Valeria Ripoll, candidata a la Vicepresidencia por el Partido Nacional, afirmó que, tras haber militado en el Partido Comunista entre 2011 y 2017, decidió abandonarlo por “desilusión”. Ripoll explicó que fue en el Partido Nacional donde encontró “la sensibilidad” para abordar temas sociales y de discapacidad.
Según Ripoll, el Partido Comunista se caracteriza por una visión idealista: “Hablan de la sociedad del pan y de las rosas, de estar al lado de los pobres y los trabajadores. Es toda una mística hermosa. Hay muchos militantes comunistas en el movimiento sindical”. Sin embargo, al involucrarse más profundamente, Ripoll sintió que la realidad era distinta: “Dentro del partido, no hay mística, solo hipocresía. Imponen decisiones que nadie cuestiona, y no hay espacio para la libertad o el debate”.
En 2017, Ripoll abandonó el Partido Comunista “completamente desilusionada”, convencida de que no regresaría a la política. “Pensé que todos los partidos eran iguales. Estaba muy enojada y pagué un precio alto por mi salida, sufrí persecución”, relató. Entre los ataques que recibió, mencionó que intentaron incendiar su casa, además de recibir amenazas, lo que la llevó a tener custodia policial y a realizar múltiples denuncias. “El ministro Bonomi me dijo que debía entender que esa era la reacción de los camaradas cuando alguien dejaba el partido”, agregó.
Su regreso al ámbito político ocurrió durante la pandemia, cuando se reunió con la vicepresidenta Beatriz Argimón, quien la conectó con el presidente Lacalle Pou. A partir de allí, Ripoll se reunió con Álvaro Delgado, entonces secretario de Presidencia, para plantear la situación de las familias con personas autistas, quienes habían visto interrumpidos sus tratamientos y contactos durante la pandemia, enfrentando grandes dificultades.
Ripoll destacó el trabajo de Delgado, quien creó un equipo con representantes de diferentes ministerios y entidades públicas para abordar la discapacidad, demostrando, según ella, una “sensibilidad que otros no tenían. Le importó el tema, aunque esto no tuviera rédito electoral”. También mencionó que intentó presentar la misma problemática al Frente Amplio, pero no recibió respuesta.
Criticó la postura del Frente Amplio, comentando que creen que “toda la sensibilidad social y la militancia surgió con ellos” y con sarcasmo expresó que “el Cuesta Duarte no te da un curso de antes de que existiera el Frente Amplio. Parece que todo nació con ellos. Esa también siempre fue una diferencia que yo tenía con el Frente Amplio. Obviamente no calzaba ahí”. Añadió que, históricamente, el Partido Nacional ha estado presente en la vida del país mucho antes que el Frente Amplio fuera siquiera un proyecto. “El propio Wilson Ferreira Aldunate siempre destacó la importancia de tener militantes del Partido Nacional en todos los ámbitos de la sociedad”, comentó.
Ripoll también denunció una campaña de ataques personales tras su candidatura, que incluyeron cuestionamientos sobre su situación financiera. “Cuestionan que un trabajador que vive de su salario tenga un préstamo en su sueldo, tenga deudas y pague alquiler. Mi vida y la de toda mi familia se condicionó por la atención de los tratamientos de mi hijo. Eso le pasa a mucha gente en el Uruguay”, aclaró. “Si para algunos eso es un demérito, es porque están desconectados de los problemas reales de la gente. No saben los problemas que tenemos las personas normales”, concluyó, convencida de que su fórmula, junto a Álvaro Delgado, representa mejor a la mayoría de los uruguayos que la encabezada por Yamandú Orsi y Carolina Cosse.
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