Automatización y financiamiento de la seguridad social

En la presente entrega vamos a referirnos a la tensión provocada entre el crecimiento de la automatización de tareas y la necesidad de financiar los costos cada vez más elevados de la seguridad social en todo el mundo.
1. Tecnologías y financiamiento
De acuerdo con un trabajo publicado recientemente por los académicos brasileños Marcelo Fernando Borsio, Eduardo Lourenco Coelho, Larissa Rodriguez Costa, y Rômulo Lopez Fernández, “La Cuarta Revolución Industrial, marcada por la convergencia de tecnologías digitales, físicas y biológicas, está reconfigurando el mundo del trabajo. La automatización, uno de los pilares de esta revolución, promete aumentar la productividad y transformar la manera de consumo y producción. Sin embargo, esta transformación plantea cuestiones cruciales sobre los impactos sociales y económicos, considerando los modelos de financiamiento de la seguridad social, centrados principalmente en la contribución de la persona humana. Surge así la problemática de cómo se financiarán estos modelos una vez que el trabajador humano sea sustituido por un robot”.
2. Tributación
Para los autores mencionados, “La tributación de la automatización, comúnmente conocida como impuesto sobre robots, consiste en una discusión en el ámbito del derecho tributario notoriamente compleja. Esta modalidad tributaria busca gravar las actividades empresariales que utilizan masivamente robots o tecnologías automatizadas, sustituyendo la mano de obra humana. La justificación para la imposición de este tributo reside, en general, en la necesidad de preservar la recaudación tributaria y garantizar la sostenibilidad de la seguridad social, frente a los desafíos impuestos por la creciente automatización. La evolución tecnológica y la creciente automatización de los procesos productivos imponen nuevos desafíos a la legislación tributaria. Actualmente, la imposición tributaria desarrollada por el trabajo de mano de obra humana recae sobre los ingresos calculados sobre los salarios mensuales, mientras que las actividades realizadas por robots no están sujetas al mismo nivel de impuestos”.
3. Equilibrio
Según estos especialistas, “la propuesta de instituir un impuesto sobre el uso de robots en la producción surge como una alternativa para corregir este desequilibrio y garantizar la equidad del sistema tributario. El Foro Económico Mundial destaca la necesidad de políticas públicas para mitigar los impactos sociales de la automatización, como la tributación de robots, que puede garantizar la educación y la cualificación profesional. Diversas cuestiones sobre la tributación de robots son planteadas, poniendo en conflicto dos intereses fundamentales: la protección social, mediante la preservación del empleo, y el desarrollo tecnológico, donde el aumento de los costos de los robots, con el objetivo de preservar los puestos de trabajo, puede generar un efecto colateral negativo, al desincentivar la innovación y la inversión en nuevas tecnologías, comprometiendo la competitividad de las empresas y la generación de nuevos empleos a largo plazo. Es necesario, por tanto, encontrar un equilibrio entre la necesidad de proteger a los trabajadores y la importancia de fomentar la innovación tecnológica”.
4. Edades
Para los responsables del trabajo referido, “los cambios en la pirámide etaria son un gran desafío para el futuro de la sociedad, en especial, para la Previsión Social, ya que la lógica del principio de la solidaridad, así como el pacto intergeneracional, es decir, los trabajadores en actividad financiando el beneficio de los asegurados que ya se encuentran jubilados, acaban por desequilibrarse. La transición demográfica trae como consecuencia inevitable el aumento de los gastos de la previsión social, esto en virtud del envejecimiento de la población, del aumento de la expectativa de sobrevida y, además, por el bajo índice de natalidad. En este contexto, el sistema previsional, inequívocamente, se volverá inviable”.
5. ¿Posibles soluciones?
Se plantean algunas posibles soluciones para este problema:
5.1) Reducción de las deducciones fiscales para empresas que inviertan en tecnología y máquinas: “la principal propuesta tiene su origen en el modelo surcoreano de tributación robótica, ya que el enfoque principal es reducir los beneficios fiscales otorgados a las empresas que inviertan en la automatización del trabajo, como una forma de impedir el avance abrupto de la sustitución del trabajador humano por el robot”.
5.2) Aumentar la carga tributaria de las empresas que utilicen la automatización: “creación de un tributo que grave a las empresas que utilicen trabajadores robóticos en detrimento de trabajadores humanos. La idea sería que los Estados graven el lucro obtenido por las empresas cuando sustituyan a un trabajador humano por un servicio automatizado. Así, el tributo tendría como hecho generador la diferencia entre el lucro percibido por un humano y por una máquina. Esta opción deriva directamente de la recomendación hecha por el Parlamento Europeo”.
5.3) Atribuir “personalidad electrónica” a los robots: la idea es que sea posible gravarlos con base en los ingresos obtenidos por su utilización. Este enfoque tiene como objetivo la creación de un mecanismo de responsabilidad fiscal directa, alineándose con la lógica de que los robots, como generadores de riqueza, deben contribuir a la sociedad de la misma manera que los trabajadores humanos contribuyen”.
5.4) Conceder preferencias fiscales a las empresas que empleen más trabajadores humanos: “premiar a las corporaciones que ayuden en las políticas fiscales y tributarias orientadas, principalmente, a fortalecer al trabajador humano y reducir el cuadro de desempleados del país, con incentivos y beneficios fiscales”.
5.5) Nuevas fuentes de financiamiento temporales destinadas a la capacitación de los trabajadores: “otra propuesta de protección social a los empleados sería la implementación de nuevas fuentes de financiamiento de la seguridad social como una forma de garantizar la prestación de beneficios asistenciales de primer pilar y la protección al trabajador que tendrá su profesión sustituida por el avance tecnológico”.

Dr. Rodrigo Deleón