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Escribe Danilo Arbilla: Te gusta o no te gusta

Lo hizo bien el presidente Luis Lacalle Pou en el Llao-Llao. Es que no es fácil lograr ese punto de equilibrio que guste a todos, que no genere rechazo sin ser empalagoso.
Estaba en la Argentina de Milei: cómo hacer un discurso que no ofendiera a su colega, tan sensible a la adulonería, que le reconociera algo pero a la vez marcara la diferencia. Y lo logró, agradeció lo del dragado del Río de la Plata, se esperanzó con las coincidencias y sus efectos positivos, caso Mercosur, pero, sin decirlo, dijo que somos distintos: los partidos políticos son la base de nuestra institucionalidad y los políticos uruguayos discrepan pero dentro de ciertos límites que hacen a la convivencia democrática. Así nomás, a la uruguaya: sencillito como violeta doble.

Con Milei es complicado, es como con el mondongo, te gusta o no te gusta. (Con Mujica pasa algo parecido, ya lo hemos señalado). Sos fanático o no soportas ni el olor. Son “gustos adquiridos”. Algo así como el fanatismo en política. En Argentina, además, con el “arrase” del kirchnerismo habría que sumar un elemento más: el de las riquezas “adquiridas” y mal habidas.

Milei es producto del kirchnerismo. Para acabar con “la joda” y salir de ese desastre se necesitaba a alguien con ideas económicas muy claras y que sepa de qué se trata, que no afloje, firme, dispuesto a subir la apuesta, hasta con un cierto grado de locura.

Un cierto grado, no un loco

Por loco lo quiere vender la oposición; periodistas operadores preguntaron hace unos días al vocero presidencial sobre cuántos perros tenía el presidente en la Quinta de Olivos: ¿cuatro o cinco? ¿Y dónde está la trampa? Milei tiene cuatro perros, pero él habla de cinco, incluye a uno ya muerto y con el cual se comunica; es lo que ha dicho más de una vez. Algo así como el “pajarico” de Maduro. Y entonces lo quieren hacer pasar por loco: suficiente con que invoque “las fuerzas del cielo”, pero consultar a un perro y además muerto.

El vocero dijo primero que era un tema privado y familiar. En realidad no tanto: en su primer discurso tras el triunfo se lo dedicó a muy pocos y entre esos pocos a “sus hijitos de cuatro patas”. Pero aún mas formal, y cuasi institucional se podría decir, en el puño del bastón de mando presidencial hizo tallar las caras de los cinco perros, incluido el muerto y sus nombres. Parece chiste, ¿ no?
A su vez el vocero consideró las preguntas irrespetuosas para con la figura presidencial. Puede ser, pero por otro lado días antes Milei había calificado al Senado de la Nación, de “nido de ratas”. Institucionalmente, ¿cómo encaja eso?

El presidente Milei es muy rápido para el insulto. Se dice que ya superó a Rafael Correa, el ecuatoriano, también de lengua sobada, a quien se le contabilizaron 189 diferentes tipos de insultos dedicados a opositores, políticos, periodistas y cualquiera que no estuviera de acuerdo con él.

Milei habla de libertad pero abusa. Su estilo preocupa y hay algo más y que se nota: sus funcionarios como que se sienten obligados a elogiarlo cada vez que hablan de él; o de su hermana Karina.
Lo de Argentina no se soluciona si no es con un muy fuerte “shock”, pero cuidando mejor las formas. Por respeto a las instituciones, por educación y porque cuando entras a ceder –cuando te viene el “pragmatismo” (tema mutualistas o mantener cuotas obligatorias para sindicatos)– se disimula más y no se alienta tanto a los opositores. → Leer más

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Solicitada: Nos necesitamos

Te invito a pensar a ti, mujer que estás en casa o trabajando para traer el sustento. A ti mujer fuerte y resiliente, soltera o esposa, madre abnegada, hermana, hija o abuela amorosa, que, con dedicación, aún buscas en este mundo adverso, comprender la compleja maquinaria de este sistema que todavía, en el Siglo XXI, si bien un poco más cerca, algunas cosas para el género femenino siguen siendo demasiado difíciles o imposibles de alcanzar.
A comienzos del siglo pasado, un hombre que comprendía el verdadero valor de las mujeres, y la importancia de sus roles dentro de la sociedad, escribía bajo seudónimo femenino para un diario. Allí se ocupaba de denunciar todo lo que consideraba injusticias sociales. Entre ellos, el poco valor que se le daba a las mujeres entonces, limitándolas en roles donde no podían expandir su conciencia y limitando su nivel intelectual para evitar su participación más profunda, no solo en cuestiones sociales sino además políticas.

Sus palabras no pasaron inadvertidas. Para finales de la segunda década, las mujeres uruguayas, no sólo gozaban de más derechos, sino que este pequeñito país se puso a la vanguardia, y hoy goza del privilegio de ser recordado como el primer estado de américa que permitió el sufragio femenino.

Ese señor fue considerado un feminista sui generis. Ese señor buscaba con su temperamento duro y decidido una equidad social de largo alcance, donde los resultados no se verían de inmediato, sino al transcurrir algunas décadas. De una sociedad bárbara a una más civilizada. Porque su visión le permitió entender que un país que necesita desarrollarse y progresar, debe de tener ciudadanos educados, formados en una labor o profesión sin distinción de género. Un ciudadano que aporte cualquier cosa, pero que sea productivo para la sociedad. Pero también entendía que para lograr todo esto, era necesario orden y disciplina dentro de todos los rincones del país. Pero lo que más lo distinguió, fue su concepción de “justicia social”, donde cada ciudadano o ciudadana uruguaya se sintiera orgulloso de pertenecer. Eso era integridad.

Si eres de la vieja escuela, recordarás que lo primero en casa eran los valores que los padres inculcaban a sus hijos de respeto, de solidaridad, de empatía, de obediencia, de condescendencia, de persistencia, de lucha, de esfuerzo, de trabajo y superación constante, sabiendo que la recompensa de todo eso traería como premio el resultado de tus logros, y, por ende, en consecuencia, la calidad de vida merecida acorde a tu dedicación.
Actualmente las mujeres que son hijas de aquella escuela han logrado abrirse caminos en profesiones que solo estaban reservadas para los hombres. Porque este estado sembró las posibilidades del acceso igualitario a la educación en todos los niveles. Pero aún con todo esto, también quedan algunas mujeres menos afortunadas que aún no han alcanzado esa transición por motivos diversos.

Hoy tenemos una sociedad bastante dividida en cuestiones morales. No es en todos los casos, pero muchos sociólogos, psicólogos entre otros expertos, debaten la decadencia de valores de la sociedad, de las nuevas y futuras generaciones. Se buscan a menudo respuestas, y señalan la mayoría de las veces, que la ausencia de las mujeres en casa, como las madres dedicadas antes a impartir el orden y disciplina de la primera escuela, es la gran culpable de esta pobreza mental y estructural. Pero poco se habla aún, del rol de los hombres y sus responsabilidades como padres compartiendo la crianza de sus hijos.

Te invito a ti ciudadano y ciudadana, a reflexionar sobre todo lo que aquí se ha expuesto. Puedes estar o no de acuerdo. Pero una cosa es segura, cada mujer es importante en el rol que ocupe, y sus logros no siempre están ligados a la dependencia de un hombre. Cada mujer que hoy busca un lugar en la política, busca un espacio para expresar algo que considera una injusticia. Sobre todo, si de ayudar a otras mujeres a descubrir su potencial se trata.

Te invito a pensar querido lector o lectora, si esa sensibilidad no es necesaria. Porque para muchos aspectos de la sociedad, como los niños, los ancianos y todos aquellos que se encuentran en situación de vulnerabilidad, son irónicamente más comprendidos por las mujeres.

Te invito a pensar y a no olvidar, que cada hombre importante que tiene éxito en este país, tuvo o tiene a su lado a una gran mujer que facilitó o facilita su despegue, ya sea como esposa, madre o hermana. Y que no se mal entienda, esto no es una apología a las mujeres, simplemente una apreciación que intenta destacar que tanto hombres como mujeres son necesarios en igual medida y que la unión y fortaleza de sus cualidades pueden sumar.

¿No será tiempo de abrir el paraguas?

En pleno año electoral, es menester pensar muy bien lo que cada ciudadano hace con esa herramienta de poder, el voto: ¿queremos aún una sociedad más equitativa donde nuestra recompensa sea el logro de nuestros esfuerzos?, o tal vez ¿queremos seguir justificando la falta de oportunidades ajenas y seguir sosteniendo a otros que sin esfuerzo alguno, viven a expensas de quiénes trabajamos duro para tener lo mucho o poco que alcanzamos?; ¿es eso justicia social?; ¿no podemos construir un sistema que sí ayude a los menos privilegiados, pero que, a cambio, se retribuya con un poco de esfuerzo mientras alcanzan esa transición para convertirse en seres autosuficientes, y se logre esa sociedad más equitativa?

A ti ciudadano, que quizás te encuentres mirando series de Netflix o sumergido en las redes sociales, ocupando tu tiempo con banalidades, para evadirte de la realidad; criticando y quejándote de un trabajo que no te gusta, o que no es bien remunerado. O tal vez criticando a los que intentan hacer algo, mientras tu pasividad carece de acción productiva, ¿no será este el momento de que salgas de tu burbuja?, ¿no será este el mejor momento para que hagas un buen uso de tu derecho democrático?, ¿un voto coherente, donde pienses responsablemente en el país que habitas y el que quisieras? Porque te puedo garantizar que quienes permanecen inertes y jactándose de que no les interesa la política, son tan culpables del presente y el destino de este país tanto como los que están arriba; te hace cómplice pasivo perpetuando una violencia simbólica, y tu voto hace la diferencia. Los ciudadanos son quienes tienen el poder real y quienes colocan arriba a los que dirigen el destino “próspero” o “infructuoso” de este país.

Nos necesitamos todos y todas. Nos necesitamos para mejorar este país, para generar cambios, para plantear propuestas, para elevar el estatus, para ser escuchados. Así como los hombres se necesitan, las mujeres se necesitan menos críticas y más unidas, menos violentas y más dispuestas. Nos necesitamos para seguir abriendo puertas, nos necesitamos para marcar el destino y el rumbo de esta sociedad. Pero por sobre todo nos merecemos, nos merecemos todo lo bueno o lo malo que se nos presente si no abrimos la mente.

Laura

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Escribe Ernesto Kreimerman: A seis meses, es tiempo de negociadores

En las décadas del 30 y 40 del siglo pasado, el ascenso del nazismo en Alemania, del fascismo en Italia, del franquismo en España, del régimen colaboracionista de Vichy en Francia, la abdicación de Eduardo VIII y su simpatía por el nazismo, entre otras situaciones (Polonia, Austria, la URSS, etc.), abanderados del odio y la violencia arrastraron a la humanidad a una tragedia profunda. Algunos historiadores hablan de más de cien millones de víctimas.

