
Un país de innovación
En ediciones anteriores, tomando como tema la triste realidad de AFE y, a cuento de la decisión de sus autoridades de restringir las visitas a sus propiedades, nos referíamos a la falta de una visión innovadora orientada a la búsqueda de soluciones. Recibimos comentarios al respecto y es del caso puntualizar que de forma alguna pensamos que esta falta de visión sea un problema país, o que en Uruguay no es posible pensar y desarrollar soluciones alternativas e innovadoras, muy por el contrario, en un país con las características del nuestro la innovación y el desarrollo son innegociables, y nuestra producción es un ejemplo de ello: la evolución en la ganadería y la agricultura que nos permiten ser competitivos se lo debemos agradecer en buena parte a la investigación y el desarrollo que se realiza en Uruguay y con participación del Estado. Lejos de ser un gasto, la ciencia es una inversión.
Volviendo por un instante al transporte, la semana pasada se presentó en Montevideo una propuesta desarrollada por el Centro de Investigaciones Económicas (Cinve) para revolucionar la movilidad en el área metropolitana de Montevideo, con tramos subterráneos para la circulación de dos líneas troncales de ómnibus de alta frecuencia, unido a un concepto de extensión de las áreas verdes. El proyecto en su conjunto supondría una inversión de unos 500 millones de dólares, cuya financiación también estaba propuesta.
Se puede ver en YouTube (seguir el QR) la presentación y es muy interesante hacerlo para darse cuenta de que es posible diseñar cambios radicales, y si es posible pensar estas cosas, por aquella máxima del Derecho de que el que puede lo más, puede lo menos, vaya si se podrá pensar en tener un circuito de transporte con vehículos livianos, eléctricos, que puedan transportar público por ejemplo a los centros termales empleando las vías refaccionadas y de paso servir para el pasaje de cercanías.
Pero en este caso el tema no es el transporte sino las posibilidades que hay en otras áreas para el desarrollo de empresas vinculadas con el área científica y tecnológica, en este caso en la salud. Un artículo en el sitio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS, paho.org/es), anuncia “Países de las Américas acuerdan medidas para incentivar la innovación y la producción regional de tecnologías sanitarias”. El artículo indica que a comienzos de este mes las autoridades de la salud de las Américas acordaron otorgar mayor flexibilidad a los Fondos Rotatorios Regionales OPS “para acelerar el acceso a tecnologías sanitarias. Estas medidas están diseñadas para impulsar la autosuficiencia en la producción de insumos de salud en la región y fomentar proyectos de innovación ante emergencias y brotes”. Hay allí una oportunidad. La resolución, sigue diciendo el artículo, “contempla que una parte del capital recolectado por los Fondos Rotatorios Regionales se destinará a incentivar la producción local y proyectos de innovación. Esto incluye el establecimiento de acuerdos de suministro que garanticen un acceso rápido a insumos médicos, mejorando así la capacidad de respuesta ante emergencias. Además, contempla la creación de una reserva regional de medicamentos críticos para mitigar el impacto de interrupciones en la cadena de suministro y reducir costos de transporte, particularmente para pequeños estados insulares”.
Lógicamente que estos movimientos surgen como una reacción a los problemas de respuesta que dejó en evidencia la reciente pandemia de COVID-19, y supone un impulso para crear fortalezas en esta área. “Este apoyo no debe limitarse a tiempos de crisis, sino ser continuo para garantizar la sostenibilidad a largo plazo”, afirmó el gerente ejecutivo de los Fondos Rotatorios Regionales de la OPS, Santiago Cornejo.
Bien, pero ¿Uruguay tiene con qué?, se preguntará usted. Y vaya si lo tiene. De hecho estamos en un momento muy interesante y de expansión del país en el área de la biotecnología. Recientemente se inauguró en Montevideo, en la sede del Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU), el programa Uruguay Innovation Hub, que se dedica, justamente, a la búsqueda de proyectos de ciencia, tecnología e innovación y una de las primeras convocatorias fue dirigida a la industria biotecnológica, con una convocatoria a empresas que quieran desarrollarse en el país.
En particular esa convocatoria ya cerró, pero establecía que quienes postulasen debían contar con una metodología probada en materia de finanzas, gerencia y técnica y el programa brindaba apoyo financiero para las operaciones de la aceleradora en nuestro país y un espacio físico de oficinas y recursos para arrendamiento de espacios en laboratorios nacionales y oportunidades de coinversión en emprendimientos seleccionados.
Uruguay Innovation Hub tiene ese cometido de promover proyectos en materia de ciencia, tecnología e innovación con el propósito final de convertir a Uruguay “en un centro de innovación de clase mundial, que atraiga inversiones a nivel internacional; permita incrementar la tasa de crecimiento económico potencial del país en sectores estratégicos y genere puestos de trabajo de calidad”.
Lo llamativo del caso es que esto ocurre en uno de los países que menos presupuesto destina al desarrollo de la ciencia. Justamente lo que busca el HUB es, como lo anunció el entonces ministro de Industria, Energía y Minería (MIEM), Omar Paganini, acelerar la atracción de capitales y de startups de la región y del mundo, creando nuevas empresas en el país que potencien el ecosistema emprendedor local; y promoviendo la fundación y el desarrollo de startups internacionales. La aceleración aportará metodología y capital a través de fondos público-privados. → Leer más