General

Un uruguayo en Chile durante los primeros días del golpe de Estado

A Raúl Rodríguez se lo conoce en el ambiente sanducero por ser profesor y director de teatro desde hace décadas, en un segundo término también por su faceta política incluso como candidato presidencial por Asamblea Popular. Y por supuesto alguien más enterado también sabrá que fue uno de los integrantes del MLN que cayó preso durante la dictadura.
Sin embargo, a poco de cumplirse los 50 años del golpe de Estado en Chile, el pasado vuelve a presentarse en forma de algunos recuerdos imposibles de olvidar. Porque Rodríguez fue parte de un grupo de uruguayos que no solo estaba en Chile en el momento de la toma del poder por los militares comandados por Pinochet, sino que, en el momento del golpe, estuvo detenido en el Estadio de Chile y en el Nacional, lugares emblemáticos que representaron la cara más oscura de una dictadura que se iba a extender durante 17 años.
“Mi aparición en Chile en ese momento ocurre porque acá en Uruguay me habían arrestado porque sospechaban que pertenecía al MLN –algo que era cierto–, pero no pudieron comprobarme nada. De todas formas estuve un año y medio preso. Cuando salí en el ‘73, el MLN me destina a Cuba. El 25 de mayo de 1974 salgo hacia Cuba, pero primero había que pasar por Chile, donde teníamos una organización que se llamaba ‘La Guacha’, que era el aparato que había ahí para recibir a los uruguayos. Los que estábamos en el aparato militar del movimiento éramos destinados a Cuba para entrenamiento”, cuenta a manera de resumen Rodríguez.

“Pero cuando llego me dicen que nadie iba a ir a Cuba porque ahí en Chile se venía la guerra y nosotros íbamos a participar defendiendo al gobierno de la Unidad Popular del presidente Salvador Allende. Así que nos destinan a una casa donde estoy con otros compañeros y compañeras preparándonos para ese momento”, continúa.
Rodríguez vislumbra entonces los primeros problemas que llevarían no mucho tiempo después, a la derrota del gobierno y la subida de Pinochet. “Yo estaba muy de acuerdo con participar, pero en realidad no teníamos con qué, no teníamos armas como para enfrentar a los militares. Pero en ese momento aparece un comunicado que fue una movida estratégica notable de la derecha. Se anunciaba que por el momento se alejaba la posibilidad de un golpe porque si bien había renunciado a la comandancia del ejército un general constitucionalista muy amigo de Allende, a quien le tocaba sucederlo, el general Santa Cruz que ya tenía una fama terrible, no tomaría la jefatura de las Fuerzas Armadas por estar muy ocupado en el sur del país. Así que quien quedaría en su lugar sería Pinochet, que en ese momento tenía no solo fama de constitucionalista sino también un buen relacionamiento con Allende. Así que se bajó la guardia, y, por supuesto, fue un error”.

La caída

De ahí a caer detenido tanto Rodríguez como todo su grupo había muy poco trecho “y la casa donde estábamos ya estaba marcada por la organización Patria y Libertad, que era como la Juventud Uruguaya de Pie de Uruguay. Así que ya sabían que ahí había uruguayos sospechados de tupamaros. Así que los carabineros nos tomaron totalmente por sorpresa. Lo que nos salvó directamente de ser fusilados fue que en esas primeras razzias, no se llevaban a las mujeres, solo a los hombres, entonces, una de las compañeras que quedó, que sabía que en la casa habían quedado algunas cosas comprometedoras, después que nos habían sacado a todos se metió en la casa por un muro del vecino y sacó todo. Al otro día los militares regresaron pero no encontraron nada”.
“Pero solo por el hecho de ser uruguayos, aunque no tenían información, nos consideraban tupamaros y como tales nos interrogaron y torturaron. Primero en una comisaría, pero todavía no tenían información de Inteligencia y las preguntas eran muy generales”, detalla.
Fue en esa comisaría donde Rodríguez se entera de manera casual que había muerto Allende, “nos enteramos por la fiesta que hicieron los militares y las cosas que gritaban, era muy diferente a la información de hoy en día en la que todo el mundo se entera de todo rápidamente. De ahí pasamos al Ministerio de Defensa y de ahí al Estadio de Chile, que ahora es el Estadio Víctor Jara”. → Leer más

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General

Escribe Danilo Arbilla: ¡Otra vez!

Constato coincidencias sobre el plebiscito entre fuentes del Frente Amplio y del oficialismo: creen que pueda ser la tumba de los cracks.
Esto es, de los cracks de la coalición de izquierda y del Pit Cnt.
Pienso, sí, que puede ser un fuerte golpe para el sector sindical.
Desde el oficialismo perciben una “sana” simplificación del debate electoral: habrá jubilados o no habrá jubilados. Mejor que la de si Venezuela es o no una democracia. En este asunto está en juego el futuro de las jubilaciones, es mucho mas serio y personal.

“Los uruguayos lo van a pensar mucho y no se van a dejar embaucar con esa locura de bajar el mínimo a 60, aumentar todas las jubilaciones y acabar con las AFAP”, me dijo un blanco.“Los asusta: es jugarse el presente de los jubilados y el futuro para el resto”, concluyó mi fuente.
También animan al oficialismo los “choques” en filas de la izquierda. Una guerra desatada entre tupamaros y comunistas, dicen los mas eufóricos. Es parte de la puja entre Cosse y Orsi, que “cada vez va a ser más despiadada y sucia”, apuntan. “No les importa utilizar y destruir el movimiento sindical; se sacan la careta”, dicen.
Lo de TV Ciudad no es casual.
Para la izquierda no es fácil. “El Partido (PCU) ha resuelto avanzar: Putin en Ucrania”. Esta es la metáfora que utilizó un hombre importante del MPP, quien advirtió, con el índice levantado y todo, que “también como en Ucrania pueden quedar empantanados”.

A mí me retrotrae al pasado. Las cosas se repiten y uno no puede desechar la historia; pasan, van pasando y vuelven a pasar.
Fue hace como 58 años, por enero de 1966, que Héctor, mi jefe, me dijo que me hiciera cargo de la cobertura de la Asamblea Nacional de Sindicatos. Los sindicatos, prácticamente todos, se reunían, por dos días, en el paraninfo de la Universidad, para coronar la unidad y conformar lo que no se pudo lograr en el Congreso del Pueblo: la central sindical única. Era lo que se esperaba para esta vez. No se dio. Siguió siendo simplemente Convención.
Un tema muy discutido en la interna irrumpió al segundo día de reunión, impuesto por la sindicatos que respondían al PCU, sin estar en la orden del día y con barras y a los gritos y consignas. Se trataba de la reforma constitucional de los Sindicatos. En realidad, del Frente Izquierda de Liberación (FideL). La Reforma Amarilla.
Si tuviera que resumir quizás sirvan algunas expresiones de colegas de la bancada de periodistas, más veteranos y en su mayoría de los diarios de Izquierda (El Popular, Época, un hombre de Marcha): “Se pudrió todo”, “Quieren politizar el Movimiento sindical”.