Para el mundo era un momento terrible; para los judíos eran tiempos trágicos. Buena parte de la intelectualidad jugaba opinión por las libertades y la democracia; también la judía. El ascenso del autoritarismo y del odio fueron ampliando los miedos, avasallando las libertades. Albert Einstein formulaba por aquellos días una pregunta que aún no ha encontrado una respuesta convincente: “¿Cómo es posible que esta pequeña camarilla doblegue la voluntad de la mayoría… al servicio de sus ambiciones?”.

Octubre, muerte y secuestros

“La despreocupación, lo sabéis ya, es la gran enemiga de un mortal”, supo advertir Hécate, en Macbeth. Aplica bien para los hechos del 7 de octubre último. En el inicio, en 1948, Israel aceptó la decisión de Naciones Unidas de establecer dos estados, uno árabe y otro judío. Pero el mundo árabe no, y se inició la guerra de independencia. Entonces, Israel, Estados Unidos y la URSS calificaron el belicismo de los ejércitos árabes como “la primera agresión armada” post Segunda Guerra Mundial. Israel logró sobrevivir a esas guerras.

La historia hasta aquí ha sido larga y dolorosa, para todos. Pero la mañana del 7 de octubre Hamás da comienzo a una operación de brutal insania, causando más de 1.200 muertes, miles de heridos y 240 secuestrados. Imposible describir los sentimientos de aquella mañana. Una dolorosa mezcla de pánico, temor, angustia, frustración, rebeldía.

La reacción de las FDI, inesperadamente, tardó. Una arraigada sensación de seguridad se resquebrajó. ¿Qué pasó? En algún momento, cuando se revisen objetivamente los hechos, lo sabremos. No se trató de un error humano, sino una consecuencia del cambio de paradigmas en las estrategias de seguridad que generó zonas de indefensión.

Hay una primera fase que va del 7 de octubre, que la inicia sorpresivamente Hamás, aunque Israel habría sido alertado por servicios de inteligencia aliados que “algo” estaba sucediendo, y este 1º de abril cuando Israel bombardea el edificio anexo al consulado iraní en Damasco. Con la respuesta iraní, lanzando cientos de misiles y aviones no tripulados contra territorio israelí, ese frente del conflicto se estanca o neutraliza. ¿Qué pasó?
Me temo que el desarreglo del 7O es la contracara de la inteligencia estratégica del 1A. ¿Por qué? Esta guerra 2024 es diferente a los anteriores; se trata de conflictos interrelacionados. La revisión crítica de la experiencia del 2006 fue clave para un nuevo diseño defensivo, que en parte ya estaba en desarrollo, y que en parte siguió madurando cualitativamente.

En efecto, de la reflexión estratégica de la guerra del Líbano del 2006 y la evolución de la situación en Gaza, se verifica que la organización y logística de las fuerzas antiisraelíes eran diferentes: “ejércitos terroristas difusos, equipados con cohetes/misiles”. De ello se concluye que sería muy poco probable que Israel debiera enfrentarse a fuerzas terrestres convencionales, y esos grupos armados disponen de una capacidad militar limitada respecto a Israel. Lo relevante es que ya no se trata de milicias de escasa vocación militar, sino de adversarios mejor entrenados y con una motivación ideológica más negativa, con mejor armamento, operando en redes complejas y con capacidades desarrolladas para interconectar sin restricciones.

Para este escenario proyectado, la planificación defensiva a desarrollar preveía que Israel optara por enfrentamientos de pequeña escala, de forma inteligente, decidida y rápida. No hay que dejar de mencionar el uso intensivo de IA, para lo cual Israel ha hecho una inversión muy importante. No se trata solo de colectar información originada en los satélites, sensores, e inteligencia, sino del procesamiento, transformando datos en información inteligible, sistematizada y útil para los trabajos de inteligencia.

Por eso, además del factor sorpresa del 7O y estas redefiniciones estratégicas, cuesta encontrar consistencia a los anuncios del gobierno de Netanyahu y los nuevos paradigmas de defensa. Ni Hamás, después de 200 días, desapareció, ni tampoco, lamentablemente, se han liberado (vía negociación u operación comando) los rehenes. De hecho, aún hay 133 secuestrados, con paradero desconocido.

Irán, en su dimensión

Los incidentes con Irán han despejado dudas y confirmado certezas: las responsabilidades de Irán quedaron expuestas, detrás de Hamás, en su respaldo. La acción israelí desnudó la debilidad defensiva iraní, que no pudo prevenir ni evitar la muerte de calificados jerarcas militares, de la Guardia Revolucionaria. Sin embargo, para neutralizar el anunciado ataque iraní fue necesaria la rápida articulación de una cooperación defensiva liderada por Estados Unidos, con Inglaterra, Francia, Italia y Australia, además de asistencia jordana, emiratí, saudí y bahreiní. Un esfuerzo muy significativo de Biden.

Por ello, cobra mayor valor la necesidad de construir una alianza regional de moderados, en la que también deben estar incluidos ciertos palestinos, para neutralizar futuras tentaciones bélicas.

Cuál es el futuro

Más de seis meses después del 7 de octubre, Israel no ha asegurado el regreso seguro de sus rehenes, no ha eliminado a Hamas, está en tensión con Estados Unidos y, además, se ha retrasado la normalización de las relaciones con Arabia Saudita. En contrapartida, de la mano de Biden y en defensa de Israel se articuló una coalición anti iraní que cambia objetivamente las condiciones: cobra valor el hecho de que Israel haya calibrado su respuesta con sus socios, pensando en el significado de una lucha más amplia contra Irán.

Ahora mismo hay una propuesta en manos de los negociadores. Integrar un alto el fuego de mediano plazo (5 años), la resolución de la situación de los rehenes, la aceptación de unas fronteras seguras (según avances), y concluir en dos estados, es ambicioso. Y los próximos días serán fundamentales para saber de avances y acuerdos.

Quedarán pendientes otros asuntos que hacen a cuestiones de fondo, tanto para Israel como para la Autoridad Nacional Palestina. Para empezar, restablecer estándares de gobernanza que revaloricen la institucionalidad democrática, la convivencia.
Pero ahora, lo más urgente, es ni un muerto más. → Leer más

Opinión

La casta sindical y las “velitas al socialismo”

El pasado mes de febrero el periódico La Diaria informó que “la Cámara de la Pesca solicita el apoyo del gobierno ante condiciones de competitividad que entiende “inviables”; en cambio, la intergremial de sindicatos solicita un seguro de paro especial y señala un vínculo entre el parate de las actividades y la proximidad del vencimiento del convenio colectivo del sector. (…) La industria pesquera se encuentra en un momento incierto, dado que la mayoría de la flota está parada y la mayor parte de los trabajadores se encuentra de licencia o en seguro de paro, según informó Búsqueda la semana pasada.
Consultado por La Diaria, Juan Riva-Zucchelli, presidente de la Cámara de la Industria Pesquera del Uruguay (CIPU), dijo “de los 54 buques que componen la flota industrial uruguaya, sólo seis han retomado actividades, y que, más allá de eso, no hay perspectivas de que los otros 48 zarpen”. En una situación tan comprometida para la industria pesquera, el pasado jueves 18 los sindicatos que integran la intergremial de dicho rubro “impidieron, por medio de un grupo de personas que se presentó en el muelle, el zarpe de un buque pesquero, el cual se encontraba pronto para partir a faenar” de acuerdo con lo informado por Montevideo Portal. De acuerdo con esta página web, la Cámara de Industrias Pesqueras del Uruguay y la de Armadores Pesqueros del Uruguay emitieron un comunicado donde aclara que “un total de 68 trabajadores recibieron pagos y a 40 “se les ha saldado completamente lo adeudado, poniendo prioridad en los de menores ingresos”. Asimismo, sostuvieron que “impedir el zarpe de un buque “es un acto de irresponsabilidad y de desprecio a la masa de trabajadores y sus familias” (…) Condenamos estas acciones de parte de la dirigencia sindical, aunque no nos sorprenden”, añade el comunicado.
“En estos meses en que las cámaras empresariales vienen denunciando la difícil situación que vive el sector, y la inminente pérdida de casi 3.000 fuentes de trabajo, los sindicatos de la pesca, lejos de contribuir a aportar soluciones, se han dedicado a atacar a las empresas, con sus habituales falsedades”, expresa el texto. Finalmente, las gremiales empresariales también condenaron “el destructivo y deliberado accionar” de los sindicatos y “la persistente inacción” de las autoridades, que “no solo habilita los excesos sindicales, sino que contempla, sin inmutarse, la desaparición de una industria completa”.
Lamentablemente, la actitud de los sindicatos de la pesca no es nueva, sino que forma parte de un patrón de conducta de todos los sindicatos, donde el empresario sin importar su tamaño es el enemigo y en función de ello la mejor empresa es la empresa cerrada, porque de esa manera no se explota a los trabajadores. A los sindicatos no les importa el trabajo, les importa que no haya empresas. Clarito como el agua. En este sentido, Uruguay ha sido testigo de varias empresas que han tenido que cerrar sus puertas agobiadas por las exigencias y el “patoterismo” de la casta sindical, que no trabaja y tampoco deja trabajar, violentando los derechos de los trabajadores no agremiados. Como si eso fuera poco, los trabajadores que quieren trabajar son insultados, escupidos, maltratados y escrachados en carteles donde se les trata de “carneros”. Sin duda que esta forma de actuar constituye acoso moral, pero como se trata de trabajadores que no integran el gremio, no existe juez, fiscal, inspector o jerarca del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social que los defienda. Los derechos de los trabajadores que no forman parte de “la rosca sindical” son pisoteados todos los días en todo el país sin que ninguna autoridad pública con competencia en la materia haga nada. Así es como la Constitución Nacional y las leyes vigentes se transforman en papel higiénico mojado sin ningún valor real. Después no pregunten por qué a la gente no le interesan los asuntos públicos o tiene tan mala imagen de las autoridades.
En su intención de lograr que las empresas privadas cierren para poder transferirlas al control sindical, el Pit Cnt siempre ha estado apoyado en políticos y dirigentes sindicales demagógicos e irresponsables. La lista de empresas que han pasado por este triste proceso es larga: Cristalerías del Uruguay (Envidrio), Mak (Urutransfor), Paylana (Tessamerica), Funsa (Erfunsa) y también las curtiembres Midobers y El Aguila, así como Molino Santa Rosa y Molino Caorsi, entre tantas otras.
Los sanduceros tenemos bien presentes el ejemplo de Paylana, una empresa icónica de la industria uruguaya ya que llegó a ser la principal textil uruguaya en el ramo, representando sus exportaciones de hilados y tejidos un 70% del saldo exportable del país en esa área. De acuerdo con el informe de Presidencia de la República antes mencionado, acomienzos del año 2013, “los cooperativistas de Cotrapay consiguen que la sindicatura les otorgue el uso precario de la planta. Entre marzo y abril los cooperativistas recibieron un préstamo del Fondes por 6.000.000 de dólares, parte del cual estará destinado a restaurar la planta y a comprar maquinaria. A partir de noviembre, la justicia permitió a 180 operarios textiles entrar a trabajar de manera permanente”.
Lamentablemente esta “vela al socialismo” como le gustaba decir al expresidente Mujica también se terminó apagando como tantas otras. Aunque se tenga dinero (y 6 millones de dólares no es poca cosa), con voluntarismo y lindos discursos no se saca adelante una empresa que pretenda exportar productos de calidad. Basta pasar por el antiguo predio de Paylana para comprobar que el uso de todos esos millones de dólares no dio los resultados esperados. En ese mismo documento oficial publicado durante la presidencia de José Mujica, Mauro Valiente, presidente de Cotrapay, expresa lo siguiente: “Vimos como la familia Soloducho estaba instrumentando el cierre. Eso se veía tanto en sus estrategias comerciales como en las de relacionamiento. El detonante del cierre fue el no pago de los aguinaldos que debiéndose abonar el 20 de diciembre, recién se hizo efectivo el 31. Además, sabíamos que Paylana venía arrastrando fuertes deudas, fundamentalmente con el BROU, al que hoy se adeuda cerca de 25 millones de dólares. Por eso no nos extrañó que, en junio de 2012, la empresa se presentara a concurso judicial, argumentando déficit financiero y carencia de liquidez”.
La actitud sindical se refleja claramente en estas declaraciones: el detonante fue un atraso de 11 días que tuvo que pagar los aguinaldos. Hoy no se pagan aguinaldos, ni salarios, ni licencia, horas extras ni ningún otro rubro laboral porque la fábrica (que tenía 650 trabajadores al momento de su cierre) ya no existe. Una rotunda victoria del movimiento sindical sanducero que luego nos costó 6 millones de dólares a todos los uruguayos.
Más tarde o más temprano, los uruguayos tendremos que entender de una vez y para siempre que en Uruguay existen ciudadanos de primera y de segunda. Los de primera clase son los integrantes de la casta sindical. Los de segunda son quienes no forman parte de esa clase privilegiada. Mientras tanto, las empresas deberán soportar los ataques del Pit Cnt, ya que en caso de que el Frente Amplio gane las elecciones este año, se volverán a encender las velitas al socialismo, aunque la fiestita la disfrute únicamente la casta sindical y la paguemos todos los demás. → Leer más

