
Recientemente se reunieron en INIA La Estanzuela integrantes de la Red Uruguaya de Monitoreo de la Chicharrita (Rumci). Frente a la proximidad de una nueva zafra, se confirma el apoyo y continuidad de los integrantes para el muestreo y monitoreo, reafirmando la utilidad de la herramienta en la zafra pasada.
La Red es coordinada por el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y participan activamente la Facultad de Agronomía (UdelaR), el Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca (MGAP), cooperativas de productores como Unión Rural de Flores (URF) y Copagran, así como las principales empresas semilleristas vinculadas al cultivo de maíz: Corteva, Rutilan, Pioneer, Syngenta, Nidera, PGG Wrightson Seeds, Agrocentro, NK, Yalfin, Procampo, Supra Semillas, Agrofuturo, Bayer, Agroterra, Dekalb, 3Agro y Limagrain.
Además de corroborar la utilidad de esta herramienta colaborativa para el seguimiento y monitoreo de la chicharrita, Dalbulus maidis, la oportunidad fue propicia para el intercambio técnico, el ajuste de las rutinas de trampeo y análisis de la información recabada en la zafra pasada.
MANTENER LA VIGILANCIA ACTIVA
En la zafra recién culminada se relevaron 16 chacras comerciales de maíz distribuidas en todo el país a través de la red Rumci (tres muestreos por chacra en estadios R2, R4 y R6 con cinco paradas en “V” y observación de 25 plantas por parada) registrándose la presencia del vector Dalbulus maidis y síntomas del complejo de achaparramiento. Se tomaron muestras para análisis moleculares y se capturaron adultos del vector para detectar patógenos. Los datos muestran que el 47% de las chicharritas recolectadas estaban infectadas en promedio con 2 de los principales patógenos del achaparramiento. Sin embargo, felizmente el daño a nivel de mazorcas fue moderado; índice general de enfermedad fue 0,17%, evaluado.
En las últimas semanas se detectó presencia de chicharrita en las trampas, lo que refuerza la necesidad de mantener una vigilancia activa. Los análisis climáticos y pronósticos para los meses julio-agosto-setiembre, muestran que esta zafra podría tener condiciones más favorables climáticamente (menos frío, mayor humedad) para la sobrevivencia de maíces guachos y de la chicharrita.
En este escenario, el control de maíces guachos se posiciona como una medida importante y estratégica para reducir la población del vector y mitigar el riesgo. El monitoreo realizado por la Red será clave para orientar las decisiones de manejo frente a la próxima zafra.
No descansa
“La chicharrita no descansa”, publicó el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) en las redes sociales este viernes 27 de junio. La institución agregó: “Aunque no la veamos está presente y las condiciones climáticas de inicio de zafra serían favorables para la sobrevivencia de maíces guachos y de la chicharrita”, por lo que INIA La Estanzuela sugiere un mayor control de maíces guachos.
El ingeniero agrónomo Nicolás Báraibar, técnico del INIA, dijo al programa Diario Rural (CX 4 Rural) que la Red Uruguaya de Monitoreo de la Chicharrita (Rumci) tomó la decisión de continuar con el monitoreo de la plaga en invierno, lo que va a permitir entender al insecto en el mediano plazo, además de que nos facilitará contar con información sobre cómo el invierno va a impactar en la población. Eso genera información objetiva” al servicio de técnicos y productores.
El invierno pasado tuvo algunas heladas consecutivas y el frío hizo remitir a la plaga y cuando se comenzó con el monitoreo de la Red –a fines de agosto o setiembre– no se encontraba chicharrita. En diciembre, en las chacras del norte, se localizó su presencia, y se multiplicó en los cultivos de segunda y más tardíos, comentó Baráibar.
No se dieron daños en los cultivos, pero sí se detectaron chicharritas infectadas por los patógenos y tenían al menos dos de los que producen el achaparramiento del maíz. Es un insecto que se alimenta exclusivamente de maíz, sobrevive y se reproduce en maíz.
Baráibar agregó que el maíz es clave para la chicharrita, pero puede refugiarse del frío en otros cultivos: de invierno o de servicio, por tanto, temperaturas por debajo de los 4 grados son fatales para ella, pero no significa una muerte total por su habilidad para encontrar refugio en otras plantas.