Héctor Rodríguez era mi jefe en el diario Hechos de la Lista 99. Fue uno de mis maestros. Un ser excepcional, por donde se le mirase. Dirigente del Congreso Obrero Textil, marxista, tolerante, convencido de que la izquierda era lo mejor para la felicidad de la gente. El era uno de los asambleístas aquella vez, y cuando me encargó la tarea me advirtió: “vos cubrís lo que vez, sos el jefe de la página”.
Con ese mismo criterio me llevo a tomar una café, días después, con un amigo suyo. Para que le diera un pantallazo de lo que ocurrió.

“Que los parió; ¡otra vez!. Te das cuenta,Héctor, la unidad de la izquierda sin los comunistas es imposible; con los comunistas también: de una forma u otra lo pudren todo”.
Héctor ya me había dicho y explicado algo parecido, pero en esa ocasión el comentario fue de Raúl Sendic Antonaccio. → Leer más

Culturales

Marcelo Estefanell presenta su novela “El Otro” en Paysandú

Este sábado 12 de agosto a las 19 en Club Paysandú, Marcelo Estefanell presentará su libro “El otro”, en un conversatorio junto a Rocío Schappapietra, organizado por La posta del libro.
Marcelo Estefanell nació en Paysandú en 1950. Es escritor y diseñador gráfico, especializado en redes informáticas y comunicaciones. En 2003 presentó su ensayo “Don Quijote a la cancha” y en 2004 “El retorno de Don Quijote, Caballero de los Galgos”, novela que fue premiada con el Bartolomé Hidalgo. Posteriormente, en 2007, publicó su libro de memorias “El hombre numerado”, en el cual relata lo vivido desde que fue detenido en 1972 por integrar el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T).

En su última novela “El Otro”, entre la realidad y algo de ficción, Estefanell cuenta cómo hace más de 50 años, se encontró de casualidad con su sosías allá por 1969 cuando iba a la Facultad de Veterinaria y cómo su larga permanencia en la cárcel durante la dictadura militar, influyó en la persona que se parecía tanto físicamente a él.
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Opinión

Escribe Danilo Arbilla: Deschave

El presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira lo deschavó: ¡Mujica no es Dios!
Yo ya lo sabía. Si Mujica fuera Dios el Papa Francisco lo hubiera dicho.

En marzo el Papa le dijo al periodista Gustavo Sylvestre de C5N, que Mujica “era un grande”, “un grande y un sabio”. Y machacó: “un sabio”, “el Pepe Mujica es uno de los grandes de Latinoamérica”. “Es un tipazo”, sentenció.
Si Mujica efectivamente fuera Dios, que mejor momento para que el Papa lo develara. Yo igual no le hubiera creído, no porque se trate de un Papa porteño y kirchnerista, sino simplemente porque no creo en Dios.

Pereira nos lo advirtió “el problema es pensar que Mujica es dios”. Y me quedé tranquilo. Pereira, en realidad le salió al cruce a unas inoportunas declaraciones del expresidente quien respecto a las crisis del agua dijo “nos dormimos todos, compartamos la responsabilidad”. Se refería al actual gobierno y a gobiernos anteriores.“Con esto no se puede joder, porque es un tema que nos agobia a todos”, me dijeron que dijo fuera de micrófonos.
Pereira enfatizó que discrepaba con el líder el MPP y además lo deschavó. No quedo claro el porqué de la referencia divina y a quiénes estaba dirigida. ¿A qué creyentes?

Mujica le dio poca bola, aunque advirtió: “parece que reconocer los errores es un pecado”. Además insistió “no tenemos que matarnos entre nosotros sino tratar de solventar esto lo mejor que podamos y rogar que llueva bastante”. Lo mató.
El hecho es que también Danilo Astori –que no es el Espíritu Santo, que quede claro–, con su estilo, rebuscado y sinuoso, admitió que durante el gobierno del presidente Vázquez se resolvieron mal las “prioridades”.

En los mentideros políticos la “frasecita – advertencia” de Pereira no se considera tan ingenua. Ni menos un lapsus: “una mera bobería del tipo de las que se les escapan a quienes les encanta oírse hablar”.

La interna frentista está muy sensible. De ahí puede salir el próximo presidente de la República. Hay a la vez una lucha por la supremacía: el MPP de los Tupamaros o el Partido Comunista. Para éstos, además, nunca el gobierno ha estado tan a la vista como ahora con la ingeniera Cosse.
Candidato a candidato parece claro que no es carrera. El intendente de Canelones está muy por encima. Tanto si se comparan carismas como trayectorias y gestiones. Y ni hablar de “rechazos”. Pero sabido es que la ingeniera juega duro –y sucio se asegura– y que para los “bolches” es parte de su dialéctica: que no es destruir para construir, sino destruir para adueñarse.
La disputas internas son diferentes a las nacionales y la que se dará en el FA será más dura que las del resto de los partidos. Aunque traten de disimularlo. La cancha se va a embarrar.

Todos están alertas y hay que cuidar lo que se dice. La referencia de Pereira a Mujica como deidad, se ve de diferentes maneras: para unos directamente una bobería, “falta de cancha” por lo que es necesario ubicarlo y aclararle el por qué y para qué lo pusieron. Otros, sin embargo, no lo toman como algo tan ingenuo: fue un tiro por elevación contra Orsi y contra quienes lo respaldan.

En el entorno del intendente canario a algunos no les preocupa y le restan importancia –el propio Orsi–, pero otros no lo ven tan así. “Ya empezaron a embarrar la cancha”, “tan ingenuo no es, qué necesidad tenía de decirlo”, “siempre se equivoca para el mismo lado”, “con esto se deschavó”, es lo que dicen y no cualquiera.
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Nacionales

Italia entrega a Uruguay al excoronel Tarigo Giordano

(EFE)
Las autoridades italianas han entregado a las nacionales al coronel retirado Hermes Mario Tarigo Giorgano, prófugo y acusado de asesinar a un militante de izquierdas en la dictadura, confirmó ayer el Cuerpo de Carabineros. La extradición se realizó este miércoles en el aeropuerto de Roma Fiumicino, donde el prófugo, que residía en Italia, fue entregado a agentes de la policía uruguaya.

Tarigo Giorgano, de 82 años, era buscado por una orden de captura internacional emitida en 2019 por el Tribunal Penal de Montevideo, acusado del homicidio en 1973 en Uruguay de Alter Gerardo Moises, militante del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros. El exoficial, buscado por la Interpol, se encontraba prófugo de la justicia uruguaya desde 2011 y residía en Italia hasta que fue detenido en la localidad de Capaccio Paestum. Su detención originó la solicitud de extradición, ejecutada ahora por los agentes italianos.