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Solicitada: Bullying en la escuela

Mi nombre es Patricia González, mamá de cuatro niños, Kiara, Daniel, Benjamín y Lionela. Cada uno de ellos tiene un defecto distinto, cada uno de ellos tiene un carácter distinto. Pero voy a hablar y escribir de Daniel, que tiene ocho años, le encanta jugar al fútbol, le encanta ir a la escuela. Daniel antes de entrar a la escuela le da un beso y un abrazo a cada uno de sus hermanitos, Daniel no pelea en la escuela, presta atención, hace sus tareas y se emociona para hacer sus deberes. Daniel usa un gorro azul, ama su gorro azul, lo usa en todos lados.

El viernes tuvo un acto en la escuela y no podía usar el gorro, el jueves a la noche fueron a hacerle un corte de pelo para que se vea bien, el viernes en la mañana Daniel se levantó, se puso bien churro para su acto, pero se puso el gorro, ahí le dije: “Daniel el gorro no lo podés usar”, a lo que me respondió llorando: “no mamá, no me lo saques por favor, se van a reír mío”, le pregunté que quién se va a reír, si estaba lindo y me dijo: “mentira mamá”. Bueno, le insistí por el gorro y Daniel entró en un estado emocional a llorar por el gorro y no quería ir a la escuela.

Cuando Daniel empezó a llorar le pedí que se calmara y me contara qué le estaba pasando en la escuela o en casa, qué le estaba haciendo mal. Y me dijo: “mamá en la escuela me quitan el gorro, me lo patean, me pegan en la cabeza con la cartuchera, me quitan mis lápices y me los rompen, me quitan mi merienda, mamá por favor no me quites el gorro”.

Hicimos un trato, tampoco funcionó, decidí que se dejara el gorro para ir a la escuela, cuando llegamos Daniel se largó a llorar y como madre también lloré y me alteré. Vino la maestra y la directora y me dijeron que le deje el gorro, les digo que me dicen la mitad de las cosas sobre mi hijo. Soy la mamá, Daniel mi niño especial, mi hijo sufre bullying en la escuela. Quiero agregar que el bullying existe en todas las escuelas, en todo el país, hoy es mi hijo, mañana puede ser otro niño.

Patricia González

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Opinión

El bienestar financiero de los uruguayos

El Banco Central del Uruguay junto a la CAF presentaron esta semana los resultados de la Encuesta Nacional de Capacidades Financieras de Uruguay, un estudio que llevó a cabo la consultora Ipsos entre abril y mayo de 2022, sondeando una muestra representativa de 1.200 personas mayores de 18 años, tanto de áreas urbanas como rurales y de diversos niveles socioeconómicos.
Más allá de los datos generales que se han ido conociendo en estos días, el estudio es muy pormenorizado, con cifras y comparaciones que permiten tener una idea bastante acabada sobre la relación de los uruguayos con las finanzas, con el sistema financiero y sus instrumentos y se mide a partir de muchísimas variables: género, condición socioeconómica, área de residencia, nivel educativo, etcétera.
Destacó en su análisis el Banco Central que “el nivel de conocimientos financieros de los ciudadanos uruguayos supera el promedio regional, lo que eleva el índice de capacidades financieras a un nivel aceptable”, pero, contrasta, se identificaron a la vez “desafíos en su comportamiento y actitud hacia las finanzas que requieren atención”. En el estudio se construyó un indicador de educación o de capacidades financieras, el que toma en consideración tres índices informativos que son los de: conocimiento financiero, comportamiento financiero y actitudes financieras. Al respecto se destaca que “el 60% de los uruguayos exhiben adecuadas capacidades financieras, aunque hay diferencias según el grupo poblacional. Sin embargo, los índices de comportamiento y actitud financiera óptimos son más bajos (37% y 38% respectivamente)”.
El informe está accesible desde la página del Banco Central y su lectura es más que recomendable, sobre todo en esta época y por quienes tienen la tarea de pensar y, eventualmente, tendrán el desafío de ejecutar las políticas en nuestro país desde marzo del año próximo.
Pero más allá de estos índices de conocimiento financiero, comportamiento financiero y actitudes financieras, hay otro valor reflejado en las estadísticas que es interesante de apreciar, que es el de bienestar financiero.
Antes que nada, veamos qué es el bienestar financiero. La Oficina para la Protección Financiera del Consumidor (CFPB) del gobierno de los Estados Unidos propuso medirlo en base en cuatro capacidades de cada individuo: tener control diario y mensual de las finanzas; capacidad de absorción de un shock o choque financiero; encontrarse en camino de alcanzar las metas financieras que se ha propuesto; y contar con la libertad financiera suficiente para tomar decisiones que le permitan disfrutar de la vida.
Qué dice al respecto el cálculo presentado en la Encuesta: “El total nacional alcanza un promedio de 39,8 puntos”, un registro que evalúa como “considerablemente menor al considerado como puntaje alto en el índice —a partir de los 70 puntos—”. De hecho ninguno de los grupos poblacionales evaluados alcanza valores considerados altos. “El máximo puntaje que alcanza un grupo poblacional es aquel conformado por las personas de nivel socioeconómico alto y medio alto, con un valor del índice de 60 puntos”, señala. Luego el informe entra en algunas comparativas entre grupos. “Observando la existencia de diferencias por género, se encuentra una brecha de 5 puntos entre hombres y mujeres, quienes respectivamente alcanzan 43 y 38 puntos”. Agrega que la diferencia “entre la población rural y la urbana es inferior a la brecha por género”, en este caso es la población rural la que presenta un mayor bienestar financiero, con 42,3 puntos, contra los 39,7 de la población urbana. El informe presentó además “una correlación negativa entre el valor del índice y la edad de los individuos”. Las diferencias entre grupos de edad “son pequeñas”, salvo por a la diferencia en los jóvenes de 18 a 25 años y los demás grupos etarios. Sí se encuentran —como era de esperarse— grandes diferencias en el bienestar financiero entre los grupos considerados en función de su nivel socioeconómico y educativo (NSE). “Mientras que las personas de nivel socioeconómico bajo alcanzan en promedio un valor del índice de 35 puntos, aquellos de NSE alto y medio alto alcanzan un valor promedio de 60 puntos, conformando una brecha de 25 puntos”. Del mismo modo, entre las personas sin educación se tiene un bienestar promedio de 27 puntos, mientras que entre las personas que poseen un posgrado se tiene un puntaje de 56, es decir, una diferencia entre los extremos de 29 puntos.
Para el total de la población adulta de Uruguay “se encuentra que sólo un 15% alcanza valores de bienestar altos, porcentaje que indica que la mayoría de las personas únicamente presenta un bienestar medio o bajo”. La excepción son las personas de nivel socioeconómico medio alto, “para quienes se registra que cerca de la mitad de las personas presentan valores altos del índice”, mientras entre las personas con posgrado como nivel educativo, el 41% muestra valores altos. “Los demás grupos poblacionales muestran porcentajes muy bajos de personas con alto bienestar financiero”.
Al cierre de la sección bienestar financiero la encuesta refiere al porcentaje de personas que responde positivamente a cada pregunta. La amplia mayoría, el 87% de los adultos uruguayos, contestó que antes de comprar algo considera cuidadosamente si puede pagarlo y el 61% indicó que no tiene demasiadas deudas. La otra cada de la moneda es que “únicamente un 11% de las personas declaran que le sobra dinero a fin de mes” y solo el 14% declaró presentar “una conducta de ahorro a corto y a largo plazo”.
Claramente no todos los aspectos que se evalúan en esta encuesta pueden ser atendidos por una política de educación financiera, así como tampoco hay que quedarse en esa comparativa regional sobre conocimiento, en la que el país sale bien parado. Así como hace algunas semanas se anunció una campaña de educación financiera –y una plataforma, además– dirigida específicamente a los jóvenes, también hay un esfuerzo que hacer para educar a un público ya adulto al que se le puso en la mano una serie de instrumentos que sí, que son un recurso, pero que, mal usados, también pueden ser un dolor de cabeza y un obstáculo para alcanzar ese pretendido bienestar. → Leer más

