Opinión

Solicitada: El puerto de Paysandú

He leído con particular interés vuestra nota (editorial) titulada “Paysandú y su puerto: barco parado no gana flete” y en atención a mi larga vinculación con el Río Uruguay y con Paysandú y recordando mis quince años de integrante de la delegación uruguaya ante la CARU, cuando el cargo era honorario y lo navegado con mi motovelero Bengalí, que mantuve en ese lapso en el Yacht Club de esa ciudad, he considerado del caso el efectuar algunos comentarios al respecto.

A lo largo de mi larga vida, como negociador del Tratado del Río de la Plata y su Frente Marítimo, del Estatuto del Río Uruguay y como profesor de la Academia de Derecho Internacional de La Haya en la disciplina “Transporte marítimo y régimen portuario”, he incursionado, en el análisis y creo con acierto, en los pronósticos, en proyectos fluviales y marítimos que consideré, en fundadas, como inviables entre las que destaco lo relativo al puerto de aguas profundas promovido por el Presidente Mujica en Rocha, la hidrovía del Río Uruguay que tuvo como impulsor al Presidente Lacalle Pou, el proyecto de Naviport, con sus dos buques Alianza del Plata y Provincias Unidas y el portacontenedores Paysandú, a lo que agrego el puerto de Itapebí, promovido por el intendente Lima de Salto, ubicado en ese arroyo a 6 kilómetros al Norte de la Represa, que se acaba de dejar sin efecto. También sostuve que el dragado a 34 pies de profundidad del canal de navegación del Río Uruguay, promovido por el intendente Lafluf, requería una enorme inversión que no podía justificarse a través de la ecuación costo beneficio.

Comparto el análisis que se efectúa en esa excelente nota del escenario que ofrece el puerto de Paysandú puesto que, en su diagnóstico, existe una casi total coincidencia con los trabajos que realicé al respecto, pero hay una discordancia, puesto que en la misma se afirma que no hay cargas suficientes y que no las habrá para el desarrollo del puerto de Paysandú y yo entiendo que para poder arribar a una conclusión tan categórica sería necesario efectuar un estudio de consultoría que indicara por qué el puerto sanducero ofrece un panorama tan ominoso y si el mismo puede ser revertido.

Cuando observamos que las empresas UPM y Montes del Plata operan desde sus terminales próximas a Fray Bentos en forma regular con barcazas autopropulsadas, que en el caso de Montes del Plata mucha de la madera que transporta es de forestaciones de Paysandú, que en su momento la compañía Murchison operó en el puerto sanducero con frutas, madera y otros productos agropecuarios y dejó de hacerlo, sería bueno saber porque tomó esa decisión, incluso consultando a la Dra. Silvia Etchebarne, Magister en Logística Portuaria, que operó con esa empresa en ese lapso.

Si observamos que Concepción del Uruguay, con las actuales profundidades del río, está operando con éxito incluso cargando, como lo hizo recientemente, 18 mil toneladas de troncos de pino en un buque que luego hizo top off en Ibicuy, no me atrevo a descartar in limine al puerto de Paysandú.
Falta saber qué ventajas tiene el transporte carretero frente al fluvial, falta saber qué tipo de embarcaciones serían las más adecuadas, falta conversar con los exportadores del departamento y áreas adyacentes respecto a las cargas que podrían ser captadas, falta saber que trabas les imponía, las autoridades competentes, a los que cargaban sus productos en buques, que, personalmente, considero inapropiados, las tasas, inspecciones, el papeleo, etcétera que la ANP, servicios veterinarios, aduana, etcétera que entorpecían su operativa.

Incluso falta saber si la instalación y funcionamiento de la planta de producción de hidrógeno verde por parte de la empresa HIF Global, con una inversión estimada en 6 mil millones de dólares, no va a promover el desarrollo exitoso de la terminal portuaria sanducera.
En síntesis: a) La nota es de un excelente nivel técnico por lo que me gustaría conocer al autor para felicitarlo.

b) Coincido con ella en casi la totalidad de la misma, salvo en la conclusión final porque entiendo que para arribar a la misma se requieren estudios complementarios que todavía no se han hecho.