El Tribunal de Apelación de Salerno lo tenía bajo arresto domiciliario y le puso una pulsera electrónica para permitir su localización hasta que fuera extraditado.
Su víctima se llamaba Alter Gerardo Moisés, natural de La Plata. El activista, por entonces de 27 años, fue detenido en agosto de 1973 en Montevideo, junto a sus colegas Walter Arteche y Jorge Selves, y fueron llevados al Batallón Florida. Tarigo Giordano también es investigado por el asesinato de Arteche.
El caso de Tarigo Giorgano no es el primero de un represor latinoamericano que se esconde en Italia. Jorge Néstor Troccoli, conocido torturador del Cuerpo de Fusileros Navales (Fusna), cumple condena por sus crímenes en Italia, donde llegó en 2007 escapando de la justicia amparándose de su ciudadanía italo-uruguaya. → Leer más

Opinión

Hace 50 años, cuando caímos en dictadura

Mucha agua ha pasado bajo los puentes desde aquel ya lejano y aciago 27 de junio de 1973, cuando el entonces presidente constitucional Juan María Bordaberry dispuso la disolución de las cámaras legislativas, y una vez transcurrido el plazo legal para convocar a nuevas elecciones, pasó a ser dictador, con el apoyo de las fuerzas armadas y un grupo de civiles consustanciado con instalar en el Uruguay un régimen autoritario cívico- militar.
El ejemplo de un país con democracia sin aventuras mesiánicas en un subcontinente signado por dictaduras de uno u otro signo terminó aquel día, y la perla de la democracia pasó a ser, lamentablemente, parte del grupo de naciones latinoamericanos con los derechos humanos conculcados, y todo lo que conlleva en cuanto a la pérdida de libertades, la libre emisión del pensamiento y el libre juego de las instituciones.

En sí, y para atenernos a datos históricos que deberían ser incuestionables, el golpe de Estado del 27 de junio marcó el comienzo de la dictadura cívico-militar que se extendió desde ese año hasta 1985, cuando asumió como presidente de la República el Dr. Julio María Sanguinetti, luego de elecciones en noviembre de 1984 que tuvieron igualmente candidatos proscriptos, entre los cuales Wilson Ferreira Aldunate por el Partido Nacional, y el general Líber Seregni, por el Frente Amplio. Estas proscripciones fueron a su vez producto del Pacto del Club Naval, y en el que como en toda negociación, se dejaron prendas del apero por el camino, con los militares todavía detentando el poder y resistencias internas a entregarlo a los representantes de la ciudadanía a través de los respectivos partidos.

Y entre los cuestionamientos sobre la fecha del golpe de Estado, hay quienes aseguran con buen fundamento que el verdadero golpe de Estado tuvo lugar en realidad el 9 de febrero del mismo año, cuando los comandos de las fuerzas armadas intimaron a Bordaberry a que se sometiera a sus condiciones, y la convocatoria popular que formulara el mandatario a la población, solo contara con la participación de unos pocos cientos de personas frente a la Casa de Gobierno.

Cosa que no puede extrañar, teniendo en cuenta el escenario político del Uruguay de entonces, en un sistema electoral en el que no existía balotaje, y por lo tanto llegaba a la Presidencia de la República el partido más votado, sin necesidad del 50 por ciento más uno de los votos. En este caso, con margen mínimo sobre su adversario tradicional, en este caso el Partido Nacional, pero también con un candidato resistido dentro del su propio Partido Colorado.

Pero el 27 de junio es la fecha más conveniente para algunas partes que no salen bien parada si la historia se empezase a contar desde el principio. Es que en ese febrero los militares difundieron los comunicados 4 y 7, caracterizados por un pronunciamiento político ideológico con fuertes elementos “izquierdosos” de la revolución peruanista del general Juan Velasco Alvarado, lo que llevó a que fueron apoyados por la central CNT (hoy Pit-Cnt) y el Partido Comunista, entre otros actores políticos, con la expectativa de que un golpe de Estado en Uruguay podía resultar positivo, porque los militares hacían lugar a reivindicaciones de izquierda, y sería una dictadura “amiga” la que accediera al poder, y así acelerar el proceso revolucionario que pretendían en cuanto a recrear en Uruguay la revolución cubana.

Igualmente, más allá de los acontecimientos que se registraron en nuestro país en aquel entonces, es pertinente y más aún, necesario, traer a colación lo que ocurriera en el período previo a la dictadura que se entronizó “oficialmente” el 27 de junio de 1973, porque desde principios de la década de 1960, en plena democracia, con gobiernos constitucionales, comenzó el accionar armado de grupos terroristas, como es el caso del MLN – Tupamaros, que fueron protagonistas de asaltos en busca de armas, secuestraron personas, pusieron bombas, llevaron a cabo copamientos y atacaron objetivos estratégicos militares –con daños “colaterales” en civiles inocentes– además de gozar del apoyo confeso y/o implícito de dirigentes sindicales y grupos radicales de izquierda, porque la idea base era instaurar en Uruguay un régimen similar al que había impuesto Fidel Castro en Cuba, gran promotora de todas las “revoluciones” que se estaban dando simultáneamente en América Latina, con el sustento de la por entonces Unión Soviética.

A su vez la crisis económica agudizada por terminarse la bonanza de que había gozado Uruguay tras la Segunda Guerra Mundial, se hizo sentir sobre gran parte de la población, que perdió calidad de vida sin a la vez ensayarse respuestas a tono desde el sistema político, que priorizó soluciones parciales y fáciles de enganche electoral, sin encarar las reformas profundas y estructurales que necesitaba el país.
Ergo, hubo caldo de cultivo para que surgieran “salvadores” contra la insanía de la violencia terrorista, porque los grupos armados en realidad terminaron haciéndole el juego a los militares, en el intento de que en el cuanto peor mejor, ellos salieran en ancas de un levantamiento popular a su favor que solo pasaba por su febril imaginación.

Los tupamaros habían resultado derrotados en forma contundente en el enfrentamiento con los militares mucho antes de que se produjera el golpe de Estado, y sin embargo hay quienes todavía hoy, a más de medio siglo de esos hechos aciagos, siguen reivindicando que los tupamaros lucharon contra la dictadura. ¡Vaya paradoja!

Nefasto período de terrorismo de Estado y de “revolucionarios” extremistas de manual traído desde Cuba, en el que el pueblo uruguayo quedó presa de la tenaza ejercida por los extremismos intolerantes, porque en todo momento quedó en claro que no quería ni militares ni tupamaros, sino vivir en paz, en democracia, como lo demostró en el plebiscito del NO de noviembre de 1980, pese a la enorme propaganda oficial. Y a la incertidumbre sobre lo que podía venir después.