Opinión

Políticas contra la pobreza, en lugar de sostener la cultura del pobrismo

Las políticas contra la pobreza que se han desarrollado en nuestro país, como así también por regla general, cuando se han instrumentado, han respondido a fundamentaciones ideológicas que varían entre el asistencialismo con buenas intenciones y/o propósitos electorales a fin de maquillar por un tiempo la realidad, y otros intentos paralelos, afines a la búsqueda de que los grupos más sumergidos desde el punto de vista socioeconómico encuentren alternativas para generarse mayores ingresos y crecer asimismo en la educación y la capacitación, por mencionar extremos.
En realidad, de lo que se trata es de que esta salida de la pobreza, cuando se logre, se fundamente en la sustentabilidad, y este es precisamente el eje de los fracasos que se han dado tanto en nuestro país como en el mundo cuando la izquierda ha llegado al poder, y se encaminan políticas asistencialistas que dependen de los recursos que el Estado detrae de los sectores reales de la economía, por lo que en realidad lo que se hace es festejar una ilusión que dura lo que un lirio.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la pobreza en personas se ubicó en torno a 9,8% en el segundo semestre de 2023, en el marco de la última evaluación formulada al respecto. Frente al segundo semestre del año anterior (9,1%) y de 2019 (9%), las variaciones se ubican dentro del margen de error. La misma conclusión se desprende al considerar la dinámica frente al primer semestre de 2023, cuando la estimación puntual fue 10,4%.
En términos anuales, la incidencia de la pobreza fue 10,1% (aproximadamente 348.000 personas), lo que implica que se mantuvo estable frente al año anterior (dado que la diferencia también se sitúa dentro del margen de error). No obstante, si se considera 2019 como punto de referencia, el incremento de la pobreza fue de 1,3 puntos porcentuales.
Al desagregar las cifras por grupos de edad, la pobreza entre los menores de seis años cerró el año en 20,1%, cuatro décimas por encima del nivel que tenía en 2022 (19,7%; estable en términos estadísticos) y 3,1 puntos porcentuales por arriba del registro correspondiente a 2019 (17%). En este último caso, el salto es relevante.
De esta manera, la pobreza en los niños duplica la medición para el promedio de la población, lo que revela que Uruguay, de acuerdo a datos de la Cepal, es el país con el perfil más infantilizado de pobreza de la región (no con la tasa mayor de pobreza infantil, pero sí con la diferencia más alta frente al promedio general). Además, la incidencia de la pobreza infantil es más de nueve veces mayor con relación al otro extremo de la distribución etaria (2,2% fue la incidencia en mayores de 65 años).
Por otra parte, la desagregación de la información según otros criterios evidencia también otro tipo de vulnerabilidades. La incidencia de la pobreza es mayor en hogares con referente femenino (8,8%) que en aquellos con referente masculino (4,8%), y es significativamente más alta para las personas que se autoidentifican de ascendencia afro/negra (19,5%).
Para contextualizar estos datos, corresponde señalar que el crecimiento acumulado de la economía fue de casi 3% entre 2019 y 2023. De hecho, la pobreza viene oscilando en torno a estos valores desde hace varios años.
También debe destacarse la intermitencia de entrar y salir del mercado de trabajo o de la formalidad, y los problemas conexos de inserción de esas personas, a la vez que es clave contar con políticas de empleo para combatir la pobreza, más allá de las transferencias desde el Estado,
En 2023, la economía creció 0,4%, en gran parte debido a la disminución en la producción agropecuaria provocada por la sequía. Se espera que el crecimiento de la economía se recupere en 2024, alcanzando el 3,2%, lo que por supuesto todavía está por verse. Dicho crecimiento estaría impulsado por las exportaciones y por el consumo privado, respaldado por mejoras en el mercado laboral y una inflación dentro del rango meta del Banco Central del Uruguay.
Sin embargo, en una mirada retrospectiva de más largo plazo, debe tenerse presente que el crecimiento ha experimentado una desaceleración desde 2015, en un contexto de normalización de los precios de los productos básicos (commodities), la crisis sanitaria provocada por la pandemia de COVID-19, y choques climáticos como la sequía severa que afectó al país entre octubre de 2022 y agosto de 2023. A pesar del contexto desfavorable, Uruguay mantuvo una gestión fiscal prudente anclada en la regla fiscal, y presenta los márgenes soberanos más bajos de la región, según el Banco Mundial.
A pesar de su estabilidad económica y social, persisten importantes disparidades, explicadas por limitaciones estructurales que dificultan el cierre de las brechas de desarrollo. Actualmente, según el banco, se estima que el 6% de la población vive en situación de pobreza, utilizando la línea internacional de pobreza de US$6,85 por persona por día, diferentes a los parámetros propios comparativos del INE para esta medición.
Es por supuesto muy difícil traducir en una estadística la dura realidad que enfrenta cada hogar que se encuentra bajo la línea de pobreza, cualquiera sea el contexto, pero de lo que se trata, en una visión macro, es de saber dónde se está parado para promover políticas que tengan en cuenta esta realidad y sobre todo generar consensos en el sistema político para llevar adelante políticas que se sostengan más allá de un período de gobierno, de forma que la continuidad lo haga sustentable.
Y este es el punto: es impensable, y va contra todo sentido común, que la política se limite a las transferencias de recursos desde el Estado, para encontrarse que cuando se terminan los recursos, como fue el caso tras el cierre del ciclo de bonanza por los altos precios de los commodities hasta 2015, ya el Estado no cuenta con el dinero que obtenían de la comunidad para sostener estas políticas voluntaristas.
La respuesta, como pie para la sustentabilidad de las políticas, debe ser la búsqueda de condiciones para crear más riqueza mediante inversiones de capitales de riego, con la consecuente creación de fuentes de empleo y reciclaje de recursos en el tramado socioeconómico. Ello permite desarrollar acciones dirigidas al autosustento de los grupos en esta situación, con creación de oportunidades laborales y el componente cultural de capacitación y educación, así como de promoción de hábitos de trabajo y salida de contextos culturales muy negativos para las nuevas generaciones.
Es decir, haciendo hincapié en el valor del esfuerzo y las capacidades del individuo para superar las adversidades, en lugar de promover la mano tendida para hacer del pobrismo una permanente fuente de votos para sustento electoral. → Leer más

Opinión

Vacunarse hace bien

Estamos transitando la Semana de la Vacunación de las Américas, la 22ª edición concretamente de esta serie de acciones que tienen como propósito promover la vacunación en todo el continente y reconocer su importancia como herramienta de política pública en materia de salud. Este año el lema de la semana es “Protegé tu futuro #Vacunate” y bajo este rótulo se han programado actividades a lo largo y ancho de los países de América.

Nuestro país tiene una larga tradición en materia de vacunación. En la publicación dedicada a anunciar esta semana el Ministerio de Salud Pública (MSP) recordó que en 1982 se implementó en Uruguay el Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI) “que facilita y promueve la accesibilidad a las vacunas. A partir del PAI las vacunas obligatorias se administran de forma gratuita y universal en todos los puestos de vacunación, tanto públicos como privados, independientemente del prestador del que la persona sea usuaria”. Pero incluso desde antes el Estado uruguayo asumió su compromiso con la vacunación, asumiéndola como “una medida de salud pública que ha demostrado ser la estrategia de prevención primaria más eficiente y de mayor beneficio, en tanto ha permitido reducir y erradicar en algunos casos la circulación de enfermedades infecciosas graves y prevenibles”.

En Uruguay, las tasas de cobertura se han sostenido siempre por encima del 90%, lo que ha contribuido “a relevantes logros sanitarios como la erradicación de la polio, el tétanos del recién nacido y la difteria. Se traducen, además, en un alto grado de control de enfermedades prevenibles y colocan al país a la vanguardia en materia de vacunación en América”, afirmó la cartera, que además destacó los índices para algunas vacunas específicas, en concreto las “consideradas por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) como marcadoras para la evaluación de los programas de vacunación”. Por ejemplo mencionó que las“Pentavalente (con componente contra tétanos, tos ferina, Haemophilus influenzae tipo B y Hepatitis B), Triple Viral SRP (Sarampión Rubeola y Paperas) y anti-poliomielítica superaron el 90% en el año 2023”. La primera dosis de la vacuna Pentavalente y anti-poliomielítica, que se administran en lactantes a los 2 meses, tienen una cobertura del 98% y las terceras dosis, que se coadministran en lactantes a partir de los 6 meses, alcanzan una cobertura del 95%. En el caso de la Triple Viral —contra sarampión y rubeola— que se administra a partir del año, tiene una cobertura del 96% en su primera dosis, mientras que en la segunda, a partir de los 15 meses, alcanza al 93%. El segundo refuerzo contra el tétanos y difteria, incluido en la Triple Bacteriana —administrada a partir de los 5 años—, tiene una cobertura del 95%.
En el marco de esta Semana de la Vacunación de las Américas el Ministerio está realizando una campaña en la que llama a “chequear los Certificados Esquema de Vacunación (CEV), tanto de los niños como de los adultos, y actualizarlos en el caso de que haya vacunas pendientes”.
Pero además de dar a conocer estos datos y recordar la relevancia estratégica de la vacunación en las políticas sanitarias del país, también es necesario hacer frente a las corrientes de desinformación acerca de las vacunas. Corrientes que, contrario a lo que podría pensarse, no empezaron con la pandemia sino que ya venían de antes, con versiones que se habían ido extendiendo sobre algunas vacunas puntuales, entre ellas la de la gripe y la del HPV. Ojo, esto sin dejar de reconocer que los procedimientos de distribución de las vacunas contra la COVID-19 durante la pandemia fueron lo más alejado que se puede esperar del concepto de solidaridad y que primaron sobremanera allí los intereses comerciales de las empresas que las producían, que sabotearon los procedimientos diseñados por la Organización Mundial de la Salud para tratar de llevar adelante una distribución equitativa. Pero una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa.
Entre los materiales información que en el contexto de esta semana la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha difundido, se han publicado contestaciones a algunos mitos relacionados con la vacunación.
Entre ellos por ejemplo la versión de que determinadas vacunas son causantes de autismo, algo de lo que no hay evidencia en absoluto. “No existe asociación entre la vacuna contra el sarampión, la rubeola, y las paperas (SRP) y el autismo. Un único estudio, que fue mal diseñado y ya refutado, reportó esta asociación en 1998. Desde ese entonces, cientos de estudios bien diseñados han confirmado que no hay riesgo de autismo por vacunación”, publicó el organismo.
Del mismo modo se contesta a la duda sobre la existencia en las fórmulas de elementos “peligrosos y tóxicos”. Afirma al respecto que, “aunque los ingredientes en las etiquetas de las vacunas pueden verse intimidantes (p.ej. mercurio, aluminio o formaldehído), usualmente se los encuentra naturalmente en el cuerpo, en la comida que consumimos y en el medio ambiente a nuestro alrededor. Las cantidades en las vacunas son muy pequeñas y no ‘envenenarán’ o lastimarán al cuerpo”.
Las vacunas, asegura el documento, “pasan por procesos científicos largos y rigurosos para asegurarse que son seguras, y son monitoreadas continuamente para detectar problemas de seguridad. El riesgo de efectos a largo plazo de enfermedades prevenibles por vacunación como el sarampión y la poliomielitis es mucho mayor”. No obstante reconoce que algunas personas pueden experimentar “efectos secundarios leves a corto plazo a la vacunación, como dolor en el lugar de la inyección, fiebre de bajo grado, malestar general o erupción cutánea”, y aunque pueden ser incómodos temporalmente, “no son graves y significan que el sistema inmunológico está practicando cómo combatir el virus o las bacterias si se expone a estos”.
Por supuesto que también desmiente la posible presencia de “chips”, como se ha llegado a manifestar. “Absolutamente ninguna vacuna —incluidas las vacunas contra la COVID-19 cuando estén disponibles— contiene microchips incluido, que permitan a los gobiernos o a cualquier otra entidad en el poder rastrear a las personas”. Parece llamativo que haya que salir a aclararlo, pero en estas épocas en las que las voces de las personas calificadas son rebatidas por cualquiera que tenga al alcance un acceso a internet, ningún esfuerzo es vano para defender esta herramienta que nos ha permitido llegar hasta acá. → Leer más