 Dr. Edison González Lapeyre

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Opinión

Escribe Danilo Arbilla: Contundente

Soy una víctima más de la discriminación y del odio. Todos saben de la diferenciación que se hace entre un no vidente y un cojo: uno es un pobre cieguito, el otro es un rengo de mierda. Yo integro este último colectivo, con las dos piernas. Peor aún, como estoy un poquito pasado de peso se me dice que estoy gordo. ¿Y habrán ciudadanos más discriminados, objeto de burla y bullying, relegados y desprotegidos que los gordos y las gordas? Gordo o gorda de mierda es lo menos. Ven, si el senador Da Silvia hubiera ido por ahí, zona desprotegida, el asunto no habría pasado a mayores. Así de simple, todos somos iguales ante la ley pero no tanto: hay algunos y algunas mucho más iguales.

Es desparejo, como el diálogo, una vía muy apelada por el progresismo para dispersar, confundir, tratar de “tapar” cosas feas y para hacer tiempo: Nicolás Maduro es el maestro. Nuestro gobierno habla de continuo de diálogo al tiempo que acusa a la oposición de confrontativa. Pero resulta que en las primeras de cambio, el propio Orsi, sin consultar a blancos y colorados, designa “las dos embajadoras”. Una mojada de oreja –por no decir otra cosa– innecesaria. Tampoco se inscribe en ese espíritu dialoguista la convocatoria sobre seguridad social; en este caso fue rechazada de plano. No correspondía otra: con temas ya laudados por la ciudadanía, se invitaba a un partido amistoso y dialoguista y en cancha grande, con seis jugadores de un lado y unos 16 del oficialismo.

No tengo claro cómo encaja el asado con los intendentes. ¿Otra vez Orsi le moja la oreja a los dos grandes partidos históricos y otra vez éstos se la dejan mojar? No sé: una primera impresión confieso que me hizo acordar a cosa argentina, a kirchnerismo, a esas idas y vueltas con los “gobernadores”.
Pero hoy tampoco eso es lo más preocupante: lo que inquieta son esos variados pellizcos, a veces suaves y otras más fuertes, a la Constitución y las leyes, que implican una peligrosa señal.

Pasa con el contundente respaldo del presidente Orsi al cuestionado presidente de ASSE, Alvaro Danza, en base a “informes jurídicos contundentes”. Se sabe que Danza consultó a un estudio determinado, al que en fuentes coloradas calificaron de “informe de parte”. No se sabe si Presidencia tiene otros informes. Hay interpretaciones de otros juristas, allegados a los colorados, con conclusiones diferentes.

Son más de dos o tres bibliotecas, por lo menos, como es sabido y por ello es que debe primar el sentido común. Y este nos dice que cuando algo es incompatible, significa que no es posible ningún tipo de coexistencia. Lo que se persigue es evitar abusos y tentaciones, aprovecharse de la función pública: en buen romance evitar “jodas”. Es difícil, “estirar” interpretaciones. Parece que el sentido común aconseja ser muy restrictivo. Aún en este caso específico en el que podría haber una consideración, tratándose de un médico consultante, pero no como empleado de dos o tres empresas. También es cierto que aquí la incompatibilidad constitucional está replicada en la propia ley de ASSE y en la ley de anticorrupción y la ley sobre el Código de Ética en la Función Pública. Todo muy contundente.

Y ni que hablar en lo que respecta al tema de Colonización y la compra de la estancia: ahí no puede haber informe que avale: dos más dos es cuatro, como fue demostrado en el Senado.
Se está machucando la Constitución, parecería, y eso es malo. → Leer más

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Solicitada: ¿Para cuándo la residencia universitaria?

En nota publicada por el diario EL TELEGRAFO del 4 de octubre 2024, la Arquitecta Romina Paggi informa lo siguiente: “La meta es que el edificio, junto con las áreas de servicio, esté listo en marzo 2025, a tiempo para que los estudiantes universitarios puedan comenzar a usar las instalaciones”.

