Masonería femenina y el taller “Constructoras” en Paysandú

María Estela Vieras, Gran Maestra de la Gran Logia de la Masonería Femenina en Uruguay, estuvo en Paysandú y expuso sobre el trabajo que la organización lleva adelante a nivel nacional, sobre aspectos como el cambio climático y la violencia hacia las mujeres. Explicó que la Gran Logia Femenina tiene una trayectoria de 20 años, como institución filosófica, filantrópica, iniciática, progresista y humanista. “Es filosófica porque busca el centro del ser humano que trata de conocerse a sí mismo para mejorar como persona. Humanista, porque el centro es el ser humano y en especial en el caso de la gran logia femenina, es la mujer. Trabajamos por y para la mujer en la sociedad, como una institución filantrópica y, prácticamente, ciento por ciento de labor anónima”.
Las interesadas pueden comunicarse al correo glfpaysandu@gmail.com y a su vez la página web Gran Logia Femenina del Uruguay.

Rituales

Es una institución iniciática, porque “comienza con una ceremonia de iniciación que es muy importante y no puedo hablar de la ceremonia en sí misma. Sólo decir que la ceremonia de iniciación despierta facultades que están latentes en el ser humano y le permiten evolucionar hacia estados de conciencia superiores. Hay muchas escuelas iniciáticas y la masonería es una de las que comienza con el ritual de inciación”.
Vieras definió que es progresista “porque es un corte de la sociedad en la que vivimos y progresa como lo hace la sociedad. No es lo mismo la masonería del siglo XVIII que ahora”.
La masonería femenina se ha extendido en el mundo y si bien era exclusivamente masculina, “comenzó con la masonería operativa en el año 1.100. Después con la masonería especulativa, como la conocemos hoy. La operativa estaba conformada por el gremio de los constructores de las catedrales. Masón, como vocablo francés significa albañil o constructor. Hoy no nos dedicamos a construir catedrales sino a construir lo que llamamos el templo de la vida. En la Gran Logia Femenina de Uruguay nos perfeccionamos como seres humanos, tanto intelectual, ético, como moral y sobre todo espiritualmente”.

Valores

Precisó que “es un camino de crecimiento espiritual donde se trabajan valores y el desarrollo de las virtudes del ser humano. Valores como la solidaridad y la tolerancia, tan necesaria en este mundo que vivimos. Se trabaja el amor incondicional, el amor al prójimo y el perdón, que son valores y virtudes de la masonería”.
El fin último “es mejorar la sociedad en la que vivimos y transformarla en una sociedad más justa, más equitativa, más igualitaria, amorosa y fraterna. Creemos que cambiando nosotros, es la única forma en que se puede transformar la sociedad. El cambio comienza dentro de uno mismo”.
El “trabajo interior” fundamentalmente se lleva adelante “en los talleres, en los rituales y en lo simbólico. La masonería trabaja mucho sobre los símbolos y tratamos de acercarlos para llevarlos al diario vivir”.

Efectúan, además, un “trabajo hacia la sociedad” en otros temas como el cambio climático. “El año pasado plantamos 500 árboles nativos porque tomamos conciencia de la importancia de contrarrestar los efectos de los gases de efecto invernadero. Y trabajamos en violencia de género”.
Existen un total de 30 logias en todo el país y “en Paysandú tenemos el taller ‘Constructoras’. Somos 1.000 integrantes en toda la república y la importancia de darnos a conocer es porque la principal tarea que tenemos es llevar los principios y valores masónicos a más mujeres. Es el efecto multiplicador. La persona comienza a construirse en esos valores que comienzan dentro de la orden y lo lleva a su familia, a su entorno de trabajo. Decimos que si la persona cambia, se transforma todo a su alrededor. Así es como funciona la masonería”.