Opinión

Tres millones de tarjetahabientes

En términos técnicos, tarjetahabiente es aquella persona a nombre de quien una institución emite una tarjeta (de débito o crédito). Ya sabemos que en Uruguay somos algo más de tres millones, un poco —o mucho, según como lo quieran ver—, pero esa cifra quedó de alguna manera asociada a la idiosincrasia uruguaya. Pero no es correcta, como tampoco lo es la expresión que da título a este artículo, porque si bien, de acuerdo al informe publicado en estos días por el Banco Central del Uruguay (BCU), el parque total de tarjetas de débito emitidas a nivel nacional alcanzó los 3.234.182 en el pasado mes de diciembre de 2023 –un incremento de 3% respecto al saldo registrado en el segundo semestre del año 2022– en realidad no es que cada uruguayo tenga su propia tarjeta. De hecho, según el informe, “la cantidad de tarjetahabientes verificó un leve incremento frente al semestre anterior, manteniéndose en 2,2 la cantidad promedio de tarjetas por tarjetahabiente”.
Pero no viene al caso ese análisis. Lo que importa de este asunto es mostrar cómo los sistemas de pagos digitales están avanzando inexorablemente, y hasta extremos difíciles de explicar, en algunos casos, como la noticia que se “viralizó” el fin de semana de que en Montevideo se puso en marcha un plan piloto para que los cuidacoches puedan recibir propinas mediante un código QR.
Regresemos al informe del BCU. “En el segundo semestre del año pasado, el volumen total operado en el país con tarjetas de débito se incrementó 35% frente al mismo período del año anterior, con un aumento de 35% por parte de las operaciones con tarjetas emitidas localmente y de 48% por parte de las emitidas en el exterior”. Además, el monto total operado en Uruguay mostró un incremento interanual del 19%, y el monto promedio por operación se ubicó en $ 980. Este dato, el del monto, muestra “una caída en términos constantes de 12% frente a igual período del año anterior”. Esto no necesariamente es malo, al contrario, puede ser un indicador de que estos medios de pago se emplean en compras de menor valor, pongamos por ejemplo, hace no mucho tiempo a poca gente se le ocurriría pagar con débito una apuesta de Quiniela, o un 5 de Oro.
En el caso de las tarjetas, a diciembre de 2023, las emitidas en todo el territorio nacional alcanzaron la cifra de 3.161.636, esto es un 2% más que las que había al cierre del año 2022. Y el volumen total de operaciones en que fueron empleadas se incrementó 5%. A su vez el monto total operado medido a pesos constantes registró una suba de 4% en el período.
Agrega el informe del BCU que “la cantidad total de instrumentos de dinero electrónico emitidos a diciembre de 2023 se ubicó en 3.940.208”, esto es “574 mil más que los emitidos a junio del año 2023”. Del total de instrumentos emitidos, 50% son de dinero electrónico general, 32% de dinero electrónico mixto y el restante 18% de dinero electrónico para alimentación. Así, el volumen total operado con dinero electrónico en el segundo semestre del año 2023 se incrementó 27% respecto al mismo período del 2022. “Las transacciones con dinero electrónico general son las que continúan con la mayor tendencia al alza, con un incremento de 71% en términos interanuales”. Explica el informe que “las operaciones de compra de bienes y servicios (incluidos los débitos automáticos) se incrementaron 31% respecto a igual período del año anterior”, mientras que “los retiros de efectivo a través de instrumentos de dinero electrónico aumentaron 4% en dicho período”. A su vez el monto total operado con dinero electrónico se incrementó 15% en términos constantes respecto a igual período del año anterior. “Si se desagrega por tipo de operación, el monto de las compras de bienes y servicios (incluidos los débitos automáticos) verificó un aumento del orden de 32%, en tanto, el valor de los retiros de efectivos se redujo en un 2%”.
Esto demuestra una tendencia firme hacia la mayor digitalización del sistema de pagos. Pero por si esto no alcanzare, explícitamente el sistema financiero a nivel internacional está promoviendo la inclusión mediante el impulso a estos mecanismos digitales. De hecho, el Grupo BID acaba de lanzar en los últimos días Finlac, “una iniciativa para promover la inclusión financiera en América Latina y el Caribe”, mediante la que procura que “las personas más vulnerables de América Latina y el Caribe puedan acceder a los servicios financieros que necesitan”. El lanzamiento tuvo lugar en la sede del BID, en Washington D.C., Estados Unidos, y que se anunció como “un esfuerzo conjunto del BID, BID Invest y BID Lab”, que “funge como una ventanilla única para avanzar en la inclusión financiera, apoyar a los gobiernos, acompañar a las empresas y promover la innovación en el desarrollo e implementación de políticas, reformas y prácticas empresariales eficaces para crear mercados financieros inclusivos en la región”. Plantea el análisis de situación del que se partió para impulsar esta estrategia que la de “América Latina y el Caribe es una de las regiones del mundo más desatendidas en materia de servicios financieros. Alrededor del 27% de las personas de 15 años o más están excluidas de los servicios financieros formales, frente al 3% en los países de altos ingresos. Y sólo tres de cada 10 personas de 15 años o más han obtenido un préstamo de una entidad del sector financiero en el último año, frente a tres de cada cinco adultos en los países de ingresos altos”.
Uruguay no está comprendido dentro del grupo de países que forma parte de este análisis. Pero viendo los números que se presentan resulta evidente que la realidad de nuestro país es algo diferente a la de la región. Solo por tomar un dato para establecer una comparación, veamos que el porcentaje de la población adulta que realiza pagos digitales, el más alto es el de Chile, que alcanza al 70%, y el que más se acerca es Brasil, que alcanza al 61%, y el otro que alcanza a la mitad es Argentina, con 52%. Luego Bolivia tiene un 22% (y un 41% que quisiera hacerlo pero no puede), Colombia 30% (y 30 que no puede), Costa Rica 44% (y 14), Ecuador 29% (y 38), México 38% (y 19).
Más allá de posturas de conveniencias personales, hay una serie de ventajas estratégicas en cuanto a la digitalización y la inclusión que hacen que se promueva el uso de estos instrumentos en detrimento del uso del dinero físico, que va en retroceso en todo el mundo. Es indiscutible que las políticas aplicadas en nuestro país al menos en los últimos 15 años han sido efectivas en ese sentido. → Leer más

Opinión

El ancla cambiaria, una fórmula que revela ausencia de soluciones reales

Con los exportadores uruguayos que vienen reclamando desde hace ya mucho tiempo que el tipo de cambio real se acerque a la realidad en nuestro país y por lo tanto se vaya dejando atrás paulatinamente el atraso cambiario que contribuye a dejar fuera de competitividad internacional a nuestros productos, en Argentina, con una economía desquiciada desde hace décadas, el gobierno de Javier Milei está apostando gran parte de sus cartas a bajar la inflación por la vía de revertir el tipo de cambio irreal que hacía a la Argentina ridículamente más barata en el contexto internacional mediante un proteccionismo a rajatabla. Este proceso ya se está viendo en las zonas fronterizas como el litoral, donde los valores entre ambas orillas se están acercando, aunque todavía hay desbalance en favor de Argentina.

Hace pocas horas, en entrevista con EL TELEGRAFO, el ex subsecretario del Ministerio de Economía y Finanzas durante el gobierno del Frente Amplio, Cr. Pablo Ferreri, aseguró que Uruguay tiene el atraso cambiario más importante de los últimos 25 años, con el crecimiento de la economía que no supera el 1% anual.
A la vez el exjerarca reconoció que la baja de inflación –el propósito central del atraso cambiario– colabora con la estabilidad de los precios en general, y evaluó que “es muy buena noticia que Uruguay tenga una inflación baja y eso colabora con la estabilidad de precios. Pero también, hay que lograrlo con ciertos equilibrios en lo que tiene que ver con el tipo de cambio. Pero la contracara es el atraso cambiario más grande de los últimos 25 años. Llevamos 24 meses de pérdida consecutiva de competitividad, un 23% en los últimos 18 o 24 meses”, dijo a EL TELEGRAFO.

Explicó que el sector exportador en su totalidad “vio resentida de manera muy notable su rentabilidad; también quienes producen en el mercado local y tienen que competir con productos importados. Eso no es una cuestión de los malla oro, sino que nos preocupa los puestos de trabajo asociados a las industrias de bienes y servicios”.

Opinó que “el gobierno ha tenido una actitud muy pasiva, prácticamente de inacción, frente al tipo de cambio. Nadie pide que fije el valor del dólar porque sería imposible hacerlo, pero sí dar señales de preocupación y de intervención en los mercados para evitar saltos demasiados bruscos”.

En líneas generales, estos conceptos coinciden con la realidad, solo que el ex subsecretario de los gobiernos de la coalición de izquierdas se cuidó de no señalar que estos mismos criterios y consecuencias se aplicaron durante la gestión de los gobiernos de Tabaré Vázquez y José Mujica, aunque en contextos internacionales mucho más favorables que los actuales y durante los cuales se utilizó también el ancla cambiaria para combatir la inflación. Tampoco con el éxito que se podía esperar, porque la distorsión del gasto estatal por encima de los ingresos, sobre todo tras la época de la época de bonanza por los altos precios internacionales de las materias primas que producíamos, hizo que se disparara el déficit fiscal. En tanto los exportadores también protestaban repetidamente por el dólar depreciado que ya había iniciado la carrera de la inflación interna en dólares, que se ha incrementado significativamente en los últimos dos años,
Quiere decir que cuando se ha sido gobierno y se ha tenido que enfrentar estos problemas en la economía, y se ha optado por las mismas medidas –tampoco había muchas alternativas a mano por cierto, sobre todo por los cortoplascismos del sistema político que apuntan a la siguiente contienda electoral– no se está en condiciones de tirar la primera piedra, porque no se resiste archivo.

