
Un clima de indignación y repudio se vive desde anoche en la ciudad en torno al presunto caso de abuso sexual sufrido por una niña de 12 años por parte de su padrastro, y del cual se señala a su madre como cómplice de las prácticas. Como informara EL TELEGRAFO, anoche un grupo de vecinos realizó un escrache en la finca de la familia. Los manifestantes exigieron que la familia fuera desalojada del barrio y la policía debió intervenir para sacar al acusado y a la madre de la niña de la vivienda y llevarlos a la Unidad de Violencia Doméstica.

Hoy, en tanto, un grupo minoritario de personas se concentró a metros de la sede de Fiscalía portando carteles y clamando por justicia. Cuando el acusado fue trasladado al Juzgado, los manifestantes se dirigieron allí y la policía debió aplicar un cerco para evitar mayores desmanes.

El caso ha generado gran conmoción en la comunidad y ha puesto en evidencia la necesidad de proteger a los niños de la violencia y el abuso. La justicia, por su parte, será quien deberá determinar la responsabilidad de los acusados y garantizar que se tomen las medidas necesarias para proteger a la víctima.
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