El suplemento sobre actividad forestal que publicó EL TELEGRAFO este domingo 26, más allá de su valor informativo y actualización sobre la explotación forestal en la zona y el país, implica asimismo un reconocimiento a la proyección que tiene el sector en un país que ha experimentado una profunda transformación a través de este sector productivo en poco más de veinte años, a partir de la posibilidad de explotación industrial de la producción maderera en bosques implantados desde la aprobación de la Ley de Desarrollo Forestal, que marcó un antes y un después, pero también en cuanto a su particular aplicación como política de estado, durante todos los gobiernos, precisamente.
Tenemos así que de un país prácticamente sin árboles antes de esta ley, la superficie forestada alcanza un millón 48.828 hectáreas efectivas y 38.881 hectáreas cosechadas en el período enero- febrero 2021, lo que totaliza un millón 87.109 hectáreas efectivas destinadas al uso forestal, lo que significa un 6,21 por ciento de la superficie del país.
Estas cifras, si bien son significativas, no traducen en toda su magnitud la repercusión que ha tenido la inversión forestal en nuestro país, y sobre todo como ha repercutido en sectores olvidados del interior profundo rural, donde se han creado polos productivos que han contribuido al desarrollo de localidades de los departamentos del norte del río Negro, sobre todo, y a la vez generado una sucesión de inversiones y empleos en toda la cadena logística y de apoyo a la actividad forestal, con la creación de puestos directos e indirectos.
No todo son rosas, por supuesto, pero un hecho demostrativo de como se proyecta el factor forestal en el Interior lo pone de relieve el hecho de la creación de carreras técnicas de nivel universitario para la creación de empleos y aportes de técnicos en forma directa y en el área de servicios de apoyo, como es el caso de estudios en UTEC y la Universidad de la República.
Es un sector que tanto en los montes como en áreas especializadas ha traído aparejada una expansión sostenida en demanda de mano de obra calificada y especializada. En EL TELEGRAFO la Ing. Agr. Forestal Ludmila Profumo, perteneciente al Centro Universitario Regional Noreste, que se encuentra en una de las zonas más forestadas del país, explicó que por ejemplo en UTU se dicta la carreta terciaria de Técnico Forestal, con una duración de dos años, en Tacuarembó y Rivera, que se dicta en el Polo Tecnológico y depende de UTU y del Instituto Tecnológico del Sur de Brasil (Itsul).
Asimismo, la Universidad de la República y UTU ofrecen la carrera de Tecnólogo en Madera, ya desde 2012 en tres sedes, en apoyo sobre todo a la creación de PYME en servicios de apoyo y procesado primario de la madera, a la vez que a través del Laboratorio Tecnológico del Uruguay se está promoviendo tecnologías de secado de la madera con energía solar, para su instrumentación en aserraderos.
Es significativo asimismo que se promueva el emprendedurismo y así abrir la posibilidad de que el egresado de estas carreras no solo esté capacitado para integrarse a empresas que trabajan en el área forestal, sino que también estén en condiciones de crear su propia empresa de servicios y volcarse a la autogestión para trabajos en montes forestales, encaminados hacia el emprendedurismo y la investigación con fondos obtenidos a través de la gestión de los propios institutos de capacitación.
A ello se agrega la carrera de Ingeniero Forestal, por la UdelaR, naturalmente, en tanto no debe olvidarse asimismo la interrelación en el marco de los servicios y la utilización de los desechos forestales la perspectiva de generación de energía eléctrica, donde también se requiere inversión y técnicos formados específicamente para trabajar en el sector.
Hay verdes y maduras, por supuesto, por cuanto un análisis más o menos riguroso del escenario indica que si bien se trabaja para la exportación, está pendiente el agregado de valor local a la materia prima, más allá del aserrío y procesos de contrachapado y aglomerado, entre otros usos, porque el grueso de la madera se exporta en bruto o apenas semiprocesada, aún teniendo en cuenta el proceso para la producción de celulosa, y seguimos hablando de grandes volúmenes de bajo valor relativo y riqueza con un porcentaje marginal de valor agregado.
Este es sin dudas el gran factor pendiente, junto con las dificultades logísticas y costos exacerbados cuando se trata de mover grandes volúmenes hacia los puertos de salida.
Una pauta de estas dificultades la señala precisamente el Ing. Carlos Sarazola, presidente de Forestal Caja Bancaria, junto al Cr. Mauricio Berton Leúnda, cuando entre otros conceptos respecto a la actividad de la empresa consigna que desde hace por lo menos 15 años ha progresado en la incorporación de valor agregado a su producción hacia el exterior, con madera aserrada o remanufacturada, calibrada y seca para uso en muebles e industrial.
En este caso, lamentablemente para esta empresa y para el departamento y la región, pese a la ubicación estratégica del puerto sanducero respecto a la ubicación de Forestal Caja Bancaria, una mínima parte de su producción –unos 50 contenedores entre mil– salen por el puerto de Paysandú, porque “por alguna razón el operador no nos ofrece el servicio”.
Considera asimismo que “muchos exportadores de Paysandú no hemos tenido la facilidad, los beneficios de espacio, los beneficios económicos por el puerto de Paysandú. Sí lo hemos hecho, pero de 1.000 contenedores que exportamos en el año, solo 40 o 50 salen por el puerto de acá”.
Reconoció que “las autoridades del puerto se han movido bastante, el capitán del Puerto actual también nos ha llamado, de la Intendencia nos han contactado, pero en realidad quienes ofrecen el puerto no son ellos, es un operador que por alguna razón no nos ofrece el servicio a nosotros, no sabemos cual es la causa”.
Asimismo indicó que “desde que ha venido este barco ha sido así” y que “hemos hecho todo a través de un intermediario, no hemos podido llegar directamente”, al punto que lamentablemente, los costos de salir por Montevideo o a través del puerto de Paysandú son similares, e incluso algo más caro por la terminal sanducera. “Aún así no hay espacio y no hay ofrecimiento de servicio del operador. Eso es así y esperamos que se revierta”.
Más allá del aspecto estrictamente comercial en la relación entre empresas, debemos tener en cuenta la importancia de la logística en la ecuación de costos y también en cuanto a reducir los riesgos en el transporte carretero y la afectación en el mantenimiento de las rutas, por lo que sería fundamental tener instancias de nuevos contactos y reuniones entre las partes, para posibilitar que pueda utilizarse más extensamente y con mayores beneficios el puerto de Paysandú, como palanca de apoyo para esta producción y otras de gran arraigo en la zona, en el marco de una problemática de muchas puntas y que requiere soluciones a problemas de larga data y los que se van agregando acompañando el crecimiento. → Leer más