Pero es cierto, el ancla cambiaria es el recurso que se sigue utilizando una y otra vez, con el alto riesgo de seguir acumulando distorsión, comprometer la actividad exportadora y a los sectores que desarrollan sus actividades en competencia con productos importados, porque es mucho más difícil y de largo plazo trabajar en las reformas estructurales que permitan que realmente se puedan abatir costos internos en forma sustentable, con una mejor relación de bienes y servicios respecto a los ingresos promedio de la población e insumos de empresas.

Y con la mirada puesta en la vecina Argentina, nos encontramos con que entre las medidas del controvertido presidente Javier Milei para intentar más o menos sincerar la desquiciada economía, se está aplicando el ancla cambiaria para pretender controlar la inflación, a la vez de tratar de contener el gasto estatal, lo que a su vez ha traído aparejada una pronunciada caída del poder adquisitivo del promedio de las familias argentinas y consecuentemente generando una creciente presión social.

En su eterno movimiento pendular, Argentina vuelve a estar, al menos en algunos rubros, cara en dólares. Con elevada inflación y un tipo de cambio oficial virtualmente congelado luego de la devaluación de diciembre pasado, en apenas cuatro meses parte de los precios pasaron de estar absurdamente baratos a trepar por encima o al mismo valor de los valores que se registran en países vecinos. Esa elevada inflación en dólares que se viene acumulando en lo que va del año enciende alertas en torno a un incipiente atraso cambiario en la vecina orilla.

“El ajuste de tarifas y el incremento de otros costos están borrando buena parte del colchón cambiario generado por el salto devaluatorio de diciembre pasado. Llegamos a la etapa en la que la mayoría de los planes de estabilización en Argentina se enfrentan a una gran disyuntiva: se vuelve a devaluar para recuperar parte del colchón perdido o se mantiene el atraso del tipo de cambio para contribuir a la desaceleración de la inflación”, dijo a El País Víctor Beker, director del Centro de Estudios de la Nueva Economía de la Universidad de Belgrano, en Buenos Aires.

Tras el salto del 118% del tipo de cambio oficial dispuesto al inicio del gobierno de Javier Milei para corregir el atraso cambiario acumulado, el dólar viene siendo utilizado como ancla para intentar detener el alza de los precios.

Claro, en la economía argentina, donde los subsidios, el proteccionismo a ultranza, la corrupción, los precios fijados administrativamente durante décadas, la burocracia estatal plagada de ñoquis y gasto estatal a manos llenas sin ingresos reales y uno de los mayores índices inflacionarios del mundo, la tentación del ancla cambiaria y ordenar las cuentas del Estado al fin de cuentas suenan a una “solución” posible por ser el mal menor.
Y esto es una receta la que han venido apelando los gobiernos de economías “ordenadas” en la región, lo que indica al fin de cuentas lo mal que andamos por estos lares, donde se siguen postergando las correcciones de fondo para seguir tirando con las medidas que atacan los síntomas, pero que dejan de lado las causas de las distorsiones, que es lo mismo que seguir administrando aspirinas a un enfermo terminal. → Leer más

Opinión

La tendencia que permanece al alza

El gobierno de Luis Lacalle Pou enfrentó las preocupaciones ciudadanas más diversas. Al comienzo de la gestión, la pandemia sanitaria de COVID-19 abarcó los recursos humanos, económicos y estratégicos que debieron ponerse al servicio de una contingencia que afectó al planeta. Pero particularmente al gobierno, a trece días de asumir. La salud se había transformado en el tema principal, en lugar de otros habituales y vinculados al empleo o la seguridad.
Al finalizar la declaración de emergencia, las encuestas señalaban las repercusiones económicas que había dejado la pandemia en casi el 60 por ciento de la población, como ocurrió a mediados de 2022. El desempleo y la recuperación del salario pasaban a ocupar los lugares relevantes en las consultas y emergía nuevamente la seguridad pública.
En medio de una campaña electoral que compara gestiones con mayor o menor cantidad de delitos ocurridos, conviene visibilizar que, en la opinión ciudadana, vuelve a los niveles previos a la pandemia. Según Factum, el 53 por ciento está preocupado por la seguridad, cuando en 2019 era el 47 por ciento. En cuanto al perfil de los votantes, es un asunto que inquieta por igual a adherentes de la coalición, así como de la oposición mayoritaria.
Las diferencias son importantes entre la capital e Interior del país, entre un 29 por ciento y un 16 por ciento respectivamente.
La prioridad retorna con un tema que lideraba las consultas de opinión y el índice de victimización elaborado por distintas consultoras indica que las personas sufren más delitos. Sin embargo, este índice se encuentra dos puntos más arriba de 2019 y cinco más abajo que hace una década.
Hay una distancia entre la subjetividad, las estadísticas y los hechos. Las crisis económicas trajeron nuevas crisis sociales, un deterioro en el mercado de trabajo y la solidez de las economías ilegales. Conforme pasaban los años, aumentaba el delito y, particularmente, la violencia con redes que adquirían poder de financiamiento y empezaba una tendencia al alza de los casos de homicidios.
El espectro político se ponía de acuerdo para aprobar una iniciativa parlamentaria y el 12 de julio de 1995 se promulgaba la Ley 16.707 o Ley de Seguridad Ciudadana que define el inicio de un camino de aumento punitivo a la delincuencia. Después de la crisis de 2002, se aceleró el deterioro social y el mercado de drogas ingresó nuevas sustancias en un escenario vulnerable y se retomaba el incremento de las penas. Luego de asumir el nuevo gobierno –por primera vez el Frente Amplio y por tres períodos– se muestran índices de mejora en la economía, del empleo y de contención social con una nueva institucionalidad. Pero el delito logró expandirse aún más.
Entre las mejoras para confrontar a la delincuencia, puede mencionarse la profesionalización de los efectivos, mayores recursos económicos destinados al Ministerio del Interior, se comienza –y finaliza hasta ponerse en práctica en 2017– el nuevo proceso penal y se definen mayores penas.
La conclusión es que en los sucesivos períodos, los homicidios y delitos vinculados al narcotráfico siguieron con su tendencia alcista, y esta no se detuvo con el cambio de gestión.
En la actualidad, la discusión política está enquistada en los números y sus respectivos comparativos entre administraciones de gobierno. Sin embargo, las causas de ese deterioro son interpretadas de formas muy variadas.
En tiempos de crisis y de aumento de pobreza, el delito se explicaba por el deterioro del tejido social. Y cuando ocurría durante los mejores registros del crecimiento económico con mejoras sociales, se explicaba por la falta de autoridad ejercida desde el Estado. Como sea, siempre se buscó y encontró una explicación política a un problema en crecimiento y que preocupa a una mayoría de la población desde hace décadas.
En Uruguay, cada 200 personas hay un preso. Es el Estado con mayor cantidad de encarcelados per cápita de América del Sur y ocupa el décimo lugar a nivel mundial.
La reincidencia, por su parte, se ubica en torno al 70 por ciento. De acuerdo al Ministerio del Interior, el 85 por ciento de los hombres que salieron de la cárcel con hasta 35 años de edad y que cumplieron penas menores a los 6 meses, volvieron a delinquir en el primer año.
En 2024 hay más de 15.600 presos en las cárceles uruguayas y eso significa un aumento del 32 por ciento en los últimos cuatro años. Con un país inserto en una de las regiones más violentas del mundo, las estadísticas hablan por sí solas.
Estas economías ilegales forman parte de un porcentaje importante del producto bruto interno de los países y Uruguay no está ajeno. Movilizan y, por lo tanto, demandan bienes ilegales. Y consiguen lo que proponen esas nuevas dinámicas a fuerza del fortalecimiento de las redes que ejercen violencia en las áreas de las ciudades donde ya existían vulnerabilidades de todo tipo.
Mientras aumentan las incautaciones de drogas, se confirma la porosidad de las fronteras. Al tiempo que se definen nuevas políticas sociales, la última encuesta del Instituto Nacional de Estadística confirma que el núcleo duro de la pobreza se encuentra estancado desde hace varios años en la infancia, adolescencia y hogares monoparentales.
En forma paralela a la confrontación con el delito, se confirma una segmentación en los territorios porque en las ciudades son –básicamente– las mismas zonas donde disputan y protagonizan enfrentamientos las bandas delictivas. Ese efecto precariza aún más las condiciones de vida de sus habitantes y no bajan los niveles de violencia.

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Opinión

Escribe Ernesto Kreimerman: Irán, autocrático y potencia militar

Aunque han pasado muchos años, todavía las imágenes de unos tres millones de iraníes, en las calles, participando de la revuelta de 1979 que acabó con el régimen del shá Rezah Palevi e instaló en el centro de la vida nacional al ayatolá Jomeini. La memoria colectiva recuerda aún un pasado épico de comienzos del siglo XX.
Irán, para mejor ubicarnos en la historia, es heredero de un imperio persa que acumula más de tres mil años de historia. Con el retorno de Jomeini de su exilio parisino, comienza una nueva época, con nuevos desafíos. El primero, producto de las propias turbulencias de aquel año 1979, fue la crisis abierta a partir del secuestro del personal de la embajada de los Estados Unidos, en noviembre de ese año, poniendo de manifiesto su decisión de confrontar con el bloque occidental. La segunda, ya en 1980, la guerra con Irak, que se extendería hasta 1988, donde quedan de manifiesto que las viejas ambiciones de potencia regional resurgían.
En el año 2006 se conoce el informe de Hamilton y Baker sobre Irak (recuerdése, en 2003 había caído el régimen de Saddam Hussein), pero que obviamente dedica un detallado análisis acerca de Irán, y proyecta el rol que podría jugar para dar estabilidad a una política estadounidense en la región. El gobierno iraquí rechazó enfáticamente las conclusiones de aquel documento, especialmente la recomendación al presidente Bush de “intensificar el diálogo con Irán”, lo cual significaba, en aquellos días, excluirlo de “la lista del eje del mal” que tanto promovía la política exterior de EE.UU.
Con una política exterior de enfrentamiento con occidente, especialmente con los Estados Unidos, Irán ensayó una suerte de táctica que parece inspirada en aquella frase popular “los enemigos de mis enemigos son mis amigos”. Y ese discurso allanó el camino en algunas geografías, en particular en algunos países de nuestra América Latina. Pero como lo ha señalado una y otra vez Amnistía Internacional, “la respuesta del gobierno a las demandas de los trabajadores ha sido brutal: los sindicalistas sufren de manera habitual agresiones, hostigamiento y detención por parte de las autoridades. Algunos cumplen largas penas de cárcel”.
Uno de los informes más recientes de AI recuerda que recientemente (2002) “Irán se vio sacudido por un levantamiento popular sin precedentes contra el sistema de la República Islámica”. La reacción del gobierno fue dura: “Las fuerzas de seguridad dispararon ilegítimamente munición real y perdigones para sofocar las protestas, lo que provocó la muerte de cientos de hombres, mujeres, niños y niñas, así como heridas a miles más. Miles de personas fueron sometidas a detención arbitraria o enjuiciadas injustamente sólo por ejercer de forma pacífica sus derechos humanos”.
Más adelante, y referido a las libertades individuales, AI denuncia que “se intensificó la discriminación y la violencia contra las mujeres, las personas LGBTI y las minorías étnicas y religiosas. Las desapariciones forzadas, la tortura y otros malos tratos, incluida la negación deliberada de atención médica, eran prácticas generalizadas y sistemáticas. Se impusieron y se ejecutaron castigos crueles e inhumanos, como flagelación, amputación y ceguera. Aumentó el uso de la pena de muerte y se reanudaron las ejecuciones públicas. Los juicios siguieron siendo sistemáticamente injustos. Persistió la impunidad sistémica de los crímenes de lesa humanidad que se habían cometido y se seguían cometiendo en relación con las masacres penitenciarias de 1988 y otros crímenes de derecho internacional”.
AI en ese mismo informe no olvida que “Irán siguió proporcionando apoyo militar a las fuerzas gubernamentales en el conflicto armado de Siria…(que) apoyó la invasión de Ucrania llevada a cabo por el gobierno ruso suministrando drones Shahed 136, que se utilizaron para atacar y destruir infraestructuras civiles”. También que “la Guardia Revolucionaria Iraní atacó a grupos de oposición kurdos en la región del Kurdistán de Irak, causando la muerte de más de una decena de personas, entre ellas una mujer embarazada”.
Como resumen, dice el informe de AI, “las autoridades (iraníes) dieron sistemáticamente una respuesta militarizada tanto a las protestas de ámbito local como a las de ámbito nacional”.

