La gira anual de la Sociedad de Criadores de Merino Australiano del Uruguay con el apoyo del Secretariado Uruguayo de la Lana, se desarrolló entre los días 3 y 4 de junio, en el departamento de Salto. En el segundo día se visitó el Centro de Innovación y Capacitación Ovina Mario Azzarini (Cicoma), del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), ubicado en la zona de Colonia Lavalleja, 140 kilómetros al NE de la ciudad de Salto y 126 kilómetros al SW de la ciudad de Artigas.
De acuerdo a lo indicado a EL TELEGRAFO por parte del ingeniero agrónomo José Francisco Ramos, técnico del SUL, este campo fue adquirido por SUL en abril de 2015, y cuenta con 623 ha, con índice Coneat promedio de 117, y predominio de suelos de Basalto profundo. Dentro de los principales objetivos del centro se encuentran la validación y transferencia de tecnología en ganadería y la capacitación en áreas relevantes de la explotación pecuaria.
En Cicoma funciona un sistema con foco en la producción de lanas finas que ocupa 577 ha, con alta proporción de campo natural (505 ha) y 12,5% del área con pasturas sembradas (47 ha de praderas, 10 ha de verdeos de invierno y 15 ha de mejoramientos extensivos).
En este sistema de lanas finas, se utiliza la raza Merino Australiano, con una carga total de 0,71 UG/ha, con casi 3 ovinos por ha y venta de corderos diente de leche/2 dientes o borregos 4 dientes luego de la esquila de su segundo vellón y un sistema de producción vacuna orientado a la recría e invernada.
El lote de lana de Cicoma en la zafra 2024 registró 17,1 micras y 81,4% de rendimiento al lavado. En los últimos 5 años el promedio de señalada alcanza 92%, con muy buenos registros de sobrevivencia a la primera esquila (97% promedio), 9 kg de lana por ha y U$S 93 por ha de margen bruto. Este resultado de margen bruto, que se calcula como el producto bruto ovino (lana y carne ovina) menos los costos directos (fundamentalmente alimentación, esquila y sanidad), permitiría cubrir, por ejemplo, los costos de arrendamiento promedio para tierras de uso ganadero en el departamento de Salto.
Los resultados físicos y económicos de este módulo se apoyan en la aplicación de un paquete tecnológico que incluye: servicios de otoño; uso de carneros con datos de DEPs; ecografía; esquila preparto con empresa acreditada Grifa Verde y certificación RWS; monitoreo de la condición corporal y eventual suplementación en el preparto para la majada de cría; utilización de “parideras” para melliceras y únicas que no aceptan el cordero; plan sanitario ajustado con foco en parásitos gastrointestinales, con Lombritest actualizado y control mensual por HPG, y control de afecciones podales; utilización de potrero reservado para el destete de los corderos; loteo y suplementación de corderos con peso inferior a 20 kg al destete; suplementación invernal en la recría de corderas y uso de información de OFDA y peso de vellón para la selección de los reemplazos.
En la mañana, la visita incluyó charlas de salón a cargo de técnicos del SUL. José Ignacio Aguerre, responsable técnico del centro y técnico del SUL en Tacuarembó, realizó una presentación general de Cicoma. José Francisco Ramos, técnico del SUL en Paysandú y Río Negro, hizo una presentación titulada “Una mirada en perspectiva al negocio ovino con Merino Australiano: Años buenos y años malos”. Finalmente, Sergio Fierro, veterinario del SUL referente para la zona norte, brindó una charla titulada “Pietín: puesta a punto y nuevos datos”, donde repasó los fundamentos básicos del Plan de Control y Erradicación de Pietín que promueve la institución y los resultados que se pueden obtener de su aplicación. Además, Fierro compartió los más recientes avances del proyecto “Aportes al diagnóstico del Pietín”, que desarrollan INIA (Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria) y SUL con el apoyo de ANII (Agencia Nacional de Investigación e Innovación). Por otra parte, recogió a través de una encuesta el testimonio de los presentes respecto a la incidencia y severidad de las afecciones podales en sus majadas y las dificultades en la implementación de los programas de control de la enfermedad.
Luego del almuerzo, en la tarde, se revisaron ovejas de cría, carneros y corderos de la generación 2024. Matías Orihuela y Gracialda Ferreira, técnicos del SUL en Salto y Artigas respectivamente, profundizaron en distintas estrategias de alimentación y manejo sanitario para mejorar la recría en sistemas ganaderos extensivos del Basalto. Al finalizar la jornada, directivos de SUL y de la Sociedad de Criadores de Merino Australiano valoraron positivamente la actividad. Las autoridades de SUL destacaron que la gira anual de Merino Australiano haya decidido visitar Cicoma en el año en el que el centro cumple 10 años de existencia, mientras que desde la Sociedad de Criadores de Merino Australiano se subrayó la participación de la raza como recurso genético en un sistema de producción de lanas finas de alto valor, con el cual muchos productores del norte del país pueden sentirse identificados.
