Solicitada: No es homofobia, es poca capacidad mental

La homofobia es el odio hacia hombres y mujeres homosexuales, pero ese odio, de fobia, no tiene nada, sino que es una estupidez e ignorancia humana. La fobia se ubica dentro de los trastornos de ansiedad, es un miedo irracional a situaciones u objetos muy específicos (ej; animales, la altura, etc), cuando el sujeto se enfrenta a estos provoca miedo y ansiedad inmediata, esto tiene que durar al menos 6 meses para ser considerado una fobia.
Y como cualquier trastorno el mismo debe afectar ampliamente la vida social, laboral y otras áreas importantes de la persona. El odio a los homosexuales, no es una fobia. Nunca jamás vi un “homofóbico” que deje de cumplir con sus tareas, estudios, trabajo, o que deje de salir a la calle por miedo a cruzarse un homosexual, de hecho, casi siempre estos se enfrentan al supuesto “objeto fóbico”, cosa que en una fobia real es muy complejo de suceder.
La “homofobia” de fobia, no tiene nada, sino que es sinónimo de ignorancia y sinónimo de violencia, porque en pleno siglo XXI el discurso homofóbico ha llegado a generar la muerte de jóvenes y adultos tras ser golpeados y torturados por gente que atrás de sus temores y sus miedos, sus incapacidades emocionales, su poca capacidad de reflexión, se siguen escudando en su discurso de odio, sin ningún tipo de sustento que los avale y generando violencia. Y es demasiado injusto que un trastorno como la fobia, tan severo, que realmente la sufren un montón de personas, la utilicen estos seres del mal para seguir generando odio y violencia. La homofobia no es una fobia, es una incoherencia humana, es violencia.
Lo sorprendente de todo esto, es que los principales odiadores seriales son los fanáticos religiosos, que imponen la biblia como sustentabilidad de sus discursos, pero al parecer se olvidaron de que si realmente existe un dios, es un dios de amor, no uno lleno de prejuicios y desprecio hacia los seres humanos. No utilicen sus creencias como escudo a la intolerancia, a la poca capacidad mental, y al odio hacia una realidad social, que existió, existe y seguirá existiendo.
Nuestro deber como ciudadanos es seguir promoviendo la educación, el respeto y la empatía, no la discriminación ni la división; porque si bien se ha logrado la obtención de una diversidad de derechos que hoy gozamos todos, queda mucho por trabajar, y ese trabajo empieza desde el hogar.

Camilo Ayende