Música, pese la tormenta

El músico español durante el concierto en Paysandú.

En una jornada marcada por la lluvia y el viento, el miércoles se presentó en la Basílica Nuestra Señora del Rosario y San Benito de Palermo el organista español Pedro Alberto Sánchez. Músico y sacerdote agustino, Sánchez es el organista titular y maestro de capilla del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, y un virtuoso de su instrumento que suele ofrecer conciertos en todas partes del mundo. Pese al clima adverso, el público acompañó la propuesta, enmarcada en el ciclo de conciertos que impulsa la Comisión de Órgano “Gamba y Comoglio”.

Música española, y más

Según expresó el organista, en principio su intención era ofrecer un concierto exclusivamente de música española, “ya ​​que vengo de España. Pero al final dije: ¿Cómo no tocar, por ejemplo, algo de Bach? Quizás un órgano como el de Paysandú no sea el más adecuado, porque no es de estética barroca. Pero bueno, eso no quiere decir que aquí no se puedan escuchar estas obras, que son tan bonitas y son las más importantes del repertorio organístico”.

El inicio fue con obras de antiguos compositores españoles como Juan Bautista Cabanilles o el padre Antonio Soler, quien fue alguna vez organista en el monasterio donde vive hoy Sánchez. Luego se escucharon tres piezas de Johann Sebastian Bach, magistralmente interpretadas, a las que siguió Rondo del Campanelli, del italiano Giovanni Morandi. “Toqué esa obra porque suele gustarle mucho al público, es muy simpática, y para relajarnos un poco después de Bach”, explicó después Sánchez. A modo de cierre interpretó obras de otros españoles más cercanos en el tiempo: Eduardo Torres y Jesús Guridi, “que fue el compositor más importante para órgano de mi país en la primera mitad de siglo XX”. Los cálidos aplausos lo llevaron a tocar un bis, que fue otra obra del padre Soler.

Un pueblo muy musical

Antes de llegar a Paysandú, Sánchez había ofrecido conciertos en Colonia Valdense, el sábado 19, y en Montevideo, el domingo 20. Tras la lluvia y el viento que se desataron por la tarde sobre Paysandú, pensó que la concurrencia al concierto sería muy escasa. Sin embargo, no fue así. “Algo que me ha sorprendido, desde que entré a Uruguay, es que la gente es muy musical”, dijo, en una conversación informal tras el concierto. “Ya lo sabía desde España. Trabajo con un coro de niños, que tenemos allí en el monasterio de El Escorial, y tenemos dos profesores uruguayos: Fernando Ríos, que es profesor de violín, y Laura, su esposa, que es profesora de piano”. Además, este año se incorporó al coro un niño uruguayo, “cuya familia se fue a España. Ya sabía que eran un pueblo muy musical, pero me ha alegrado que, a pesar de la tarde tormentosa y con lluvia que hemos tenido, haya habido un grupo considerable de personas”.

También elogió la calidad del órgano de la Basílica, en el cual se sintió muy cómodo. “Tenía yo mis respetos, pues me habían hablado de este instrumento”, explicó. “Por ejemplo, (el organero sanducero) Mario D’Amico, a quien conozco, y sé que es de aquí. Él me dijo que se enteró de que venía a su ciudad, que esperaba que me gustara y que le dijera cómo había encontrado el órgano. Pues ciertamente lo encontré muy bien. La verdad es que me han encantado los timbres que tiene y el estado de conservación. Creo que está muy bien”, concluyó.