Al hincha sanducero le importó poco, porque en la tribuna fue una fiesta. Pero adentro de la cancha, Peñarol seguramente se irá hoy preocupado de Paysandú, a días de afrontar el debut en la Libertadores: el equipo, más allá de los cambios para reservar jugadores, no anduvo y no salió del empate frente a Rentistas en el Estadio Artigas, por la 7ª del Apertura.
Más allá de la falta de gol que sufre el equipo, la mayor preocupación pasó por la gestación más allá de intentar dominar el juego, lo que recién pudo en la segunda etapa, cuando Laquintana se transformó en lo mejor del equipo, intentando lastimar por los costados.
Acevedo se lo perdió para el local en una chata primera parte, y lo más claro para Peñarol fue un centro de Ramos que terminó con la posibilidad para Álvarez Martínez, que definió de primera pero suave, para que controlara Fuentes sin problemas.
Larriera apostó a las variantes, con la intención de darle más seguridad en la mitad de cancha, pensando también en la generación. Y si bien se ganaron metros y se dominó el terreno, la realidad es que Rentistas controló al rival, y apostó al contragolpe.
Musto, ingresado en el complemento, estuvo cerca con un cabezazo.
Y promediando el complemento lo tuvieron ambos, dado que tras la definición afuera de Juninho, Peñarol devolvió con un pase de Álvarez Martínez a Laquintana, que definió a la cara del golero, que más tarde se revolvería como gato entre la leña para sacar por dos veces con los puños la pelota en una misma incidencia.
Peñarol no salió del empate, y terminó siendo un mar de nervios ante un equipo que quiso sorprender con alguna corrida que no terminó como pretendió.
El carbonero resignó dos puntos más en la tabla, sigue sin gol, pero tampoco encuentra el camino que quiere transitar.
Justo a días de debutar en la Libertadores, ante Colón de Santa Fe, esperando poder en la Copa dar vuelta la historia que en el Apertura parece seguir complicándose.