Sin dudas, este pronunciamiento inequívoco del pueblo, y la posterior ruptura de la “tablita” del dólar, que agravó la crisis económica, fue fundamental para que la dictadura perdiera el ya muy relativo apoyo popular que pudo haber tenido al principio, cuando llegaron como salvadores ante los desbordes sindicales y de los tupamaros.

No fue fácil esta salida, por cierto, –pese a que el tiempo hace perder perspectiva de la tensión en que se vivía en aquellos tiempos– como así tampoco la recomposición para que rigiera plenamente la democracia. Ha sido un largo proceso de reacomodo institucional y también de la repetición de relatos que nada tienen que ver con la realidad, a partir de grupos interesados en ganar protagonismo como “luchadores” contra la dictadura.
Pero lo fundamental, sin dudas, es que los uruguayos todos, de cada rincón del país, más allá de la situación en que cada uno se encuentre y lugar que ocupe, del protagonismo que le toque o quiera tener, asumamos que la democracia es un bien preciado que hay que cuidar a diario, que muchas veces, como tantas cosas, solo se valora en su real dimensión cuando se pierde.

Y que la diversidad de opiniones, la sana confrontación de ideas, los conflictos de intereses, las diferencias ideológicas, las propuestas, deben siempre procesarse en un marco de tolerancia, de respeto por todas las ideas, porque así evitaremos repetir errores que tanto dolor y sinsabores nos han causado en su momento y que se siguen arrastrando hasta nuestros días. Es decir, preservando y apostando siempre a la democracia como el instrumento –imperfecto sí, pero el mejor– para regir nuestras vidas. → Leer más

Locales

El poder para gobernar y cumplir

Es natural, todos quieren ganar una elección y llegar al poder. Unos quieren quedarse y otros llegar. Y para ello se recurre, más allá de los merecimientos y capacidades, a las más extravagantes veleidades, tanto de oficialistas como de opositores.
De las cosas que hay que hacer, de las asignaturas pendientes de la sociedad, o no se acuerdan o no conviene decirlas porque sencillamente son pianta votos… Para peor en el reino de la política espectáculo y show esta el advenimiento de las redes sociales y las famosas fake news, o meramente calumnias y mentiras interesadas, con las cuales es muy difícil lidiar.
La retórica, el carisma, el voluntarismo y la demagogia están a la orden de los competidores, y también, inevitablemente el sentido de tragedia terminal sobre lo que le  pasará al país si ganan unos u otros la contienda. El apelativo de un candidato del progresismo en las últimas elecciones que planteaba abiertamente a su electorado que el dilema el último domingo de octubre (2019) sería entre dos modelos opuestos: el de la exclusión, la injusticia, el amiguismo y la miseria –que era la propuesta de la Coalición Multicolor encabezada por Luis Lacalle Pou, a la postre vencedora-  contra la alternativa de la inclusión, la justicia, el merecimiento y el desarrollo, que por supuesto representaba el entonces oficialismo en retirada de Frente Amplio.
Podría ser peor, en otros países la competencia es atroz y peligrosa. En Uruguay todavía es solo dialéctica, que puede ser tan hiriente como delirante, pero que al fin de cuentas son solo palabras. Luego del acto eleccionario las aguas vuelven  a su cauce normal y la gobernabilidad es un camino siempre posible.
Sin embargo, los frentistas en el poder antes y en la oposición ahora dan la nota con el tremendismo de sus afirmaciones y predicciones. Honestamente, quizás las mismas que hicieron los colorados ante el primer triunfo blanco en la historia del siglo XX, decían sobre las inundaciones extraordinarias de 1959 eran las lágrimas de San Pedro llorando amargamente por la reciente derrota de los colorados y consecuente victoria de los blancos; igualmente al advenimiento del Frente Amplio en la Intendencia de Montevideo en 1989  o del gobierno nacional en 2005. En todos los casos parecía que el mundo se venía abajo,  que los comunistas se quedaban con todo y los tupamaros volvían a sus atropellos de antaño pero fue solo cuestión de alarmas injustificadas, tan falsas como impertinentes. En el 2005 la posibilidad largamente anhelada y trabajada por la izquierda llegó a su hora no sin pasar hasta el último momento por las predicciones más atroces sobre el futuro del país en manos de los potenciales nuevos gobernantes, para intentar mediante el miedo y la angustia de tales plagas egipcias, evitar que se concretara la victoria en la urnas, que finalmente fue aplastante.
En las últimas elecciones de 2019 le tocó al gobierno frenteamplista explayarse por el pandemónium que se desataría si ganaran los blancos, o los colorados, la coalición de la derecha conservadora, autoritaria y oligárquica, que barrería con todos los derechos ganados por el progresismo en sus 15 años de gobierno. Es el intento de polarización entre los buenos y los malos, los sensibles y los fríos, los capaces y los incapaces, los pro venezolanos con los pro norteamericanos, los progresistas y los conservadores, y así seguimos en una lista interminable de oposiciones siempre a favor de los que están en el poder y no quieren irse pero en contra de los que están en la oposición y quieren desplazarlos del poder.
Y en este contexto, yo he sido tres veces senador de la República, además intendente de Salto en el período 2010-2015. Me debo al Uruguay entero, pero soy del Norte y de Salto. Comparto caminos e historias con el inolvidable Jorge Larrañaga, también intendente de Paysandu, senador y ministro de Estado, ambos del norte, sabedores de las desventajas competitivas de vivir al norte del Río Negro, se dice que Dios está en todas partes pero atiende en Montevideo (o en la zona metropolitana). Hemos sido compañeros de ruta en nuestras aflicciones para luchar contra el centralismo y a favor de la descentralización, en la búsqueda de inversiones generadoras de fuentes de trabajo genuinas, en la votación de leyes que favorezcan la producción, la industria y el comercio de nuestra región.
Por citar ejemplos, los cuadriculados de rutas nacionales en la jurisdicción del Ministerio de Transporte son en los departamentos del sur, la red de carreteras en el norte son en su mayoría de jurisdicción municipal departamental… y de ripio, difíciles y caras de mantener con los presupuestos locales. Es un verdadero problema para el desarrollo del Norte.
La zona fronteriza del litoral norte siempre ha sido un problema de contrabando y tráfico complejo de personas, bienes y servicios, lo que ha generado desde siempre y de manera cíclica los vaivenes de los precios y los cruces de consumidores de uno  y otro lado. Eso motivó a tomar decisiones específicas en rebaja de impuestos y exoneraciones fiscales para toda la frontera desde Artigas hasta Río Negro.
La Represa de Salto Grande, como organismo nacional, ha tomado riendas sobre el Desarrollo Regional como nunca antes en su historia. Se ha transformado, como rezan los antecedentes de su construcción, no solo en una Central Eléctrica, sino un ente binacional de desarrollo y educación orgullo de una acción comprometida con la región y ejemplo de políticas descentralizadoras. → Leer más

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Opinión

Escribe Danilo Arbilla: La gran pulseada

Ya se sabe entre quienes será la carrera: Yamandú Orsi y Carolina Cosse. En esencia será entre el MPP y el PCU: tupamaros versus comunistas.
La decisión del PCU fue muy masticada. Sondeos varios y largas discusiones. Se reflexionó mucho en función de las potenciales fuerzas y del tamaño y eficiencia de los respectivos “aparatos”. Guiados siempre por su doctrina y ajustado a como funcionan los partidos comunistas.

