Proteger los Talleres de AFE

Con motivo de la presente Semana de la Cerveza, un grupo de trabajadores de los Talleres Paysandú de AFE han vuelto a abrir la muestra museística que ellos mismos han impulsado dentro de las instalaciones de esa dependencia. En el lugar, a través de los objetos que han rescatado, así como de la documentación que han reunido y sus propios relatos, quien concurren pueden conocer de primera mano al menos parte de la riquísima historia ferrocarrilera de Paysandú, una historia que está intrínsecamente ligada a la historia del desarrollo industrial, como antes portuario de nuestra ciudad, el departamento y la región.

Solo lo narrado anteriormente alcanzaría como excusa para que se considerara como una prioridad enseñar al respecto y hacer los mayores esfuerzos por conservar ese patrimonio. Pero es que además lo que se guarda dentro de esos talleres, así como el propio edificio, son verdaderas joyas, testimonio de una época que ya dejamos atrás, pero testimonios que prácticamente en el mundo han desaparecido, desplazados por los avances tecnológicos, siempre más eficientes, más brillantes y más efímeros.
La historia del Ferrocarril Midland del Uruguay se empezó a escribir antes de 1890, que fue en realidad el año de la inauguración. La línea se empezó a construir tanto desde Paso de los Toros –adonde los materiales llegaban por el Ferrocarril Central– hacia Paysandú, como desde Paysandú hacia Salto. En nuestra ciudad empezó en el muelle ferroviario, desaparecido en la década del 40. La línea principal unía Paso de los Toros, Tres Árboles, Algorta, Paysandú y Salto, con varias estaciones intermedias. El tendido es el mismo que existe hoy día y que ha sido parcialmente renovado en el marco de un programa del Fondo de Convergencia Estructural del Mercosur (Focem), una iniciativa que bien merece que nos ocupemos de ella en otra oportunidad, porque hoy esas nuevas vías no llegan a ningún lado, las mejoras terminan apenas pasando la ciudad de Paysandú, a la altura de la fábrica de cemento portland de Ancap, a cuyo servicio se mantenían operaciones hasta la cantera, pasando la estación Queguay. Hoy ni siquiera eso está operativo y el transporte se realiza con camiones.

Pero volvamos a los talleres, donde solo quedan nueve trabajadores, algunos de ellos ya con edad de jubilarse, y si bien las labores se siguen cumpliendo, se han perdido las especializaciones que existían entre el personal, que en muchos de los casos son multitarea.
Durante la visita que realizó a Paysandú en julio de 2020 el entonces ministro de Transporte (hoy en la cartera de Interior) Luis Alberto Heber, fue consultado acerca de la situación de los Talleres de AFE Paysandú. Dijo desconocer que hubiera dificultades a raíz de la jubilación de muchos funcionarios, pero garantizó que si así fuese el caso se debería atender esa situación. “Si está funcionando, por qué lo vamos a desmantelar. Vamos a ver cuál es la situación”, ante la consulta de si el gobierno pensaba mantener los talleres en actividad.
De hecho los talleres tienen un valor estratégico en la operativa ferroviaria por su ubicación respecto a los talleres centrales en Peñarol, en Montevideo, de allí que la intención primera sea mantenerlos operativos. Eso aporta algo de tranquilidad. Pese a que el ferrocarril no pasa por sus mejores horas, hay mucha expectativa por lo que pueda ocurrir cuando entre en operación el Ferrocarril Central que unirá Paso de los Toros con Montevideo.

Dentro de los galpones de los talleres se encuentra plenamente operativa una instalación de la última década del siglo XIX. Lo único que se cambió es la fuente energética, ya que se pasó de una caldera a vapor a un motor diesel. Todo funciona, todo está plenamente operativo como en la época en que el tren corría y además muy bien mantenido por los trabajadores.
No existen en la región instalaciones como las que se pueden apreciar allí, de hecho suelen llegar aficionados a la temática ferroviaria desde diferentes países, a conocer el lugar por las excelentes condiciones en que se encuentra, mucho mejores por ejemplo que en el Museo de la Revolución Industrial de Fray Bentos, donde es evidente que las instalaciones y maquinarias llevan décadas en desuso, puesto esto sin pretender quitar mérito a la conservación que se ha hecho de ese acervo.
El potencial desde el punto de vista cultural, turístico e incluso para la industria del audiovisual es inestimable y ya decir que eso está en riesgo de desaparecer o abandonarse para siempre es demasiado lujo.

Hoy los trabajadores se proponen obtener para los Talleres AFE Paysandú la declaración como Monumento Histórico Nacional. Los méritos para ello vaya si los tiene. Tal declaración sería un espaldarazo importantísimo para conseguir que esas instalaciones sigan siendo parte del legado patrimonial de Paysandú y puedan darse a conocer con orgullo. Hay antecedentes directos del interés por conservar patrimonio ferrocarrilero, de hecho, a pocos metros de los talleres, en el acceso a la Estación, está la Locomotora 88, una de las construidas en el año 1906 por la firma Beyer Peacock & Co., Gordon Foundry, Manchester, para el Ferrocarril Central, que fueron declaradas Monumento Histórico en mayo del 2013 por el entonces ministro de Educación y Cultura Richardo Ehrlich.
Esa declaración no logró su cometido, que era recuperarla y que vuelva a estar operativa para hacer paseos culturales. Esperemos que no pase algo similar con los talleres y que cuando nos acordemos de hacer esa declaración no vaya esta dirigida a una tapera vacía.