Ford A 1928 restaurado

Tiempo atrás dábamos cuenta de que Marcelo Laurencena, un entusiasta de los autos antiguos –quien ha restaurado varias unidades que adquirió desarmadas y las puso a rodar nuevamente–, había adquirido un auto Ford A del año 1928. En esa ocasión nos decía Laurencena “que es la segunda vez que compro este Ford A. Lo tuve, después lo dejé, y ahora lo compré por segunda vez. El auto está hecho chatarra así que ya comencé a trabajar en su restauración total para dejarlo como en sus tiempos de recién salido de fábrica”.

Pues bien, Laurencena trabajó varios meses en la medida que sus ocupaciones le iban dejando tiempo libre y este Ford A del año 1928, dos puertas, techo duro –un clásico, por cierto, de Ford– el que precisamente le siguió al famoso Ford T en materia de popularidad y ventas, antes de que se iniciara la década del treinta del pasado siglo, ya está en orden de marcha y bien presentado.

Mantiene el motor original de cuatro cilindros, el cual “estaba pegado” –al decir de Laurencena–, por lo cual la restauración abarcó la parte motriz del auto.
Se repasaron otros detalles mecánicos y se trabajó en materia de chapa y pintura. En su momento, el color de la carrocería dejaba rastros de haber sido en tono bermellón. Ahora el tono es más tirando a un marrón, mientras que el techo y los guardabarros quedaron en negro, con los estribos metalizados.

El rodado es con rayos de alambre, se ubicó la rueda auxiliar, se trabajó en el habitáculo en tapizados, se instalaron las dos butacas delanteras y el asiento trasero. De esta manera, el viejo Ford A de 1928 ha vuelto a circular, mecánicamente bien y adecuadamente presentado.