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La embarcación Teco se adjudicó, por segundo año consecutivo, la tradicional Regata Meseta de Artigas – Paysandú, que esta temporada celebró su edición 71ª de forma ininterrumpida. La competencia, que comenzó el sábado con la participación de una treintena de barcos y cuya primera etapa finalizó en la desembocadura de arroyo Malo, concluyó ayer por la tarde, luego de que los veleros manifestaran dificultadas para avanzar a causa de la falta de viento. Todo lo contrario a lo que sucedió un día antes.
Los primeros en llegar al Yacht Club, la institución organizadora de este evento deportivo, lo hicieron pasadas las 16 horas –cuando se aguardaba que arribaran a eso de las 14–, arropados por los aplausos del numeroso público que se arrimó hasta el club náutico a esperar la llegada de los navegantes. El primero en cruzar la línea fue la embarcación Zig Zag, a las 16.05, y siete minutos después lo hizo Teco; en tercer lugar, apareció Pícaro. Por tiempo corregido, Teco ganó la Serie A, seguido por Pícaro y Zig Zag, que ganó la cinta azul.
Desde la organización, se coincidió que la de ayer resultó ser “una etapa muy complicada”. “El día comenzó sin viento. Por eso a las 9, la comisión decidió emprender camino río abajo para ir acortando recorrido y ganar unos kilómetros a motor. Se determinó largar en la zona del banco Carballo, un poco aguas arriba de Liebig. Ahí con muy poco aire se realizó la largada y la etapa se fue haciendo bastante dura, con condiciones muy cambiantes. Recién a partir de la isla San Francisco apareció un viento sur, de unos 7 a 8 nudos, lo que hizo que los barcos pudieran llegar sobre las cuatro de la tarde a Paysandú. Llegó toda la flota, bastante en hora y se cumplió con el objetivo”.
Se añadió que “para el club fue un éxito total”. “Una tremenda fiesta se vivió en el río, con una cantidad muy buena de participantes para ser solo de embarcaciones locales y nacionales, sin argentinos, y con toda la barra que acompaña año a año con lanchas y cruceros, que disfruta del entorno de la regata más importante del río Uruguay”.

Resultados

Serie A: Teco, Pícaro, Zig Zag. Serie B: Summering, Anfejus, Jodete. Serie C: Sol y Luna, Malacara, Aniquilador. Serie D: Calipso, Andreas B, Piccolino. Serie M: Sudaka, Doña Lina, Doña Beryl. Serie S: Cabortero FB, Thanks. Monotipos: Pukkin.

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La 71ª edición de la Regata Meseta de Artigas – Paysandú se cerrará hoy frente a la institución organizadora, el Yacht Club Paysandú, tras la disputa de la segunda etapa de la competencia, que se puso en marcha en la víspera.
Tras el tradicional acto en homenaje al Gral. José Artigas en la Meseta, donde se depositó la ofrenda floral, la treintena de embarcaciones que conformaron la flota esperaron la orden de partida para encarar la primera etapa, que finalizaría 35 kilómetros río abajo, en la desembocadura del arroyo Malo.
El pronóstico finalmente se confirmó: la regata fue durísima, teniendo en cuenta las condiciones del tiempo.
El viento sopló fuerte desde el sur, con ráfagas de hasta 50 kilómetros por hora, lo que significó todo un desafío para las tripulaciones.
Tan es así que al menos un par de veleros sufrieron la rotura del mástil (el Tifón y el Agua Fiestas), y otras vieron como se rompía alguna que otra vela ante la potencia del viento.
Zig Zag fue el que encaró en primer lugar la línea de partida y no aflojó hasta llegar a arroyo Malo, seguido por el Morocha y el Teco. Los tres dominaron la regata en el agua, y esperaron luego por el corregido, en el que se metió en la pelea el Tizón, al ser tercero. El Teco terminó primero la etapa inaugural por tiempo corregido, y el Zig Zag segundo.
Toda la intensidad que se vivió ayer, en el que los barcos mostraron su resistencia y las tripulaciones la destreza para llevar adelante la navegación con esas condiciones, desaparecerá en la presente jornada.
Al menos así lo indica el pronóstico, que señala que no habrá viento y que las condiciones no serán las mejores para navegar.
Está previsto que la flota comience a viajar río abajo hasta nuestra ciudad, para completar los 51 kilómetros finales de recorrido, sobre la hora 9.
Pero los organizadores estaban anoche evaluando la situación, por lo que no se descartaba tomar la misma decisión que el pasado año: largar varios kilómetros río abajo.
El objetivo no es otro que intentar llegar pasado el mediodía a Paysandú, más específicamente frente al club náutico sanducero, donde se establecerá el punto de llegada.
El año pasado se decidió que la segunda etapa se largada en la zona de Pepeají, es decir unos 20 kilómetros río abajo.
La decisión se tomará hoy, antes de la largada, a la espera de que el público pueda presenciar la llegada de la flota a partir del mediodía, ya sea a lo largo de la costa sanducera como del Yacht Club o el Muelle Aníbal Sampayo.
La 71ª edición de la regata más importante del país sumará una nueva edición ininterrumpida, haciéndole frente con éxito a la pandemia de coronavirus, y contando con una flota que dio pelea en una de las regatas más difíciles de los últimos años.

