En plaza Lavalleja recordaron los 197 años del Desembarco de los 33 Orientales

El prefecto de Puerto, teniente de Navío Luis Zinno, orador en el acto conmemorativo del centésimo nonagésimo séptimo aniversario de la Cruzada Libertadora, iniciada con el desembarco en la playa de la Agraciada el 19 de abril de 1825, al término de su alocución recordó “una consigna pregonada por el líder de los orientales, Juan Antonio Lavalleja”. La frase legada a la historia “por intermedio de quien fuera uno de los integrantes y cronistas de la hazaña de la Cruzada Libertadora, Juan Spikerman, quien recordó lo siguiente: ‘Amigos, estamos en nuestra patria, Dios ayudará nuestros esfuerzos y si hemos de morir, moriremos como buenos en nuestra propia tierra. Libertad o muerte”.

En plaza Lavalleja se reunieron autoridades y público para el acto patriótico. Entre otros estaban presentes los tres diputados por el departamento, Nancy Núñez, Cecilia Bottino y Juan Carlos Moreno; el secretario general de la Intendencia, Fermín Farinha; el jefe de Policía, comisario general (r) Eduar Álvez; el comandante del Batallón “General Leandro Gómez” de Infantería Mecanizado Nº 8, teniente coronel Gustavo A. Negrín; el cónsul argentino en Paysandú, Nicolás Domingo, y el ya mencionado prefecto de Puerto.

La banda municipal José Debali brindó un breve concierto previo al acto y luego ejecutó los himnos Nacional y a Paysandú, coreados por los presentes. Posteriormente se procedió a la colocación de una ofrenda floral al pie del busto a Lavalleja.

Zinno comenzó luego su discurso, recordando que “197 años atrás se producía un hecho que a la postre redundaría en las ulteriores acciones militares y políticas que darían fin a la extensa dominación extranjera sobre nuestro territorio. Dando así paso a la tan anhelada independencia nacional”.
Agregó en su racconto histórico que “33 Orientales insurrectos al régimen instaurado, bajo el mando de Juan Antonio Lavalleja, en la Agraciada, dando comienzo a la denominada Cruzada Libertadora de 1825, corriente revolucionaria que tuvo sus causas en la invasión luso brasileña y el subsiguiente sometimiento hacia los orientales”.

“La historia nos marca que tal vez este movimiento no hubiera tenido lugar –o hubiese fracasado– en su intención sin el apoyo brindado por parte del sector saladerista y ganadero de Buenos Aires, compromiso que resultó decisivo y permitió el financiamiento de la empresa revolucionaria”. El sector mostraba gran interés en apoyar la liberación de la Banda Oriental del dominio brasileño. “Inmerso en la necesidad de contar con la gran riqueza pecuaria de aquella época, apoya esta expedición en vista del deterioro de su incipiente mercado ante la competencia desleal de sus pares del Río Grande del Sur, por cuanto el ganado oriental era arriado masivamente hacia una próspera industria saladeril al sur del Brasil”.

“Quiero resaltar, poniendo especial énfasis en las generaciones jóvenes que hoy nos acompañan, el sentimiento de devoción, empeño y fervor por la libertad y por la independencia de la patria de este grupo de patriotas orientales que emprendieron esta acción emancipadora de fundamental importancia para el proceso histórico de nuestro país”.