Bajar la fiebre

En una entrevista con Radio Montecarlo el senador Eduardo Brenta dejó abierta la puerta a una solución legislativa al problema de endeudamiento de las familias en Uruguay tras el naufragio del intento de reforma constitucional con el que Cabildo Abierto procuró atender el asunto estableciendo parámetros para la fijación de tasas de interés.
Brenta, electo por el Frente Amplio, manifestó que “en principio hay interés en profundizar en este tema, nosotros no acompañamos el plebiscito de Cabildo (Abierto) porque incluía en la Constitución temas vinculados a las tasas de interés y demás; eso le da una rigidez enorme a este tema, porque luego para cambiarlo hay que volver a cambiar la Constitución. Por lo cual podrían establecerse tasas que fueran muy bajas, o muy altas, en función de la realidad económica del país”. Sí, en cambio, habría otra disposición a discutir un proyecto a nivel legislativo “porque allí cambiar una ley, se cambia con otra ley. Lo estamos analizando, sabemos que hay interés, sabemos que hay un problema en este tema”. Destacó el resultado de los mecanismos que se generaron y permitieron reestructurar y por el que muchas personas lograron “volverse nuevamente sujeto de crédito, en esa línea creemos que hay que trabajar”, adelantó. Brenta agregó que “ya hay voluntad de parte de todos los partidos de trabajar en alguna fórmula que iremos conversando con los actores sociales, con las empresas, con las organizaciones que nuclean a personas que están endeudadas a los efectos de poder encontrar un mecanismo que atienda esta problemática, que a nuestro entender el plebiscito no la atendía correctamente”.
Por su parte, Cabildo Abierto adelantó que durante la discusión presupuestal planteará la inclusión de la reestructura de las deudas de las personas físicas, según publicó La Mañana. En el artículo se plantea que el proyecto se presentó “en un contexto con más de un millón de uruguayos en el Clearing de Informes y se estima que unos 700.000 están en categoría 5 del Banco Central. Estar en esta categoría implica no poder acceder a créditos y a ciertos servicios públicos”.

Cabildo Abierto atribuye al impulso de la campaña por el plebiscito el que el gobierno (en el período anterior), junto a la Asociación Nacional de Empresas Administradoras de Crédito de Personas, la Asociación de Bancos Privados del Uruguay y el BROU lanzaran la campaña de refinanciación de deudas, un mecanismo que abarcó a 780.000 personas, pero que consideran insuficientes, de acuerdo con la publicación. “Si bien se daban interesantes beneficios, como ser que las deudas menores a 5.000 pesos quedaban sin efecto y la refinanciación de las deudas era hasta en 36 cuotas, sin actualización del capital, intereses, multas, ni recargos, tenía como limitante que el máximo de la deuda contraída debía de ser de 100.000 pesos”. También señala que el acuerdo voluntario era aplicable a aquellas personas que al 30 de abril de 2022 se encontraban en la categoría 5 de la Central de Riesgos Crediticios y que mantenían igual situación a mayo de 2024. El programa entre agosto y noviembre logró más de 270.000 cancelaciones o reestructuraciones, de unas 190.000 personas. “O sea, al programa de reestructura se terminaron adhiriendo un cuarto de los potenciales beneficiarios”.
El diputado cabildante Álvaro Perrone fue quien planteó en una entrevista en el programa En Perspectiva, de Radiomundo, que trabajarán en un nuevo proyecto de reestructura, esta vez por vía parlamentaria. “Lo que aprendí en estos cinco años como legislador es que para que las cosas salgan hay que discutirlas en el Presupuesto o en las Rendiciones de Cuentas. Presentar proyectos de ley lleva a discusiones eternas que difícilmente avanzan”, afirmó, y del mismo modo que Brenta señaló que “todos los partidos han reconocido que hay que buscar una solución. Vamos a trabajar para que eso suceda”.

A la espera del texto que propondrá Cabildo Abierto y la negociación que luego se genere con el oficialismo y los demás partidos representados en el Parlamento, es importante señalar que no alcanza con solamente regular la actividad, sino que además es imprescindible comenzar a trabajar para que la población acceda a una formación financiera básica que equilibre una relación que hoy en día está muy desbalanceada: bancos e instituciones financieras ponen al alcance de las personas recursos que para personas y familias que sepan utilizarlos pueden ser una solución en determinado momento de la vida, pero que mal empleados pueden transformarse en una condena. No atender este problema básico de formación, no hacer algo por balancear esta relación, es una omisión imperdonable.
Hay datos contenidos en un informe sobre endeudamiento del año 2023, publicado por el Banco Central del Uruguay (ver código QR), que permiten trazar algunos rasgos del endeudamiento de los uruguayos. Por ejemplo, “Uruguay es uno de los países con menor ratio de crédito a las personas físicas sobre el PBI, alcanzando un valor de 12,3% a mayo de 2023”. Es el séptimo entre más de 40 países considerados en el informe. Esto tiene una explicación, en gran medida obedece al “escaso desarrollo del crédito hipotecario, que representa un 4,5% sobre el PBI, ubicándose dentro de los ratios más bajos” para los 48 países considerados. Aparece en el quinto lugar. Por su parte, el crédito a las personas físicas con destino al consumo y adquisición de automóviles representa un 7,8% del PBI, “cifra que ubica a Uruguay en una posición intermedia en relación a los países considerados”. Agrega que “el destino principal del crédito es el consumo, mientras que el crédito para la adquisición de automóviles ha ganado paulatinamente una mayor participación”.

Hace algún tiempo, en épocas de la Copa América 2011, había una publicidad de Nuevo Siglo (operador de televisión por cable de Montevideo, de la agencia Publicis Impetu) que hablaba del “nuevo uruguayo”, aludiendo a un cambio de valores por parte de nuestra población, a un abandono a costumbres como el recato y la prudencia en pos de un “perfil más alto”, de exposición y de consumo, algo que no necesariamente está de por sí mal, pero que requiere de una adaptación de todo el ecosistema para evitar que se transforme en una trampa masiva de la que después, como está planteado en estas iniciativas de Cabildo Abierto, es difícil salir.

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