El Cuidado de los ojos en baños de inmersión

En la temporada estival, cuando el calor nos invita a un chapuzón, es importante tener en cuenta algunas recomendaciones para disfrutarlo con la mayor seguridad. Sobre el tema consultamos a la oftalmóloga sanducera Claudia Álvarez, quien nos explicó los detalles de cada caso.
Piscinas
El agua de la piscina suele contener cloro para controlar el crecimiento de gérmenes y éste puede generar irritación ocular, que puede persistir algunas horas. Lo mismo sucede vinculado a la salinidad del agua. Asimismo, la contaminación por gérmenes en el agua puede originar infecciones oculares, siendo las más frecuentes las virales (dentro de ellas el adenovirus) seguidas por las infecciones bacterianas como la Pseudomona y las parasitarias como la Acanthamoeba, que pueden tornarse graves.
Las algas y hongos que se generan en las piscinas que no se tratan correctamente pueden generar toxicidad de la superficie ocular, una simple irritación que mejora con el correr de las horas y algunas medidas simples. En cuanto a los deportes en piscina el daño más frecuente es de traumatismos por manos, pelotas u otros elementos. También es frecuente la irritación conocida como “ojos de nadador”, un cuadro de enrojecimiento que se registra en las personas que se sumergen por tiempos prolongados y reiterados en piscinas y que a largo plazo pueden generar ojo seco.
Es sumamente importante tener en cuenta que nunca se debe usar lentes de contacto en la piscina, pues son un cuerpo extraño que permite la adherencia de gérmenes que por estar en contacto estrecho con la córnea por tiempo prolongado generan infecciones más fácilmente. Además, provocan una alteración en los mecanismos de defensa naturales que tiene el ojo lo que facilita la proliferación de infecciones en el ojo. Basta una sola vez para que los gérmenes que se adhieren al lente de contacto y puedan generar infecciones aún luego de varios días. El germen más temido en los usuarios de lentes de contacto es la Acanthamoeba por la gravedad de la infección que genera que puede, en las formas graves, llegar a provocar la pérdida de la visión.
Para sustituir los lentes de contacto se pueden usar lentes de natación con su graduación. Su óptico de confianza le puede asesorar sobre marcas y materiales disponibles para mantener una visión buena y ojos saludables dentro de la piscina.

MAR, RÍO Y ARROYOS

Los baños de inmersión en corrientes de agua tienen menos riesgo de irritación por productos de limpieza pero más por salinidad –en el mar– o proliferaciones de algas que son banales y mejoran con tratamientos básicos. En aguas abiertas es menos frecuente la contaminación viral y más frecuente la bacteriana.
A nivel de Paysandú no hay datos estadísticos de enfermedades en los ojos por baños de inmersión en el río Uruguay.
Por eso es recomendable:
• Uso de lentes de natación que sean adecuados a su edad y que sean de buena calidad para sellar el borde e impedir la entrada del agua.
• Lavar los ojos cerrados con agua limpia inmediatamente luego de salir de la piscina.
• Use lágrimas lubricantes luego de lavar los ojos para mantener la superficie ocular equilibrada y sus ojos más confortables.
• Tomar agua para mantenerse hidratado.
No es bueno frotar ni tapar los ojos luego de nadar.

LA SUPERFICIE OCULAR

El globo ocular está protegido por los párpados que en su movimiento periódico generan una bomba que distribuye la lágrima y así lubrica el ojo. Frente a una agresión se cierran de manera refleja lo que genera protección.
La lágrima tiene el efecto mecánico de lavado de sustancias y barrido de gérmenes. Además tiene el efecto químico de destruir bacterias a través de las enzimas que allí existen. Tiene el efecto inmunológico mediante anticuerpos que allí existen y combaten gérmenes nocivos para el ojo.
La lágrima forma una capa que cubre toda la superficie que se conoce como película lagrimal. Ésta tiene un componente acuoso que es el principal, un componente lipídico (grasa) que se ubica en el exterior y un tercer componente mucoso que se ubica en el sector más interno que adhiere y envuelve partículas. Tiene la función de mantener los ojos húmedos, suaves y transparentes, es un lente natural externo.
Ante agresiones reiteradas por tóxicos como cloro o sal disminuye la producción generando un ojo seco.
En la superficie ocular existe una población de gérmenes llamado flora basal que funcionan como un ejército que compite con los que provienen del medio externo y evitan que crezcan los que nos pueden enfermar. La conjuntiva y córnea son una barrera de defensa por el alto recambio celular y la presencia de células del sistema inmune que actúan identificando gérmenes nocivos y generando anticuerpos contra los mismos. Este fabuloso sistema de defensa es el que nos permite disfrutar de tantas actividades que son hostiles para nuestros ojos. A veces por algún desequilibrio entre éstos componentes se generan infecciones o reacciones inmunes. Por eso, ante cualquier síntoma que persista luego de las medidas básicas y algunas horas, lo mejor es consultar en su prestador de salud.