Se analizó la propia personalidad de la candidata. Su conducta como política; su transitar como gobernante. Hoy, ya resueltos, le llaman su “don de mando”, pero les preocupa su tendencias autoritaria y personalista. Se resisten al liderazgo individual, a los “hombres fuertes” que estén o se sientan que están por sobre “el Partido” y no se sometan a las reglas y la conducción de “la Nomenklatura”.

Fue una cuestión de oportunidad. Se barajó la alternativa de ir con lista propia, pero se vio que ello viabilizaría la candidatura de Orsi y aumentaría las posibilidades de éste de llegar a la presidencia, lo que se consideró que constituiría un retraso para sus planes de tomar las riendas de la izquierda de forma total. Se entendió que las “internas” son prioritarias: el mejor momento para “adueñarse”.

Vistas las cartas, ahora resta ver lo que dirán las encuestas, hasta hoy muy favorables al hombre del MPP. Ver también cómo incide en ellas si el seregnismo o astorismo va con candidato propio. Esta eventualidad quita votos a Orsi; de hecho sería funcional a Cosse.

“No vio que Fernando Pereira dijo que era bueno que el seregnismo compita y que se amplíe la oferta y todos sabemos para el lado que él juega”, me dijo alguien del MPP. Los expertos y asesores de cada uno de los candidatos ahora tendrán que ponerse las pilas. Con un doble objetivo; cuidar la imagen de su “pollo” para el “después” –para la conquista de los votos flotantes en las elecciones generales– pero sin distraerse con la interna en la que se necesita una mensaje diferente, algo más radical.

Esta etapa, aparentemente, se hace mas fácil para Cosse: del mensaje ortodoxo y radical se ocupa el PCU, al que ayudan algunos grupos menores, mientras ella alimenta su imagen de gobernante de estatura nacional. Gasta mucho y cuenta además con el aparato municipal y medios propios. ¡Bah!, propios no, son públicos, son del Estado, pero ella los maneja como propios.
El problema de Cosse es que a nivel de la población genera más rechazo que Orsi. Puede que no sea tanto en la interna, pero algo también se da. Además comete errores: que es “prescindible” hablar de la prioridad dada al “Antel Arena” por sobre la represa Casupá, cayó muy feo. (A todo esto, ese asunto del AA está en la Justicia, ¿no?; quizás en manos de un fiscal que lee lento). Cae feo también el desprecio por los problemas de los montevideanos, y eso incide. No se trata de repartir bidones, sino de destapar las cloacas y del saneamiento.

Los de Orsi deben afinar la puntería. No basta con Mujica y menos con la bendición de un Papa cada vez más kirchnerista: ésta es una mala junta.
Héctor Rodríguez, entonces mi jefe, me decía, en épocas de la Asamblea Nacional de Sindicatos y de la “Reforma Amarilla”: el problema es que la unidad de la izquierda sin los comunistas es imposible, pero con ellos se va hacia el fracaso.

Para empezar acaban con los sindicatos, me advertía aquel gran dirigente del Congreso Obrero Textil. → Leer más

Culturales

Un Mujica “de dibujo” llega a las librerías uruguayas tras triunfar en Francia y España

(EFE)
Con dibujos sobre la vida del expresidente José “Pepe” Mujica (2010-2015) y una pizca de metaficción, el libro “Pepe Mujica y las flores de la guerrilla”, llegará este año a las librerías uruguayas tras hacerlo en las de Francia y España.
Heroicos para el mundo y criticados en su país, los periplos de Mujica volverán a ser contados mediante un cómic en el que sus dos autores –el escritor Matías Castro y el dibujante Leo Trinidad– se sumergen y participan en decenas de historietas sobre el hombre al que la prensa inglesa bautizó como el Robin Hood posmoderno.

“Fuera de Uruguay se lo ve (a Mujica) con mucha admiración y hay parte de las luces y sombras de su figura y de su movimiento político que en otros lugares no se ven tanto y que están reflejadas en el libro”, cuenta Castro.
La historieta mezcla elementos metaficticios para dramatizar escenas turbulentas, como la locura de Mujica durante sus 11 años como recluso, en los que se encuentra con su yo de niño y su yo de anciano, y otros realistas, como una charla que tuvo lugar entre Castro y el expresidente a finales de 2020. → Leer más

Culturales

Falleció el escritor y exdirector de la Biblioteca Nacional, Carlos Liscano

Falleció este jueves a los 74 años de edad el escritor, dramaturgo, poeta y periodista uruguayo Carlos Liscano, quien fue director de la Biblioteca Nacional entre marzo de 2010 y abril de 2015. Por un breve período también se desempeñó como subsecretario de Educación y Cultura en el primer gobierno del Frente Amplio.
Con un pasado en el Movimiento de Liberación Nacional (MLN-Tupamaros), Liscano estuvo preso durante la dictadura cívica militar entre 1973 y 1985. Una vez liberado, viajó a Suecia y vivió en el país europeo hasta 1996 cuando regresó a Uruguay.

Trabajó en el diario El País, en el semanario Brecha y también ejerció la docencia en la Universidad ORT. Entre decenas de publicaciones que han sido traducidas a varios idiomas, uno de sus últimos libros lo denominó Cuba, de eso mejor no hablar. Allí el escritor narra su progresivo desencanto con aquella “revolución”, a la que le declaró su “amor” de joven, según admite. Y, en ese trayecto, llega a la conclusión de que el socialismo en la isla fue un rotundo “fracaso”.

“Cuba es un país muy pobre y no a causa del bloqueo, sino porque no produce nada. En Cuba no hay libertades de ningún orden. Es la dictadura del Partido Comunista. Más concretamente: es la dictadura de la familia de Fidel Castro y de un pequeño grupo de generales y de burócratas que durante seis décadas aceptaron y aplaudieron los delirios mesiánicos del jefe”, señala Liscano en su libro.

