“Es una batalla perdida, contra los perros y contra los predadores”, sentenció a EL TELEGRAFO, el productor Alvaro Aguirregaray, tras ver morir a decenas de sus ovejas ante el salvaje ataque de varios perros, a los que no ha logrado identificar, pero sabiendo que en cualquier momento volverán a su predio para continuar lo que vienen haciendo.
Comentó que al mediodía del domingo, “estábamos con mi señora en la casa porque llovía y en un momento que salgo veo que las ovejas venían disparadas hacia la casa; ahí es que observo a dos perros mordiendo las ovejas, por lo que agarro la moto y los perros se van del predio disparando hacia la zona de la forestal y no los pude ver más”.
Mientras explicaba que sus perros “estaban atados en ese momento”, señaló que al recorrer el campo contó alrededor de “15 ovejas prácticamente destrozadas por el ataque”.
Recordó que como llovía “me mojé todo y volví a la casa a cambiarme y llamar a la comisaría y hacer la denuncia correspondiente”. Tras esto, decidió volver al campo para arrimar cerca de la casa a unos borregos, “pensando en que podrían volver más tarde. Y cuando salgo en la moto veo que ya estaban matando nuevamente y también dispararon para el campo del vecino, así que los seguí, pero no los pude encontrar más”.
Cuando llegó la Policía “salimos a ver la situación y contamos 28 animales, pero paramos por el temporal de lluvia, ya que tuvimos que salir en moto porque el móvil policial no entraba en ningún lado”.
Lo acontecido llevó a Aguirregaray a dejar todos los lanares encerrados durante la noche del domingo y madrugada del lunes, y por la lluvia y el estrés provocado por los perros, “las ovejas amanecieron muy deterioradas”, precisó el productor, aclarando que los lanares afectados por el ataque de los perros “son más de 30”.
Es habitual que este tipo de ataques se registren en la noche o madrugada, “pero estos rompieron todos los protocolos”, sostiene Aguirregaray. “Los ayudaba mucho el clima, porque lloviendo desde el viernes, y con la garúa y temporal de viento del domingo, era ideal para los perros”.
Llegó a notar que “no eran perros ni abandonados, ni que no tengan dueños, son perros bien alimentados y bien cuidados, por lo que estimo tienen dueños”. Y aclaró que “son de la zona porque ya los había visto en la ruta 90”.
Recordó que no hace mucho tiempo “tuve problemas con perros de dos vecinos, pero como los encontramos y apenas me mataron una oveja, se habló con la Policía, y ésta con el dueño de esos perros y se tomaron las medidas correspondientes. Después la perra de un vecino me tuvo a maltraer durante cinco noches. Hablé con él, y como no tomó medidas, pasó a la Policía, después a la Justicia, y el juez decretó sacrificar al animal”.
Explicó que está atento a que los perros vuelvan a seguir con la matanza. “En cuanto me descuide, los voy a tener de nuevo en mi campo porque ya lo tengo comprobado”. Contó que “me vine en el año 89 de Artigas y desde el 90 hasta acá me han matado una majada entera”, indicó resignado.
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