Siniestros de tránsito ocasionan más de 400 muertes y unos 3.000 heridos graves; pese a esfuerzos, cifras no descienden

En nuestro país mueren por año más de 400 personas a raíz de siniestros de tránsito –siendo la principal causa de muerte entre menores de 40 años– y hay más de 25.000 lesionados, de los cuales 3.000 graves y, entre estos, 2.000 con secuelas permanentes. Así se destacó este sábado en la conferencia de prensa ofrecida en el marco de las XXVI Jornadas de Cirujanos del Interior, realizada viernes y sábado en Comepa, donde la temática principal fue el enfoque de “politraumatizado grave”.

El jefe de Cirugía de Comepa. Dr. Javier Hornos, citó que en esta instancia “participan todos los cirujanos del Interior”, ampliando en esta ocasión la asistencia también a los residentes. La actividad se centró en “un tema central de alto impacto social, como lo es los politraumatizados graves con su mayor incidencia en los siniestros viales, para lo cual convocamos a un referente nacional, un experto en el tema, el profesor Fernando Machado”, indicó.

“PREVENIBLE”

Los cirujanos “lamentablemente con tanta frecuencia nos tenemos que enfrentar a esta enfermedad porque el politraumatizado por accidente de tránsito o por violencia social es un paciente de una enfermedad prevenible”, observó el Dr. Machado, refiriendo que “en nuestro país, y estas son cifras oficiales de la Unasev, mueren más de 400 uruguayos anualmente”.

“Pese a los esfuerzos y las políticas llevadas adelante, estamos en una etapa de meseta”, de modo que “no se ha podido descender esa cifra en los últimos tres años” con respecto a estadísticas anteriores, afirmó.

“El Uruguay tiene un compromiso firmado en Naciones Unidas, igual que más de 170 países, en procurar descender en el decenio 2020-2030 una vez más la mitad del número de muertes por siniestralidad vial, partiendo de la base de que es una situación prevenible”, recordó. De modo que “nos queda mucho por trabajar en prevención, nos queda más por avanzar en fiscalización y, en el caso nuestro, los médicos, que venimos cuando el evento ya sucedió estamos trabajando –y para eso son estas jornadas– intercambiando experiencias y opiniones para procurar mejorar la asistencia en todo lo que sea posible”, observó.

“AFECTA A GENTE JOVEN”

“Otro de los temas que preocupa, y mucho”, es que “el trauma afecta a gente joven; es la primera causa de muerte en Uruguay por debajo de los 40 años”, consignó el profesional, sosteniendo que “esa es la punta de una pirámide que tiene una base mucho más ancha y también dolorosa como son los lesionados”.

“Tenemos más de 25.000 lesionados por año y de ellos unos 3.000 lesionados graves”, sostuvo, aludiendo además a la incidencia económica “porque lo pagamos todos. Son 3.000 personas que se asisten en terapia intensiva, muchos de ellos van a quedar con secuelas, alrededor de 2.000 uruguayos quedan secuelados para siempre”.

En el abordaje de esta problemática insistió que “queremos erradicar la palabra accidente, porque no es accidental, son siniestros de tránsito que son prácticamente el producto de nuestras decisiones equivocadas”, pues son el resultado de “momentos en que nos estamos equivocando”, ya sea al manejar, o siendo peatones, ciclistas o motociclistas, es decir “actores en la vía pública”.

Si bien no manejó cifras actualizadas, de acuerdo a “un cálculo hecho hace unos años”, los costos que le significaban al Estado “más o menos se estimaba en un 4% del producto bruto interno y no creo que eso haya cambiado mucho, o sea que estamos hablando de más de mil millones de dólares”, consideró, entendiendo que “podríamos hacer hospitales de primerísimo nivel para asistencia a traumatizados con mucho menos dinero que el que gastamos e invertimos en algo prevenible”.

“DÉFICIT DE FISCALIZACIÓN”

Consultado acerca de cómo se pueden descender las estadísticas, recordó que en Uruguay “se ha trabajado”, con la creación en 2008 de la Unasev (Unidad Nacional de Seguridad Vial) y luego a través de la legislación, como la obligatoriedad de del uso de cinturón de seguridad o la prohibición de conducir bajo los efectos de alcohol o droga. No obstante, “lamentablemente a los adultos parece que nos cuesta más incidir a través de la educación y nos duele el bolsillo, la fiscalización”, consideró, por lo que en su visión “tal vez ahí tenemos una falla importante o un déficit de fiscalización”.

Refirió además que “con grupos de ciudadanos que se ocupan y se preocupan de este tema, nos reunimos en el Parlamento a fines del 2021” para proponer “un anteproyecto de ley para la creación entre otras cosas de fiscalías especializadas en siniestralidad vial”. Sin embargo, “ha pasado tiempo y no se trató el tema”, sostuvo, entendiendo que “lamentablemente me parece que no sabemos hacer lobby con los que son tomadores de decisión”.

Pese a los esfuerzos que se llevan adelante en el país, estos “no están impactando, tenemos que ser autocríticos”, reconoció, entendiendo que “tenemos que seguir avanzando en estrategias, en estrategias de fiscalización también, tenemos que seguir avanzando porque si uno mira objetivamente las cifras, estamos como medio estancados”.

MUCHO POR TRANSITAR

“Tenemos mucho que transitar, Uruguay y muchos de los países de Latinoamérica, en lo que tiene que ver con la organización como sistema de asistencia al trauma”, aclaró al referirse a la atención profesional “cualitativa” de los equipos de salud.

En ese sentido, “no hay en Uruguay un sistema nacional de trauma, que eso implicaría reunir los componentes que sí tenemos”, como por ejemplo ambulancias, hospitales, recursos tecnológicos, pero que hoy “no están reunidos bajo un sistema. Por ejemplo, no tenemos un registro nacional de trauma, no tenemos una formación uniforme como exigencia y pre-requisito para quien se sube a asistir en una ambulancia”, citó. Además, se conjuga “la dispersión que hay porque somos más de 40 empresas privadas en el sistema prehospitalario; no es un sistema prehospitlario único”, que facilitaría “controlar y fijar pautas”, en tanto en las urgencias a veces los médicos carecen de “una formación específica definida para la asistencia de estos pacientes”, explicó.

De modo, que “son pequeños factores que se van sumando. Los equipos no están específicamente entrenados”, cuando “está demostrado que los sistemas de trauma ahorran vidas”, con un impacto que oscila entre “un 9%, 10% o 15% de muerte que es evitable. En otros términos: los uruguayos nos morimos un 10% más que en países que tienen un sistema de trauma”, reafirmó.