Liscano fue galardonado con diversos premios literarios, entre ellos el Bartolomé Hidalgo en dos ocasiones y también obtuvo el Premio Nacional de Literatura. Su último libro publicado se denominó Esperando a los tártaros: utilidad de las Fuerzas Armadas (Fin de siglo). → Leer más

Nacionales

Negativa de Cabildo Abierto a un programa común para 2024 “pone en peligro” a la coalición de gobierno, según colorados

(El país)
El espíritu del planteo era generar justamente el efecto contrario al que se terminó produciendo, con un cruce entre dos integrantes de la coalición de gobierno, en desacuerdo sobre un concepto que algunos entienden como esencial para continuar esta alianza: acordar un programa común a firmar en 2024, incluso antes de las elecciones nacionales de octubre de ese año.
El planteo nacido en el Partido Colorado, a instancias del senador Germán Coutinho, había comenzado a ganar consenso en la coalición, pero en los últimos días el también senador y líder de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos, salió a desmarcarse enfáticamente.

Tildó al proyecto de “descabellado”, básicamente debido a las dificultades que ha tenido su partido para llevar adelante sus iniciativas en estos más de tres años de gestión de Luis Lacalle Pou, por lo que explicitó su “total desacuerdo” con la idea de los colorados. La propuesta al principio había obtenido receptividad en el Partido Independiente –el ministro Pablo Mieres vio con buenos ojos pactar una “propuesta programática” conjunta– y en el Partido Nacional, en donde la calificaron como “interesante”.

“Dificulto que los otros partidos se bajen de su caballo para unificar un programa de gobierno con lo que plantea Cabildo, esencial para el ciudadano de a pie que, muchas veces, no tiene quién hable por él”, dijo al respecto Manini este miércoles en su audición semanal en Radio Oriental.
Y, en referencia específica a Coutinho –que ha trabajado en la propuesta junto con el secretario del Partido Colorado, Julio María Sanguinetti, y el ministro Tabaré Viera–, el cabildante aseguró: “Que me diga este señor cómo vamos a hacer para llevar adelante un programa común”.

Las declaraciones generaron sorpresa por su “tenor” en varios dirigentes de la coalición, empezando por el propio Coutinho, que en diálogo con El País consideró que, con esa actitud, el cabildante “está marcando un perfilamiento que puede poner en riesgo el futuro de la coalición”.
De todos modos, añadió: “Yo creo que la coalición llegó para quedarse y que es la principal herramienta para evitar un eventual retorno del Frente Amplio”.
El colorado además, sostuvo que lo que está haciendo ahora Manini “era lo mismo que criticaba de Ernesto Talvi y el Partido Independiente en 2019”.
El salteño también dijo que su planteo del programa común está enfocado en encontrar la forma de “evitar diferencias internas” en la coalición, y en ser lo más competitivos posible en las próximas elecciones.

Pero la postura de Manini dejó poco margen para llegar a un acuerdo en el futuro próximo. De hecho el líder de Cabildo Abierto se refirió a las divergencias de principios que existen en la coalición sobre temas clave, como el frustrado proyecto de ley que buscaba regular los suelos forestales.

CONDENAN A MANIFESTANTES CONTRA TRASLADO DE MOTA

(LA DIARIA)
El Tribunal de Apelaciones en lo penal de 4° turno ratificó el fallo de la jueza Ana de Salterain que condenó a seis personas que participaron en la manifestación realizada en febrero de 2013 en la sede de la Suprema Corte de Justicia (SCJ) para expresar su rechazo al traslado a la Justicia civil de la jueza Mariana Mota, quien tenía en su despacho más de 50 causas vinculadas a violaciones a los derechos humanos durante la dictadura.

En el mediodía del 15 de febrero de 2013, cuando estaba prevista la ceremonia de juramento de los nuevos cargos en el Poder Judicial, unas 150 personas se concentraron en la sede de la SCJ para manifestarse en contra del traslado de Mota, lo que provocó la postergación del evento.

Según relata la sentencia de primera instancia, durante la manifestación “no hubo lesionados ni daños, hubo insultos y cánticos ofensivos hacia los integrantes de la Suprema Corte de Justicia y hacia el propio Presidente de la República, con el propósito ilícito de demorar las ceremonias públicas de juramento”.

La condena alcanzó a la integrante de Plenaria Memoria y Justicia Irma Leites, el exdirigente del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros Jorge Zabalza, ya fallecido, los activistas Eduardo, Álvaro y Diego Jaume, y el exsecretario general de la Asociación de Empleados y Obreros Municipales de Montevideo Aníbal Varela.

PIDEN 18 AÑOS DE CÁRCEL PARA EFECTIVOS DE LA REPUBLICANA

(EL OBSERVADOR)
La fiscal Mariana Alfaro pidió 18 años de prisión para los tres efectivos de la Guardia Republicana que fueron imputados por violar y abusar sexualmente de dos jóvenes en febrero de 2022. Los hombres están cumpliendo prisión preventiva desde hace un año por los delitos de “violación y abuso sexual especialmente agravado”.

El hecho fue denunciado el 22 de febrero de 2022 por una joven de 23 años. Según relató la víctima, caminaba junto a una amiga de 20 años cuando los efectivos de la Guardia Republicana se ofrecieron a llevarlas a la casa de una de ellas debido a que, según manifestaron los agentes, era una zona peligrosa. Las jóvenes se subieron al móvil policial y los efectivos las invitaron a tomar una cerveza. Poco después, el vehículo se detuvo en un terreno baldío. Una de las denunciantes se bajó del patrullero y el policía que iba sentado junto a ella también descendió y trató de darle un beso. La joven se negó y, según la denuncia, el uniformado la apretó contra la camioneta. Dentro del móvil, otro de los agentes comenzó a tocar a la otra joven. Ella intentó resistirse, pero fue violada, según dice la denuncia. Luego, los policías subieron a las jóvenes al patrullero y las dejaron en una zona poco iluminada del barrio. En octubre de 2022, El País informó que una de las jóvenes se suicidó meses después del hecho.

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Opinión

Escribe Danilo Arbilla: Leyendo y releyendo

No voy a comprar el libro de Harry. Es más, no lo voy a leer. No está en mis planes; ni aunque Harry me lo envíe dedicado y autografiado. Allá él (los pelirrojos del norte) con sus rencillas familiares. Eso sí, la está juntando a baldes o a bolsones como Cristina. ¡Que le dure! Porque ¿después de esto qué le queda por vender? ¿ Va a seguir matando talibanes?

Tengo otras prioridades. Un poco demoradas, pero varias en lista de espera, con carácter de urgente lectura.