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El país se revolucionó como pocas veces. Aquella mañana del 20 de setiembre de 2000 llegaba la noticia desde Sydney: Milton Wynants había logrado la medalla de plata en la prueba por puntos de los Juegos Olímpicos. Han pasado 20 años de la hazaña del pedalista sanducero, que tiene en claro que una vez al año es objeto de felicitaciones y admiración. “Pasa el tiempo. Para todo… No me sucede nada especial cuando llega esta fecha, pero es lindo que te lo recuerde la gente todos los años. Y pasa más hoy, con las redes sociales. Antes se acordaba el que está en esto, pero ahora pasa siempre. Y se siente aquella sensación, se vuelve a recordar aquello que viví”, señala a unas horas de que el calendario marque otro 20 de setiembre.
El “Gorra” levanta la vista y recuerda lo que vivió ese día. “Pensaba qué iba a comer ese día, me fui caminando al comedor de la Villa Olímpica para ver qué podía comer, porque corría a las 19 horas. Ese día salí a pedalear un poquito en la mañana, llegué, almorcé, descansé, y siempre teniendo todo pronto”, repasó.
Lógicamente que llamó por teléfono a Paysandú (“en ese momento no se usaban las redes sociales”, señaló entre risas como para dejar en claro el tiempo que ha pasado), y hablé con Marlene (su esposa) y mi padre”.
“El mensaje siempre fue darle para adelante, con fuerza. Con mi viejo hablamos incluso de la transmisión que iba a usar para la carrera”, repasó. Y confesó que “era hablar para darles tranquilidad, pero también para que me la transmitieran”.
Es que las horas antes de la competencia “fueron momentos de nervios”. Pero como contrapartida, la tranquilidad era enorme porque “no tenía la responsabilidad de ganar, sino de ir a hacer lo que mejor se pudiera”.
El objetivo, la meta, estaba fijada: llegar entre los 10. “Con eso estábamos conformes”, remarcó. ¿Por qué entre los 10? Porque en Atlanta 96, sus primeros Juegos, se vio en el tablero de posiciones en la séptima ubicación, y festejó con un grupo de uruguayos. “Hasta me llevaron en andas”, recordó. Pero cuando llegó a la Villa Olímpica, resultó ser que estaba en el puesto 11º. “¡Y ya habíamos festejado un séptimo puesto!”, dijo. Por eso en Australia se quería dar al menos un paso más, y estar mínimamente entre los 10. “Pero salió mucho mejor”, estampa.
Días antes de la prueba, Wynants había decidido no ser de la partida en la ceremonia inaugural. La decisión fue dura (“me ponía y sacaba el saco”), pero sabía que pese a la satisfacción, estaría muchas horas parado. “En Atlanta fue desde las 15 y hasta la una de la mañana”, repasó. Así que si quería entrenar al día siguiente en condiciones, debía no participar de la ceremonia. Dolió, cenó solo en el comedor de la Villa, y se fue a descansar. Fue, quizás, una premonición.
El día de la carrera, más allá de los nervios, había tranquilidad. Milton habla mucho de sensaciones y, en ese sentido, repasó que tenía “esa sensación de estar bien, por los entrenamientos y las competencias previas, aunque no sabía cómo me iba a ir”.
Eso sí: “los nervios se fueron después de que se largó la carrera, porque había que estar entre los 10”.
Durante la prueba, “vas a tus sensaciones y a buscar las oportunidades dentro de la carrera. Mientras tus sensaciones físicas son buenas para buscar el sprint o buscar alguna vuelta que te lleve a algún corte o solo para sacar vuelta”, dijo explicando la carrera, en la que dejó en claro que hubo lugar para ese sexto sentido que le permitía conocer el momento exacto en el que había que hacer el esfuerzo.
“Cada tanto relojeaba el tablero, e iba 6º, 5º… Miré hasta el cuarto lugar. Fui al último sprint y sumé puntos dobles, ¡y festejé un tercer lugar!”, recordó. Cuando paró, la locura entre la delegación era más grande aun: no era bronce sino de plata la medalla que se colgaría en el cuello.
“En ese momento no reaccioné. Lo tomás como una carrera más. La ficha te cae después”.
Ni siquiera reaccionó cuando Julio César Maglione, presidente del Comité Olímpico Uruguayo, le preguntó si quería que se trajera a su esposa desde Uruguay, lo que finalmente sucedió. “No reaccioné porque quería terminar la carrera y volver. Tenía marcado el vuelo y quería volver”, comentó.
Vinieron luego los festejos, la despedida de los Juegos como abanderado celeste, y la llegada a Uruguay y especialmente a Paysandú.
Pasaron 20 años. Sí, 20. La medalla está guardada en un cajón, el enterito que utilizó cuelga de una percha en el living, y la bici, aunque algo cambiada, en el trailer porque sirve para entrenamiento propio y de algún gurí de los que entrena.
Milton sigue rodeado de su humildad. Casi como sin darse cuenta de lo logrado. Quizás hasta destaca más el doble oro panamericano que sumó en 2003, porque fue confirmar que lo de Sydney no fue casualidad.
Lamenta “haber vendido algunas partes de la bici”, y que “no fui de quedarme con cosas”, al punto que confiesa que “mucho he perdido por no valorar realmente lo que se conseguía”. Pero año a año, el “Gorra” recibe el reconocimiento de la gente común, de los sanduceros que no se olvidan y valoran que sobre dos ruedas, y del otro lado del mundo, fue el encargado de volver a poner a Paysandú en un podio olímpico. → Leer más

