Hubo una vez, una Cámara de Diputados que levantaba el receso parlamentario un 1º de enero a las 21 horas. Ocurría en Uruguay y al día siguiente, en una fecha tan emblemática para Paysandú, luego de 14 horas de elevada discusión se aprobaba la capitalización de Ancap por unos 900 millones de dólares.
La iniciativa presentada por el gobierno de entonces –y ya aprobada en el Senado– casi naufraga por la ausencia de un legislador en el plenario. Por eso, Enzo Malán debió suspender sus vacaciones en Cuba para que el gobierno alcanzara el quórum.
La investigadora creada el año anterior, indagaba sobre los últimos 15 años (desde el 2000) y no halló ilicitudes. Sin embargo, la oposición de aquél momento cuestionaba los balances deficitarios y el promotor de la investigadora, Álvaro Delgado, decía que la empresa con mayores ingresos del país, tenía pérdidas acumuladas por más de 600 millones de dólares en los cuatro años anteriores.
Los balances indicaban un déficit de U$S 95 millones en 2011, U$S 15 millones en 2012, U$S 169 millones en 2013 y U$S 323 millones en 2014.
En la oportunidad, se discutía por el pago de unos U$S 7 millones a una planta de energía de Candiota a raíz de un supuesto incumplimiento de contrato con Brasil, gastos de publicidad por casi U$S 11 millones y de costo de organización de una ceremonia en La Teja por U$S 360.000 sumado a otros U$S 600.000 en publicidad.
La comisión legislativa discutía por un remolcador que costó U$S 15 millones y nunca había sido usado y la contratación a una empresa privada por U$S 5,5 millones. La oposición argumentaba irregularidades y corrupción, mientras el gobierno diseñaba un plan para capitalizar al ente petrolero.
Entonces, el ministro de Economía Danilo Astori y la ministra de Industria Carolina Cosse presentaban la propuesta de condonación de la deuda con Economía (622 millones de dólares), un préstamo a la Corporación Andina de Fomento (250 millones de dólares) y la convocatoria de Economía y la Oficina de Planeamiento y Presupuesto para compartir la gestión de Ancap junto a su directorio.
El 28 de diciembre de 2015, los senadores ingresaban al plenario con las bromas sobre la inocencia a flor de piel para aprobar la propuesta del gobierno, sólo con los 16 votos frenteamplistas. Delgado, como miembro informante, aseguraba que Ancap estaba “técnicamente quebrada y en crisis”, con una capitalización sin precedentes en la historia del país y una relación entre deuda y patrimonio de 10 a 1.
Algunos discursos destacaron sobre otros por su crudeza. En las versiones del Parlamento aún se pueden leer las palabras del senador Jorge Larrañaga, quien apuntaba al gobierno por el manejo de las empresas públicas como “un boliche de campaña”. Lo enmarcaba en una situación “bochornosa” y a la vez “paradójica” porque el Frente Amplio, como defensor de las empresas públicas, había “fundido” Ancap y Pluna.
Sobre el cierre de la sesión, Javier García, iba directo al vicepresidente Raúl Sendic, quien anteriormente había ocupado la presidencia del ente petrolero. “Conoce bien” los “negocios ruinosos” de Ancap y le preguntaba: “¿no pensó en bajar un momento a decir: ‘yo me equivoqué’?” Seguidamente solicitaba que pidiera “perdón a los uruguayos”.
Desde el Senado se había previsto su rápido ingreso a Diputados a finales de diciembre, pero Malán llegaba al país el 1º de enero de madrugada, e hizo que la discusión parlamentaria se dilatara.
El MPP rechazaba la “capitalización” y la diputada Lilián Galán defendía el “resarcimiento” del organismo por su supuesta contribución a la economía del país. Asamblea Uruguay manifestaba discrepancias por “la formulación que dice que las causas del déficit son el no reconocimiento de costos por parte del Ministerio de Economía”, según el entonces diputado Alfredo Asti.
El legislador astorista decía que el organismo estaba en riesgo crediticio y la votación parlamentaria permitiría recomponer el patrimonio de Ancap. “Al Estado uruguayo este proyecto que estamos votando no le cuesta nada”.
Es así que lo votaron 50 diputados de un total de 90 presentes en sala y dos días después, el proyecto fue promulgado por el Poder Ejecutivo el 4 de enero.
Luego de aquella sesión, la oposición presentó denuncias ante la justicia y Ancap pasó a ser gestionada por el directorio, el Ministerio de Economía y la OPP. De esta forma comenzaba a mirarse con lupa los negocios del ente, se generaban discusiones hacia la interna partidaria y era notoria la afectación de algunos intereses que después se confirmaron con la renuncia de Sendic.
La ausencia de Federación Ancap en las barras del Parlamento era expuesta por el diputado Jorge Gandini: “Están en la Barra de Maldonado, en la Barra del Chuy”, aseguraba.
También se puede leer la intervención del diputado Nicolás Olivera, que apuntó al “huracán Raúl”. Y expresaba: “Yo voy a votar afirmativa la capitalización de Ancap, si y solo si aparecen las renuncias. Primero la de José Coya y después la de todos los demás que estuvieron en esta fiesta. Que venga Sendic y nos pida disculpas, a mi no, al pueblo”.
Luego de dejar su cargo en la gerencia general de Gas Sayago, Marta Jara ingresó en marzo de ese año a la presidencia de Ancap. En posteriores conferencias de prensa en forma conjunta con Cosse, destacó las ganancias del organismo y agradecía “a todos los uruguayos por la recomposición del capital”.
Pero la historia siguió contando los vaivenes de aquellas decisiones. En 2021, la justicia indagó a Sendic y a Jara por presuntas irregularidades y mal manejo de fondos públicos en la regasificadora que jamás se terminó de construir. La actuación de la justicia se basaba en una denuncia original de 2013, tras la frustración del emprendimiento de Gas Sayago.
Después, el cuento es conocido. Jara demandó al Estado uruguayo y a Gas Sayago por casi 7 millones de pesos por impagos y despido porque la exjerarca había tomado el cargo en Ancap pero con licencia y sin goce de sueldo en la regasificadora. Además, pidió su pronto reintegro por mantener durante 4 años su cargo en reserva en un lugar que ya no existía.
A nueve años de aquel derrotero, es conveniente su recordatorio en momentos de transición y hacia la instalación del nuevo gobierno. → Leer más