
El FE es el envejecimiento prematuro de la piel resultante de la exposición prolongada y repetida a la radiación solar. Los cambios del FE se superponen a los cambios causados por el envejecimiento intrínseco o cronológico, genético, inevitable, atribuido al paso del tiempo.
Este fenómeno afecta sobre todo la piel de zonas expuestas al sol como cara, cuello, escote, antebrazos, con cambios cutáneos típicos.
Se considera a la radiación ultravioleta como la responsable de alterar la composición, la organización y la estructura de la matriz extracelular que es una malla dérmica formada por varias macromoléculas que incluyen: colágeno, fibras elásticas, glicoproteínas y glicosaminoglicanos que dan firmeza, elasticidad, tersura e hidratación a la piel.
Existen distintos fototipos de piel de I al VI, cuanto mayor es el número más cantidad de melanina genera la piel. El fototipo define la capacidad de la piel frente al broceado.
Factores de riesgo
-Fototipos claros con menos melanina.
-Antecedentes de quemaduras por el sol.
-Vivir en un región con mucho sol, cálido o a gran altitud.
-Trabajar al aire libre.
-Cantidad de tiempo expuesto al sol.
-Piel húmeda.
-Combinar las actividades recreativas al aire libre con consumo del alcohol.
-Exponerse a camas solares con regularidad.
-Usar medicación con fotosensibilidad.
Otros factores
-Contaminación del aire y tabaquismo.
Lesiones
-Púrpura actínica de Bateman: manchas violáceas indoloras que aparecen ante mínimos traumatismos en piel de antebrazos y dorso de mano con piel fina seca.
-Sequedad y aspereza en la piel.
– Pérdida de elasticidad y firmeza.
– Arrugas y surcos profundos.
-Pigmentación irregular y manchas.
-Pequeños derrames capilares.
-Lesiones con cambios en el color de la piel.
Diagnóstico
Es clínico, con cambios típicos como arrugas finas y gruesas, lentigos, pérdida de translucidez, elasticidad y color amarillento.
Complicaciones
Cáncer baso-celular de piel, melanoma y lesiones oculares.
El FE podrá prevenirse y mejorarse modificando conductas y hábitos saludables. Lo primordial es tomar medidas de fotoprotección mediante el uso correcto de protectores solares de amplio espectro, en forma diaria, independientemente de la época del año, acompañados de gafas, sombreros y ropa adecuada, respetando los horarios y buscando la sombra.
Estas medias de fotoprotección comenzarán desde la infancia, evitando de esa manera las quemaduras solares que son las que originarán las lesiones tumorales en la adultez, dado el carácter acumulativo e irreversible de la radiación solar.
Se recuerda: el bronceado es un mecanismo de defensa de la piel al daño celular, por lo tanto no existe un bronceado saludable.