Comencé a leer “Gramsci – Su influencia en el Uruguay” de Juan Pedro Arocena. Parece interesante; después les cuento. Lo que sí puedo contarles ahora es que releí de un tirón “La revolución imposible; Los Tupamaros y el fracaso de la vía armada en el Uruguay del Siglo XX”, de Alfonso Lessa. Es decir, la reedición ampliada. Lo había leído cuando salió la primera edición –van muchas–, hace más de 20 años. Otras épocas, sin dudas. Ya me pareció un libro bien recomendable: un aporte importante, hecho por un periodista profesional cuyo afán, notoriamente, no era llevar agua para ningún molino específico, sino informar sobre cómo fueron las cosas, tratando de aproximarse lo más posible a la verdad; qué fue efectivamente lo que pasó. Se trata de una investigación periodística seria, profunda, que tiene la virtud de hurgar y detenerse en detalles –que luego determinan hechos muy concretos e “inexplicables”–, en cosas que no se ven o que se ven pero se van dejando de lado y en resaltar los entretelones, que escapan al envaramiento y limitaciones del historiador. A este, el periodista le lleva la ventaja que está allí, en el momento, y por sobre todo, que ve a los grandes hombres en camiseta. Es un material de primera, que bien organizado y presentado por el profesional es lo que más nos acerca a la verdadera historia. Y eso lo que ha hecho Lessa.

Es un libro que se abre paso entre tantos “relatos” de un lado y del otro, algunos que ya son leyendas, que se dan como ciertas pero que no son tan verídicas. Tendría que estar en las listas de lectura sobre historia reciente recomendadas a los estudiantes. Quizás ya esté; no lo sé. Todo un texto. Y como tal, de este mismo autor podría agregarse “El pecado original”, que suma mucho al conocimiento de los hechos de febrero de 1973. En esta reciente edición ampliada se agrega nueva información, fundamentalmente testimonios de protagonistas que enriquecen la historia, completan y corrigen o explican algunas “rengueras”.

Dicen los editores en la contratapa que “estamos ante un obra fundamental para comprender un período clave en la historia del Uruguay”. Y se quedan cortos, es más que eso; hoy es una alerta. Cuando fue escrito había una crisis económica en el Uruguay, muy seria, pero en el país no había ni cerca la crispación que hoy se percibe a nivel político. Su lectura es recomendable entonces, y no solo para los estudiantes. Según documentos que cita el autor en el libro la revolución fracasó porque a nivel de la dirigencia revolucionaria se impuso la linea “pequeña burguesa” por sobre la del “proletariado”, la marxista-leninista.

¿De eso es lo que se trata? ¿Eso explica algunas “realidades”?

Vale la pena releerlo y reflexionar. Ver, analizar y tratar de entender cosas de aquellos años y algunas de estos días. → Leer más

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General

Escribe: Danilo Arbilla: Nada para festejar

A veces me asusto. ¿Otra vez?
Mucho me comentan que ya no ven informativos uruguayos. Se han pasado a los argentinos. Son mucho más divertidos. ¡Qué quilombo! Y contagian. Te cagas de risa. Muy contagiosos. No informan nada.
¿Y por qué los ven?
Se dan como en bolsa. Son de un bando o del otro. Todos militantes. Ciento por ciento operadores; eso sí, a cara descubierta, no como aquí donde hay quienes hacen lo mismo pero la juegan de periodistas.
La vieja es una chorra y se lo dicen clarito. Los otros dicen que es una santa. Que la persiguen. La Constitución y la ley no existen. No son ni meras sugerencias, ya. Fernández es un pobre mozo; pero se las pasa por donde quiere. Cumple órdenes. Más pobre mozo, aún.
Se decía que con el kirchnerismo iban transformarse en Venezuela. Parecía algo imposible. Hoy van en camino a Venezuela, y algo de México (en donde el gobierno no maneja la droga). Están muy divididos. Están en guerra, sin muertos (si obviamos Rosario) pero en guerra.
Realmente cuando uno ve esos informativos se pregunta, cada vez mar perplejo, ¿cómo van a salir de ese quilombo?, por decirlo así. ¿Quién arregla ese país?
Aquí es diferente. ¿Será así?
El ritmo no es el mismo quizás; todo en menor grado, más prudente, o provinciano, al estilo uruguayo.
Somos otra cosa. ¿Si? Estamos en otra cosa. ¿Seguro? La foto de “los tres” es una prueba elocuente, se dirá. Es cierto, pero al día siguiente los muchachos de Ancap encendieron una mecha que asustó: adiós a la tan esperada temporada. Una cosa es la fotito para la tribuna y otra “encender la mecha” inventando cualquier motivo.
Las “barras bravas” era cosa de ellos, aquí eso no podía pasar. ¿Sí?
Es un hecho que aquí se hace otro tipo de periodismo. Profesional o más tradicional, diría, pero con algunas caídas: hay determinadas reglas, ciertos códigos positivos que no se están respetando: “no meterse en las cuestiones personales, íntimas”, al decir de Mujica al semanario Búsqueda.
La diferencia, es que aquí la confrontación es a nivel de dirigencia y partidos políticos, los que en casos están más tiempo en la TV que los propios periodistas que preguntan. Y además en todos los canales.
No estamos en guerra, pero el tono y las formas son preocupantes. Y no nos engañemos, el Frente Amplio es kirchnerista, a veces disimula los apoyos –mil millones de dólares se “papó” Cristina– pero todo cae bajo ese manto protector del “progresismo”, y hablan de “lawfare”, de persecución política.
No lo dicen pero lo hacen. Hablan de confrontación creciente que en términos porteños que es algo así como “se puede armar quilombo”. Tienen su propia “Cámpora” y hasta mejor, más organizada y con los sindicatos alineados. Fernando Pereira es como una mezcla de Máximo, Axel Kicillof y Grabois.
Y enfrente un “Juntos por el Cambio” autóctono, –la multicolor– con distintos “tonos” de centro. Indecisos en algunas cosas, mala comunicación, desacuerdos increíbles o sorprendentes, voces que pegan fuertes, que no aflojan y meten el dedo en el ojo y también “blandengues”; éstos, por supuesto, ponderados por el enemigo. Y además demasiada preocupación por las candidaturas.
Me parece que el clima se está enrareciendo, efectivamente…
Otra vez.
Este año se cumplen 50 años del golpe de Estado y también 60 años desde que los Tupamaros iniciaron la lucha armada en pos del poder.
Nada para festejar; ni para olvidar. → Leer más

Nacionales

Una reparación tardía, tras décadas del relato sobre víctimas de un solo lado

Tras aprobarse en el Senado, ha pasado a la consideración de la Cámara de Diputados la iniciativa sancionada por la Cámara de Senadores, con los votos de la coalición –18 en 30– el proyecto de ley por el que se contempla una reparación económica, social y moral “a las víctimas de ilícitos cometidos por organizaciones políticas armadas” entre 1962 y 1976.

Un tema controvertido si los hay, porque refiere a un pasado cercano también muy controvertido, debido fundamentalmente a que se ha tratado de imponer el relato de una de la partes –la guerrilla tupamara y sectores políticos afines– con lo que ocurrió en realidad en aquel período aciago de nuestra historia, y este relato se ha visto reflejado en las normas aprobadas con referencia al tema, sobre todo durante los 15 años de gobiernos del Frente Amplio.

