adquirió una nueva consola de audio que se está instalando detrás del escenario, que permite una vinculación con la cabina y que pasa a digital el audio. Es un sistema de audio que no estaba. A eso se le va a sumar una nueva computadora, va a tener un sistema para poder controlar de forma remota el audio, mediante cable oculto atrás del zócalo que une ambas partes”.

En toda la sala, en la denominada herradura, se colocarán “nuevas luminarias con iluminación led; además serán especiales pues podrán ser atenuadas, lo que se llama proceso de dimerización. De hecho, como son especiales, no había en plaza las 350 que se necesitan y ahora se están importando, por lo que no es seguro que estén instaladas para el venidero 17”.

“RECUPERACIÓN  EN FORMA INTEGRAL”

Walter Belvisi, presidente de la Fundación Amigos del Teatro Florencio Sánchez, hizo hincapié en que “es evidente la habilidad para respetar lo patrimonial del teatro, porque en una primera impresión, colocar aire acondicionado podría significar modificar o hacer intervenciones significativas con respecto al patrimonio que tiene esta sala. Pero no, hubo una inteligente solución. El equipo técnico le puso cariño, respeto. Además la Intendencia ha enfocado la recuperación en forma integral”.

Por otra parte, indicó que en su opinión, tras completar las obras de recuperación “será necesario redactar un reglamento de uso y de responsabilidades, que defina condiciones de contratación y uso de la sala, siempre con la disposición de que sea escenario de los mejores espectáculos y con mucha amplitud desde el punto de vista de la naturaleza especial. Pero también hay que tomar conciencia de que hay que cuidarlo entre todos. No puede ser que después de una función aparezcan butacas rotas, cortadas, gomas de mascar pegadas. Debe tomarse conciencia que al teatro se lo debe cuidar y la Fundación ha venido trabajando en ese sentido, valorando especialmente que por primera vez hay un enfoque integral de recuperación, cuidado y mejora en el teatro Florencio Sánchez”.