La expectativa es enorme, y los motivos son muchos. Hoy, cuando a las 12 horas se escuche la orden de partida, quedará atrás toda la incertidumbre que rodeó a esta 71ª edición de la Regata Meseta de Artigas – Paysandú, con la que la pandemia de coronavirus no pudo.
Finalmente el Yacht Club Paysandú podrá decir que en medio de una nueva normalidad pudo sacar adelante la disputa de la competencia, en una fecha atípica para lo que es la mayor marte de su historial. Pero que, en definitiva, el esfuerzo valió la pena para que la competencia náutica más importante del país y la región, sume 71 versiones de manera ininterrumpida.
Pero también hay que remarcar que la Regata no es ajena a estas épocas, porque en definitiva fueron las que recibieron a las dos primeras ediciones.
Pese a todas las restricciones sanitarias, que impiden que los regatistas argentinos puedan ser de la partida, se espera que esta mañana esté confirmado el número total de embarcaciones que integrarán la flota, que superará los 30, número más que interesante si se tiene en cuenta la realidad del deporte en la región.
Más allá de que la mayoría de los veleros son lógicamente sanduceros, han arribado desde Montevideo, Juan Lacaze, Mercedes, Fray Bentos y Puerto Sauce, que partieron río arriba el jueves y en la víspera, en este caso acompañados por la embarcación insignia del club náutico sanducero, la Sacra, con destino a la desembocadura del arroyo Guaviyú, donde se pasó la noche.
Otro dato no menor, es que unos 12 o 13 yates acompañarán a la regata, lo que habla de la expectativa que existe alrededor de la competencia que sigue batiendo récord: suma ediciones ininterrumpidas y con el mismo recorrido.
Hoy, a la hora 11, se llevará a cabo el tradicional acto en la Meseta, en homenaje al Gral. José Artigas, cumpliendo así con un aspecto fundamental para la Regata, que nació justamente en el deseo de llegar al lugar para depositar una ofrenda floral, hace 71 años.
A la hora 12 se dará la orden de largada, y los veleros navegarán río abajo en búsqueda de los mejores tiempos de esta primera etapa, que finalizará 31 kilómetros al sur, en la desembocadura del arroyo Malo.
Mañana en la mañana se largará la segunda y última etapa, que tendrá como destino final el arribo frente a la sede del club organizador, seguramente después del mediodía, dependiendo de las condiciones del tiempo.
Es de esperar que el acto y la largada sea acompañada con el público, siguiendo un protocolo sanitario bajo el que se desarrollará la competencia, que este año se denominará Pedro Vergara. → Leer más