La construcción de poder

Irán, de habla persa y de mayoría chiíta, contenida a fuerza de sanciones, fue acumulando un importante poderío militar, similar al de Egipto y Arabia Saudita. En la Franja de Gaza, las organizaciones que Irán respalda desde hace 4 décadas tienen coincidentes objetivos: doblegar el poder israelí y desafiar a la mayor potencia militar global y aliada de Israel, Estados Unidos.
En las últimas semanas, Israel e Irán se midieron directamente cuando Israel arremetió contra un anexo de la embajada iraní en Siria. Allí murieron siete comandantes iraníes. De inmediato, Irán anunció acciones. Pero después de varias amenazas y especulaciones, actuó prudentemente para evitar una guerra que pusiera en riesgo la propia supervivencia del régimen. En defensa de Israel se alinearon no solo EE.UU., Inglaterra y Francia, también varios países del mundo árabe.
Actualmente, Irán apoya a más de 20 grupos en Oriente Medio. Colabora con una combinación de armas, entrenamiento y colaboración financiera. Casi todos ellos fueron categorizados como organizaciones terroristas.
Aunque comparten una amplia plataforma, el odio a Israel es la primera coincidencia. Hamás, Hezbolá, los hutíes, grupos armados iraquíes y sirios, forman parte de esos grupos apadrinados por Irán.
Pero, en general, son grupos que se nuclean al amparo iraní, pero éste tiene dificultades para acotar sus acciones.

Hamás

Es la organización que asume, incluso hasta por cercanía geográfica, el choque directo con Israel, y controla Gaza desde el 2007. Fue Hamás quién lanzó la sangrienta jornada del 7 de octubre, donde asesinaron unos 1.400 israelíes, y tomaron de rehenes a otros 200. Aún siguen secuestrados 136.
Muchas veces, Hamas lanza sus ataques contra Israel en colaboración con la Yihad Islámica Palestina, otro grupo proiraní. Solamente en el 2021, los dos grupos dispararon 4.000 cohetes contra Israel en un período de 11 días.
Irán contribuye con más de 100 millones de dólares de manera directa con estos dos grupos. En el 2022, Ismail Haniyeh declaraba que ese año habían recibido más de 70 millones.
Lo colaboración iraní incluye apoyo para la fabricación de armas.

Hezbolá

Hezbolá es una fuerza regular de 30.000 soldados y 20.000 reservistas, muy importante en el Líbano: Ha sumado acciones de apoyo, lanzando ataques fronterizos. La guerra más dura entre Hezbolá e Israel tuvo lugar en el 2006.
Hezbolá ha recibido un muy fuerte apoyo financiero de parte de Irán. Incluso en el 2018 se estimaba en unos 700 millones de dólares. Pero esas cifras, que son estimaciones, se vieron reducidas, sustituidas por transferencia de tecnología, e incluso, para producción de armas a nivel local.

Los Hutíes

Los hutíes se hicieron del gobierno de Yemen tras controlar la capital en 2014. Los hutíes se solidarizaron con los palestinos de Gaza, lanzando más de 60 ataques con misiles y drones contra barcos que transitan por el Mar Rojo y el Golfo de Adén. rán apoya también a grupos armados en Irak y en Siria.

Irán

Pese a todas las restricciones de los últimos años, Irán sigue siendo una potencia militar, autocrática. No hay ninguna libertad sindical ni política. Y las mujeres siguen llevando la peor parte. Trabajadores y trabajadoras, docentes, todos ellos detenidos por ejercer el derecho de huelga. Incluso por participar del acto del Día internacional del Trabajo.
Eso es Irán.

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Opinión

Escribe Danilo Arbilla: El voto carambola

Las internas ya están ahi, a poco mas de 70 días, y en los mentideros políticos o rueda de payadores se maneja un tipo de voto diferente, mas estratégico o picarón, que no recogen las encuestas. Algunos lo llaman un voto carambola –a tres bandas supongo– y otros el voto tero, por el ave que para confundir canta lejos de donde tiene el nido y los huevos.
Está claro que las elecciones internas no son obligatorias, por lo que, aparte de “las ganas” con que amanezca el ciudadano no muy militante ni entusiasta, el clima juega su parte: lluvia o frío inciden en la concurrencia. Esa característica de “no obligatorias” complica mucho la tarea de los encuestadores y hace, lógicamente, que los márgenes de error sean mayores.
Sin embargo es en función de lo que dicen las encuestas, respecto a las internas y las generales de octubre y el eventual balotaje de noviembre, que aparece ese “pensado” voto carambola.
Sobre la segunda vuelta, por ejemplo, se da como casi seguro que si es entre Álvaro Delgado y Yamandú Orsi gana éste último, pero si la candidata del Frente Amplio es Carolina Cosse, entonces gana el blanco.
En relación a las internas, en tanto, hay coincidencia en que el Partido Nacional será el mayoritario entre los partidos que integran la coalición de gobierno, y que, entre los nacionalistas, Delgado gana cómodo y sin castigar.
Diferente es el panorama en la coalición de izquierdas. Hasta no hace mucho Orsi era el favorito; sin embargo ello ha cambiado y hay alguna encuesta que habla de casi empate técnico con Cosse. Habrá que ver como incide que Mario Bergara se haya bajado y que el seregnismo y el astorismo pasen ahora decididamente a apoyar el ex intendente de Canelones. Este reacomodo puede ser positivo para Orsi para las generales, si es el candidato, pero pienso que no es importante en las internas: en estas la pulseada es entre el Partido Comunista y el MPP. Es una lucha por quien se adueña de la izquierda; quien toma el poder. Una lucha que también, como se sabe, se da a nivel del Pit Cnt.
Esos escenarios respecto a las internas, con tendencias cantadas, ha llevado a algunos militantes blancos a pensar que un “voto inteligente” y táctico, sería, dado que Delgado gana holgado, meterse en la interna frentista y votar por Cosse, en procura de que sea la candidata. Ello facilitaría un triunfo de la Coalición Republicana, piensan.
Todo parece muy simple, muy lineal, pero no es tan así. No es que en Uruguay el resultado de las internas tengan tanto peso como las PASO argentinas, pero el nivel de convocatoria de cada partido puede tener su influencia; entre indecisos que apuesten a ganador e incluso entre cotizantes, lo que sí importa y mucho.
Se espera una buena votación en la izquierda; tiene dos candidatos muy competitivos y con respaldo de “aparatos” importantes. Aspiran lograr los niveles del 2014: unos 400 mil votantes.
Para qué sumarle votos ajenos. Y menos de los blancos, que de no votar dentro de su partido le quitarían potencia, le debilitarían la imagen. Una votación escuálida pondría en duda el poder de convocatoria del candidato que elijan.
A otra cosa, nos parece. Es cierto sí que Cosse tiene un fuerte carisma para el rechazo, pero no es bueno descuidarse: mirá Orsi, venía al trotecito nomás y ahora cada vez tiene que afinar más la puntería. Por muy fácil que parezca, no hay carambola hecha. → Leer más

Opinión

El vergonzoso paro de COFE

El pasado 18 de abril el Pit Cnt y la Confederación de Organizaciones de funcionarios del Estado (COFE) llevó adelante un paro general de 24 horas en contra del nuevo Régimen de Certificaciones Médicas.

El inicio del nuevo sistema de licencias médicas en el sector público comenzó a regir el pasado lunes 1 de abril, luego de haber sido prorrogado por 60 días por decisión del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) a partir de los reclamos de COFE. Hasta ahora, a los funcionarios públicos no se les descontaba dinero del salario por las certificaciones. De acuerdo con el portal de noticias Ámbito, “con la modificación, tendrán derecho a un máximo de nueve días hábiles de licencia remunerada por enfermedad o accidente. Además, se los podrá pedir de manera alternada o consecutiva por el período de un año. A partir del décimo día tendrán derecho al subsidio, que será un monto equivalente al 75% o 100% del salario, dependiendo de varios factores y cada 1° de enero se renovará la cantidad de días disponibles, los que no se acumulan de un año para el otro”.

En tanto, para el presidente Luis Lacalle Pou la medida no es más que implementar un régimen de licencias similar al del sector privado, para igualar en condiciones a los trabajadores del sector público, a quienes les paga el sueldo “cualquiera que se levanta a laburar”.

“Tenemos que ser cuidadosos de los recursos de la gente, y cuando vemos que se va muchísimo dinero en licencias, nos parece que hay que emprolijar, no hay que tomárselo como un ataque ni nada por el estilo”, sostuvo el mandatario. Según lo informado por Telemundo, “el cálculo que ha hecho en general el Poder Ejecutivo son entre 80 y 90 millones de dólares al año que estaría costando el abuso en las certificaciones. No es tanto por un tema de recaudación sino de productividad en el sector público y de justicia con los trabajadores que no faltan y con el sector privado”, afirmó Conrado Ramos, director de la Oficina Nacional de Servicio Civil.

