Compra de uruguayos agudiza escasez de gasoil en Entre Ríos; podría ocurrir lo mismo con naftas

Una estación de servicio en Concepción del Uruguay.

La falta de gasoil en el mercado argentino se comenzó a profundizar en los últimos días. La principal razón es que el intervencionismo desarticuló todo el esquema de precios. Hay un valor de importación que está en torno a 30% por encima del que se vende al público al surtidor, lo que genera pérdidas en la industria, que se compensan en parte con ventas más caras al campo, otros sectores de la economía, o clientes extranjeros.
Todas las petroleras, la estatal YPF y las privadas, producen gasoil, aunque una sola (Pan American) destila el de mayor refinación, el ultra bajo en contenido de azufre.
Como la producción no alcanza a satisfacer el mercado interno argentino, las petroleras deben importarlo. Así YPF, que tiene el 60% del mercado de combustibles, es también el principal importador. Tanto YPF como el resto de las petroleras, no importan crudo para elaborar gasoil, sino que compran en el exterior ese combustible ya refinado. Los precios internacionales son más altos que los de producción argentina.

EXTRANJEROS PAGAN MÁS

Pero en ciudades de provincias fronterizas con Bolivia, Paraguay y Uruguay el transporte de carga argentino enfrenta una dificultad aun mayor para conseguir gasoil, en la medida que camiones, taxímetros y similares de los países vecinos cargan en surtidores argentinos, y están dispuestos a pagar por encima de la tarifa oficial y en dólares. Aun así el ahorro es sustancial para los camioneros uruguayos, paraguayos y bolivianos. De hecho, en el caso de Paysandú, incluso hay empresas de taxímetros que se surten con combustible que adquieren del lado argentino, tras cruzar el puente Paysandú-Colón.
Mario Amado, vicepresidente de la Cámara de Expendedores de Combustibles de Entre Ríos –citado por diario El Once– aseguró que “desde noviembre las estaciones de servicio venimos vendiendo combustible con cupos, producto de que el país debe importar su gasoil. A esta grave situación se le sumó ahora la disparada de los precios a nivel mundial por la guerra entre Rusia y Ucrania”. Anticipó que, de continuar esta situación, también podría verse afectado el abastecimiento del resto de los combustibles.
Pero, además, Amado alertó que también podrían registrarse restricciones en la venta de otros combustibles como la nafta, en la medida que –por ejemplo– Uruguay concrete el levantamiento de la emergencia sanitaria en estos días, lo que facilitará el tránsito por los puentes internacionales. Más allá que se controlará el ingreso de comestibles, se considera muy poco probable que ocurra lo mismo con los combustibles. La demanda desde Uruguay podría aumentar el desabastecimiento en Entre Ríos, pues los uruguayos pasarían a ser compradores “VIP”.

IMPORTAR PARA VENDER A PÉRDIDA

Esta semana la Confederación de Entidades de Hidrocarburos (Cecha) advirtió de esta situación en un comunicado: “El atraso del 32% por ciento en los precios es lo que llevó a que hoy estemos frente a las primeras señales de desabastecimiento en combustibles claves como gasoil y el diesel. Es urgente que el gobierno convoque a todos los actores del sector y busquemos soluciones para garantizar su normal funcionamiento”.
En el primer bimestre del año, las importaciones de combustibles y lubricantes crecieron 187,3% y alcanzaron los 824 millones de dólares, principalmente de gasoil y naftas premium.
Eso de traduce en un perjuicio muy concreto. El costo de poner en el surtidor mil litros de gasoil importado asciende a 1.500 dólares. Por cada litro de gasoil que vende un estacionero en el mercado argentino, la petrolera que lo importó pierde 38,63 pesos (13 pesos uruguayos), es decir, 350 dólares por cada mil litros comprados en el exterior.
Esa pérdida se compensa parcialmente aumentando los precios de venta, minoristas o al surtidor. Y también los valores mayoristas, que son 15% más caros que al consumidor final. Ese es el valor que paga el campo y a las industrias por ese combustible. El precio mayorista del gasoil compensa en parte las pérdidas petroleras por la venta minorista. Y en zonas de frontera, los clientes extranjeros encuentran barato el combustible que se vende en Argentina.
Por el momento, en Concepción del Uruguay, Colón, Concordia y ciudades cercanas, la preocupación se centra en la reducción de entrega de gasoil, pero no descartan que si se dispara la demanda desde ciudades uruguayas, las naftas también se tornarán escasas.