Ya con la media sanción de la Cámara Alta, la iniciativa volverá a ser tratada, esta vez por los diputados en el próximo año, con el intento de los diputados de Cabildo Abierto de que la iniciativa fuera ingresada con carácter de “grave y urgente” esta semana, lo que finalmente no ocurrió.

Por supuesto, en un tema tan espinoso y que ha estado sobre el tapete por espacio de casi 50 años, era de esperar que nuevamente salieran a relucir las pasiones y las descalificaciones ideológicas en la discusión en el Senado, pero el desarrollo de la sesión en la Cámara Alta se dio sin mayores sobresaltos y sin agravios, actitud que fue valorada por los legisladores de todos los partidos.

Más allá del fondo de la normativa aprobada, desde el Frente Amplio se indica que la sanción del proyecto en el Senado fue urgida y que responde a una negociación política entre el Partido Nacional y Cabildo Abierto para que dejaran de lado –al menos en el Senado– sus planteos sobre modificaciones a la reforma jubilatoria.

Consultado por esta resolución, el senador frenteamplista Charles Carrera dijo que en el Frente Amplio tienen dudas acerca de la constitucionalidad de este proyecto y enfatizó que “en Uruguay no todas las víctimas del terrorismo de Estado fueron reparadas”.

Por su parte, el senador de Cabildo Abierto Guillermo Domenech negó que la celeridad con la que se dio trámite al proyecto responda a algún tipo de presión que supuestamente ejerció el partido que integra, y enfatizó que “esto no es moneda de cambio por ningún voto, es simplemente el reconocimiento demasiado tardío a un número importante de personas a las que en Uruguay se violaron sus derechos humanos y hoy son recordadas”.

Consideró que “hubo víctimas icónicas de ese período, la más conocida es Pascasio Báez, casos de violación a los Derechos Humanos cometidos por grupos armados y nos parece injusto que no hayan sido reparados. Han sido ignorados por la historia”.

Incluso trajo a colación el relato de uno de los familiares que reclaman esta reparación: “Uno me decía: ‘el asesino de mi padre tiene un memorial. A mi padre no hay nada que lo recuerde. Solo su familia’”. Para Domenech “existen entre 80 y 100 personas” que deberían recibir una reparación.

De acuerdo a integrantes de la coalición de gobierno la idea es “aprobar el proyecto de Ley promovido por el Poder Ejecutivo para reparar a las víctimas de grupos armados por motivos políticos en el período comprendido entre 1962 y 1976”.

El texto remitido al Parlamento con fecha 20 de diciembre propone una “indemnización moral, social y económica” a víctimas civiles, policiales, militares y sus familias que “hayan sufrido daños en su persona y bienes como consecuencia de los hechos ilícitos ocurridos entre el 1° de enero de 1962 y el 31 de diciembre de 1976, por integrantes de grupos armados por motivos políticos”.

“El Estado promoverá acciones materiales o simbólicas de reparación moral con el fin de restablecer la dignidad de las víctimas del uso ilegítimo del poder ejercido por integrantes de grupos armados, así como honrar su memoria”, señala el articulado en su cuarto artículo.

La exposición de motivos del proyecto de Ley afirma que “las referidas víctimas y sus familias han sufrido daños en su persona y bienes y se ha vulnerado su derecho a la indemnización pecuniaria”. “Es de justicia para estos compatriotas y sus familias, que han sido objeto de actos ilícitos y que como consecuencia de los mismos han sufrido la violación de sus derechos”, agrega esa parte del texto.

El proyecto de Ley crea una Comisión Especial que atenderá “la instrucción, sustanciación y resolución definitiva sobre las solicitudes de amparo” así como “el otorgamiento de los beneficios dispuestos”.

Las personas comprendidas serán todas aquellas que “hayan sufrido violación a su derecho a la vida, a su integridad psicofísica o a su libertad por motivos políticos o ideológicos, y que puedan acreditar fehacientemente el daño y su nexo causal, respecto de los hechos ocurridos en el período señalado”.

El punto es que el tratamiento de esta problemática de la “reparación” hasta ahora había sido tratada solo desde una visión, es decir la de los guerrilleros, lo que se tradujo en la amnistía con la que se los benefició, así como el derecho a recibir pasividades reparatorias aún sin contar con causales jubilatorias completas, como debe hacer todo ciudadano, e incluso el beneficio se extendió hasta sus descendientes, lo que fue aprobado durante el gobierno de Tabaré Vázquez.

Sin embargo, debido a esta visión hemipléjica e interesada de la historia reciente, no se hizo lo mismo con las víctimas del terrorismo tupamaro, que se instaló en el país a partir de 1962, cuando había en el país un régimen democrático, y ya prácticamente había desaparecido cuando se instauró la dictadura.

Peor aún, no solo la guerrilla y los actos terroristas se iniciaron en democracia, sino que el caos que generaron contribuyó a crear el caldo de cultivo para que los militares se alzaran con el poder, considerados por una gran parte de la ciudadanía como “salvadores” frente a los grupos violentos de izquierda cuya meta era instalar en Uruguay por la vía de las armas un gobierno dictatorial marxista como el que había instalado Fidel Castro en Cuba poco años antes, en 1959.

Por supuesto, nada de lo que se haga ahora podrá siquiera mitigar las consecuencias y el dolor, la tragedia inconmensurable provocada por los enfrentamientos generados a partir de la ideología y la intolerancia, pero sí es imprescindible por lo menos tender a equilibrar la forma en que se trata a las víctimas de uno y otro lado, sin la visión unidireccional que se había dado hasta ahora a partir de las presiones, corporativismos e intolerancia de los grupos radicales de izquierda. Aunque en este caso, el Estado paga dos veces: a las víctimas del terrorismo de Estado, y a las víctimas de los terroristas, que siguen sin hacerse cargo de nada.

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General

Feria Sanducera de los Derechos Humanos

Este sábado 10, en la zona del Balneario Municipal, sobre la avenida de Los Iracundos, se realizará la Primera Feria Sanducera de los Derechos Humanos que llevará por nombre “Raquel Culñev”, maestra sanducera fallecida a sus 26 años, mientras estaba detenida por ser integrante del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros. Las organizaciones de detenidos y desaparecidos denuncian desde hace años que su muerte se debió a falta de asistencia médica.
María Topolansky y Laura Dessimoz indicaron que la feria es organizada por la Intersocial Paysandú (ISP) y la Comisión por la Memoria Paysandú, con el apoyo de una gran diversidad de organizaciones, entre ellas Ademu, Fucvam, Cenur Litoral Norte, UdelaR, Afempay y Pit Cnt. → Leer más