La reacción del Pit Cnt y de COFE en particular, a través de su secretario general José López, ha sido particularmente dura con el nuevo sistema, lo que resulta lógico ya que se trata de cortar con abusos que en muchos casos eran impulsados o protegidos por los propios líderes sindicales, una “casta sindical” que en Uruguay maneja mucho poder político y económico en distintas áreas de nuestra economía. Recordemos que en el mes de setiembre del año 2023 José Ignacio López, el hijo del presidente del Sindicato Único de INAU (Suinau), José Lorenzo Joselo López, fue expulsado del gremio por irregularidades constatadas desde 2018. De acuerdo con lo informado por La Diaria, “José Ignacio López trabajaba en INAU desde 2014 y, según la investigación administrativa, desde 2018 omitió repetidamente el registro de ingreso y salida de su puesto en el centro. Además, se constató que el funcionario había cobrado en su cuenta bancaria personal alquileres de cabañas vacacionales propiedad del INAU en el balneario canario de Costa Azul. López estaba a cargo de la gestión de reservas de estas propiedades y para el cobro de los alquileres existían cuentas institucionales. Según informó el semanario Búsqueda anteriormente, esta situación se repitió en al menos cuatro ocasiones”. Finalmente, el sindicato de INAU decidió dejar sin efecto la expulsión y suspenderle los derechos gremiales por seis meses y que devuelva el dinero involucrado. Además, y de acuerdo con lo informado por Montevideo Portal, “en diciembre de 2022 el INAU le abrió un sumario con separación del cargo y retención de medio sueldo debido a irregularidades en el registro de horas de entrada y salida y por cobrar 40 horas extras por mes que no había realizado entre los años 2018 y 2022”. Al parecer “el hombre nuevo” del cual tanto hablaba y habla el Frente Amplio y la central sindical tiene vicios bastante viejos…

En nuestro editorial del día 4 de agosto de 2023 mencionábamos que este tipo de abusos “se da en todas las dependencias del Estado, donde se aplican normas que han sido creadas con la finalidad de atender la salud de los funcionarios mediante un régimen muy contemplativo y avanzado en su momento, pero la flexibilidad y la ausencia de controles ha desvirtuado su esencia, al punto que el común denominador son los abusos, con funcionarios que “casualmente” se enferman los lunes para estirar el asueto del fin de semana, que presentan enfermedades muy difíciles de identificar y diagnosticar, pero que les permiten someterse a tratamientos ambiguos e interminables y/o faltas asiduas. Es que dentro de las dependencias del Estado, siempre hay quienes van a cubrir sus funciones en la dependencia en la que trabajan y quienes se certifican por presunta enfermedad, van igualmente a recibir el pago a fin de mes como si cumplieran al pie de la letra con sus obligaciones laborales.

Por supuesto, para que se de esta situación tiene que haber también complicidad y/o omisión por quienes deberían ejercer los controles correspondientes, tanto por el profesional médico como por los respectivos jerarcas y funcionarios encargados de que se cumplan los requisitos establecidos para poder acogerse a este sistema de beneficios. Es bien conocido que muchos médicos hasta le preguntan al paciente cuántos días de licencia quiere ante afecciones menores, porque a él le resulta gratis y al fin y al cabo el Estado son los bienes del difunto, como reza el dicho popular.

Y los gremios que ahora desgarran sus vestiduras y tratan de evitar que se les aplique una norma que desde siempre ha regido para el sector privado y recogen firmas para frenar las modificaciones, deberían más bien hacer su mea culpa por ignorar y amparar a los abusadores de siempre, los que han llevado a que se haya decidido poner fin a este régimen excesivamente benigno para situarlo en la realidad, aunque rozando apenas uno de los privilegios de que siguen gozando los empleados estatales respecto a sus pares –es un decir– de la actividad privada”.

La verdad es que la actitud de COFE sobre este nuevo régimen de certificaciones médicas y el paro llevado a cabo el 18 de abril pasado constituyen una vergüenza para un movimiento que hace mucho tiempo se olvidó de defender a quienes supuestamente representa (los trabajadores) para dedicarse a ser trampolín de quienes aspiran a desarrollar una carrera político partidaria, tal como ha sucedido con Oscar Andrade, Fernando Pereira, Susana Dalmás, Juan Castillo, Richard Read, Oscar Groba, o Reynaldo Gargano, entre otros.

En este tema, como en tantos otros, el Pit Cnt defiende a capa y espada sus privilegios sindicales en general y el de los funcionarios públicos en particular, olvidando que por encima de cualquier interés sindical o empresarial debe primar el interés común, el beneficio de todos los habitantes y no sólo los de un grupo de privilegiados que se aferran a su sillón de poder y a los beneficios que el mismo les otorga. ¿Cuántos hospitales o escuelas se pueden construir o reparar con las certificaciones “truchas” que se generan anualmente y que el Pit Cnt defiende a capa y espada? ¿Cuántos niñas y niños podrían mejorar sus condiciones de vida? Es hora de que la “casta sindical” se haga cargo de este y de otros abusos que se llevan a cabo todos los días con el encubrimiento o el apoyo de quienes, injustificadamente, se autoproclaman como representantes y defensores de los trabajadores.
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Opinión

¿Y por casa?

Entraron en vigencia las modificaciones que introdujo la Ley de Rendición de cuentas del año 2022 a las disposiciones contenidas en la Ley N° 19.140, titulada de “Protección de la salud de la población infantil y adolescente a través de la promoción de hábitos alimenticios saludables”. Esto, a lo que alude, a la postre, y simplificando, es a la regulación de qué se puede –y en cierta forma se debe– vender en las cantinas escolares. Esta misma semana hubo al respecto, por un lado un recordatorio que publicó en sus canales digitales la Comisión Nacional Honoraria para la Salud Cardiovascular, que tituló “Hacia una Alimentación Saludable. Ley 19.140”. La Comisión plantea allí que, como en cada comienzo de clases, “nos enfrentamos al desafío de adaptar nuestras rutinas y hábitos. La alimentación de los estudiantes dentro de los centros educativos ha tomado un nuevo rumbo, promoviendo opciones más saludables y eliminando la venta de productos no recomendados, específicamente aquellos envasados etiquetados con el sello de Exceso”.

Para hacerlo más práctico, alude a aquellos que han sido, o que deberían ser, identificados con los octógonos negros en el etiquetado frontal. Sobre este cambio normativo agregan que se prohíbe “la venta de alimentos y bebidas no incluidos en un listado específico destinado a promover una nutrición adecuada entre los jóvenes. Estos ajustes se aplican a niveles de primaria y secundaria, subrayando la importancia de fomentar una alimentación saludable desde las etapas tempranas”.

Comparten que la modificación legislativa “busca contrarrestar tendencias preocupantes como el aumento en el consumo de productos no saludables y el consecuente crecimiento de índices de sobrepeso y obesidad en niños y adolescentes. Al eliminar el acceso a estos productos en el ámbito educativo se pretende cultivar hábitos de vida saludables que perduren en el tiempo”.

Pero simultáneamente, en la República Argentina, ha sido una organización de profesionales médicos, la Sociedad Argentina de Pediatría, quien ha salido a pedir que en los “kioscos de escuelas” –lo que conocemos de este lado como cantinas– “no se vendan alimentos con octógonos negros”. Es decir, se reclama una normativa como la que ya existe en nuestro país. Los fundamentos son tan conocidos que casi ni haría falta repetirlos, y sin embargo es necesario insistir: “La escuela es un lugar clave para mejorar los hábitos alimentarios”, como afirma la sociedad. También hay que ser justos y reconocer que no es el único. Es acaso el “institucional” y en el que de alguna forma se puede incidir, pero el primer ámbito donde mejorar los hábitos alimenticios de niños y jóvenes es el hogar. Después hay que ver qué dicta la realidad en cuanto a las posibilidades.

Menciona el documento de los pediatras argentinos que, de acuerdo a datos de la segunda Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, “el 13,6% de los menores de 5 años presenta sobrepeso y el 41,1% de los niños y jóvenes de entre 5 y 17 años tiene sobrepeso (20,7%) u obesidad (20,4%), con una mayor prevalencia en varones”. Aquí en nuestro país hay algunos datos, por ejemplo, los presentados en la publicación “Las 7 prácticas en los centros educativos para proteger a niños y adolescentes de sobrepeso y obesidad”, que publicó en noviembre del 2020 el Ministerio de Salud Pública con el respaldo de ANEP, la Secretaría Nacional del Deporte y Unicef Uruguay. Allí se considera “preocupante” el aumento del sobrepeso y la obesidad, a tal punto que se los menciona como de los principales problemas que enfrenta Uruguay”.

Los datos que presentan dicen que “4 de cada 10 niños escolares tienen sobrepeso y dentro de esto, 2 de cada 10, obesidad”. Agrega que este problema “avanza en nuestro país a una velocidad extremadamente preocupante en todos los grupos de edad y, en particular, en los niños y adolescentes”. También señala que “los niños y adolescentes con sobrepeso y obesidad con frecuencia tienen hipertensión y están expuestos a sufrir enfermedades como las cardiovasculares, la diabetes y algunos tipos de cáncer a edades tempranas. Además, tienen alta probabilidad de continuar siendo obesos al llegar a la edad adulta. La alimentación no saludable, la inactividad física y el sedentarismo son algunos de los principales factores de riesgo de estas enfermedades”.

Las 7 prácticas de las que habla el documento del MSP son: “Apropiarse de las recomendaciones sobre alimentación y actividad física”; “Integrar contenidos de forma transversal en clase”; “Ofrecer únicamente alimentos saludables”; “Vincular a los estudiantes con la preparación de los alimentos”; “Acercar a los estudiantes al cultivo de alimentos”; “Realizar pausas activas para disminuir el sedentarismo” y “Facilitar la realización de actividad física”. Todas compartibles a nivel general.

El desafío está, antes que nada, en tratar de que esto no sea más que letra muerta, es decir, que efectivamente se pueda lograr que las cantinas no ofrezcan alimentos ultraprocesados, o identificados con los famosos octógonos, pero a la vez tampoco permitir que desaparezcan las cantinas al sucumbir ante la competencia de otros establecimientos del entorno que sí pueda ofrecer estos productos. Porque, ¡qué sentido tiene?

Y aquí para muchos la respuesta sencilla sería salir a establecer prohibiciones en “X” cuadras a la redonda de cada centro y después ver quién controla –y cómo– todo eso. Además, en ciudades chicas y pueblos del Interior eso puede significar una prohibición para comercios establecidos hace décadas y que en definitiva sean únicos en un importante radio. El otro camino, el más difícil, es lograr que efectivamente se genere conciencia sobre el problema de salud pública que enfrentamos y que aunque no es la única, hay allí una fuente de problemas, pero a los primeros que hay que concientizar, antes que a los niños, es a sus adultos responsables.
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