Procuran valorizar los residuos post industriales como insumos para bienestar animal en lechería

En el marco de la Expo Melilla que hoy llega a su fin, Conaprole, Prolesa, la empresa Uruplac, el Centro Tecnológico del Plástico (CTplast), la Agencia Nacional para el Desarrollo (Ande), el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU) y la Facultad de Ingeniería, presentaron el proyecto: “Valorización de residuos post industriales como insumos para el bienestar animal en la cadena láctea”.

La falta de sombra en los tambos atenta contra el bienestar animal, redunda en menor producción por vaca y menos dinero para el productor. Es por eso que fueron presentados los detalles. “Somos una empresa que tiene un compromiso enorme con la sustentabilidad y el trabajo futuro. Trabajamos en la visión que tiene la cooperativa de ser una empresa líder en Latinoamérica en productos lácteos de alcance global, de excelencia y producidos de manera amigable con el medio ambiente”, afirmó el vicepresidente de Conaprole, Alejandro Pérez Viazzi.

Conaprole tiene un Comité de Sustentabilidad que abarca a todas las áreas, con distintos ejes de trabajo, como nutrición, mejor uso del agua, en cómo ser más eficiente de la energía y en responsabilidad social empresarial. “Uno de los capítulos bien importantes es el tema envases”, explicó Pérez Viazzi.
El jerarca explicó que se trabaja “en la materia prima de los envases, en que sean reutilizables compostables o reciclables, como los que se están abarcando en el proyecto”.

Indicó que “de alguna manera tenemos un problema como los residuos de envases o residuos industriales y junto con eso se pensó en esta política sustentable y de economía circular, en buscarles una utilidad cerrando una necesidad que tenemos los productores a nivel de tambo, como la sombra para el ganado”, sostuvo Pérez Viazzi.

Detalles del proyecto

El gerente del Área Producción Lechera y Relaciones Cooperativas, Gabriel Oleggini, contó algunos detalles del proyecto. “Por un lado estaba el procesamiento de los envases, como el residuo de un proceso industrial y por otro lado, la falta de sombra en los tambos, que también es una dificultad. Trabajamos sobre los dos problemas y en forma conjunta lograr una solución. Estuvimos trabajando distintas áreas de la cooperativa y distintas instituciones. A partir de ahora hay que trabajar más sobre la solución que se logró y potenciarlas”.

El proyecto logró darle utilidad a materiales que no tenían valor y que tenía un costo procesarlos, volcándolos a los tambos en chapas de plástico que conforman estructuras de sombra para el ganado.

Oleggini recordó que “las inversiones en sombra son de menor porte y tienen un repago más rápido que las que se realizan en otras áreas, como bien puede ser el caso de la caminería.

Los dos proyectos piloto con las chapas plásticas elaboradas por Uruplac con los residuos de envases de Conaprole, usaron estructuras de madera de 3,5 metros por 4,30 o 5 metros y una altura de 5 metros. Primero se probaron las chapas en INIA La Estanzuela y luego se pasó al proyecto piloto en dos predios lecheros. El costo por vaca, abarcando madera y chapas plásticas fue de U$S 250 por vaca o U$S 55 por metro cuadrado (se precisan entre 4 y 5 metros por vaca). El beneficio económico anual y el aumento de producción en ambas categorías es cinco veces mayor al costo de la inversión anualizada. Los beneficios por vaca seca a la que se aportó sombra en el período pre parto y vacas en producción de más de 30 litros por día con sombra en lactancia, son por demás auspiciosos.
Por su parte, Martín Ambrosi, director de ANDE, felicitó a las instituciones participantes en el proyecto. Recordó que la agencia trabajó en el proyecto oportunidades circulares desde 2018. Celebró que en esta nueva iniciativa sean varias las instituciones que vienen trabajando juntas.
La Agencia Nacional para el Desarrollo (ANDE) financió la estabilización del proceso productivo de las chapas de plástico de Uruplac. El plástico levanta menos temperatura que otros materiales.

Agustín Tassani, director de CTPlas, recordó que el centro Tecnológico del Plástico, una iniciativa conjunta de la Asociación Uruguaya de Industrias del Plástico, la Cámara de Industrias del Uruguay, el Laboratorio Tecnológico del Uruguay y la Fundación Julio Ricaldoni, viene trabajando con Ande desde hace varios años, “logrando productos con resultados tangibles”.
A su vez, reconoció que “fortalecer la asociatividad a lo largo de toda la cadena, es de las cosas claves para poder resolver este tipo de problemas. Es un orgullo el producto y agradecer a Ande que fue el articulador entre los distintos actores, a Conaprole que tomó el riesgo de valorizar los residuos de envases y generar un producto que impacte en la cadena de producción”.