Buena convocatoria
En Salto, el departamento con más ovinos del país, el único que supera el millón de animales según las declaraciones juradas de Dicose, donde los sistemas orientados a la producción de lana fina de alto valor son muy populares, la gira anual de la Sociedad de Criadores de Merino Australiano tuvo una muy buena convocatoria.
Debe señalarse que el entusiasmo en este segmento de la producción ovina no es el mejor. Por un lado, incide la realidad del mercado lanero que ofrece precios aceptables para las lanas finas, pero poco satisfactorios o lejanos a las expectativas de los productores y, por otro lado, operan las dificultades que ha habido en estos últimos años en el manejo a nivel predial por los excesos de lluvia con sus contrariedades sanitarias asociadas. Sin embargo, estos sistemas producen la lana que recibe los mejores precios del mercado, con registros recientes de excelentes valores, como en 2022 y 2023.
Además, no se pierden el negocio de la carne ovina, puesto que venden en su mayoría borregos después de la esquila de su segundo vellón, cuyo precio es prácticamente igual al que reciben otros productores, de otros sistemas de producción, por corderos pesados (animales al menos un año más jóvenes). De hecho, si pensamos en una definición estricta del término “doble propósito”, entendiendo por esto esquemas productivos que logran ingresos similares por lana y carne ovina, sistemas de producción como los visitados en la gira, con la raza Merino Australiano como recurso genético, constituyen verdaderos “doble propósito”.
Existen también algunos sistemas, aún más laneros, donde se venden capones después de la esquila de su tercer vellón, con la dificultad que puede representar no excederse de los pesos máximos de carcasa que requiere la industria. Pero, en definitiva, ya sea por la venta de corderos (poco habitual), borregos, capones u ovejas, son esquemas que pueden y en muchos casos logran, muy buenos ingresos por carne ovina. La retención de categorías solteras para producción de lana, no es la alternativa más eficiente en cuanto a producción de carne ovina se refiere, pero es una opción operativamente muy atractiva, ya que se hace carga ovina y volumen de lana con animales de fácil cuidado, que requieren bajos niveles de intervención y que se terminan en condiciones de campo natural con relativa facilidad.
Los productores suelen inquietarse relativamente más por los precios en lana y carne ovina, que por los niveles de productividad que alcanzan. En aras de priorizar, parece lógico pensar en concentrarse más, en aquellos elementos que determinan el resultado económico de la empresa ovina, que están más al alcance de los productores. Los precios no son uno de ellos. El camino para valorizar los lotes de lana luce claro y los productores lo han interpretado así. La alternativa de ubicarse en segmentos de micronaje cada vez más finos, debería conducir a mayores precios por kg, con la expectativa de grandes diferencias a favor de lotes de lana superfinos (diámetro entre 15,6 y 18,5 micras, según AWEX) y ultrafinos (diámetro menor o igual a 15,5 micras, según AWEX) en escenarios de picos de precios, aunque deben manejarse con cautela los antagonismos que existen con otras características de interés, como peso de vellón, peso del cuerpo y adaptación al ambiente de producción, en términos muy generales. Es claro que la producción de más lana, más fina, de mayor calidad, con certificaciones, es un objetivo sensato y en muchos casos una realidad. Las posibilidades de acceder a los muy buenos precios que hoy presenta el mercado de carne ovina suponen también desafíos para los sistemas de producción con Merino Australiano, donde el peso, la conformación carnicera y los niveles de terminación en los animales de venta son fundamentales.
En el caso de la carne ovina, no hay mucho por hacer en cuanto a mejorar el precio por kg, más allá de examinar los momentos del año donde en promedio hay mejores valores y mayor agilidad de colocación. Los principales determinantes de los ingresos por carne ovina en esquemas con Merino Australiano son el desempeño reproductivo, el peso de venta y el grado de terminación de los animales. Esto en muchos casos puede significar mayores niveles de intervención, con algunas de las muchas tecnologías que se difundieron en el marco de esta gira.
Durante toda la gira en este año 2025, se transmitió un mensaje común: la productividad sostiene resultados económicos atractivos en escenarios de precios poco satisfactorios. Si el entusiasmo, el ánimo y los resultados de estos sistemas de producción van a estar únicamente asociados al precio de la lana, serán, por naturaleza, volátiles.
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