Es realmente preocupante que seis meses después de ese anuncio, el gobierno departamental aún no ha inaugurado la obra y los estudiantes que pudieron venir a estudiar a nuestra ciudad, se arreglaron como pudieron y otros no vinieron por falta de recursos económicos.

Cuando se contrata una obra se pone un plazo de entrega.

La fecha de entrega de una obra contratada es un aspecto crucial en el proceso de construcción. Generalmente, se establece en el contrato de obra y debe cumplirse dentro de los plazos acordados. Desde el punto de vista legal el plazo de entrega de una obra se considera un elemento esencial de un contrato de construcción. Si una de las partes, ya sea la empresa contratista o el propietario no cumple con el plazo acordado, puede dar lugar a consecuencias legales. No son unos pocos días de atraso la entrega de esta obra, sino que ya han pasado seis meses de la fecha anunciada y aún no hay noticias de la inauguración. Como este tema me preocupa sobremanera porque considero de gran importancia ayudar a que los jóvenes que quieren estudiar y no pueden porque no tienen recursos económicos suficientes, he investigado qué otras posibilidades existen para solucionarles el problemas de falta de alojamientos accesibles. Leyendo en la web me entero que en la ciudad de Paysandú hay nada menos que 8.225 viviendas desocupadas según la información del censo 2023. Por lo tanto no es razonable que el gobierno departamental conociendo la existencia de esas viviendas desocupadas en la ciudad, decida gastar 5,5 millones de dólares en contratar la construcción de una residencia y otro millón de dólares más para restaurar un galpón aledaño que pudo hacer con mucho menos dinero y con personal municipal.

Para peor el lugar elegido es inapropiado y muy alejado de los centros de estudio. Invito a quienes aún no conocen el lugar donde se ha construido la residencia, a que vayan hasta allí y mejor si van en la noche, como tendrán que hacerlo muchas veces los estudiantes cuando regresan a la residencia después de las horas de clase y no precisamente en automóvil. Para ser justos hay que ponerse en el lugar de los demás, tener empatía, que es un valor fundamental para vivir en sociedad.

Entre esas más de 8 mil viviendas desocupadas que la intendencia conoce cuales son, podría fácilmente elegir las mejores y bien ubicadas para los estudiantes. Seguramente muchas de esas viviendas estarán ya en condiciones de ser habitadas y otras se podrán restaurar y crear muchos puestos de trabajo para combatir la gran desocupación. Muchas de esas viviendas desocupadas seguramente estarán para la venta y la intendencia las puede adquirir o expropiar a un precio justo ya que dispuso de millones de dólares del fideicomiso financiero que está gastando a manos llenas en obras para nada prioritarias. Entre 8 mil viviendas seleccionar 70 para dos estudiantes cada una, no es tarea difícil. Habrá algunas viviendas grandes y esas se pueden dividir en más de un apartamento. Por eso insisto que la residencia aún no inaugurada se puede vender en propiedad horizontal a interesados como el intendente quien ha manifestado que le encanta ese lugar para vivir y con ese dinero recuperado adquirir viviendas desocupadas en plena ciudad. De esa manera se puede enmendar en algo el enorme error cometido y en pocos meses tener viviendas y apartamentos bien ubicados dentro de la ciudad para los estudiantes.

En Uruguay el trámite de expropiación es legal y se encuentra previsto en al ley n° 3.958 con las modificaciones realizadas por la ley n° 10247.

Ing. Ricardo Brasesco

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Escribe Ernesto Kreimerman: Una tarea inmediata, ¿qué hacer?

“En ‘¿Qué hacer?’ obra en que el ímpetu de Lenin se encauza en la soltura de una prosa fresca –y una excelente sistematización de argumentos– hallamos esta afirmación luminosa: ‘La historia plantea hoy ante nosotros una tarea inmediata, que es la más revolucionaria de todas las tareas inmediatas del proletariado de cualquier otro país. La realización de esta tarea, la demolición del más poderoso baluarte, no ya de la reacción europea, sino también (podemos decirlo hoy) de la reacción asiática, convertiría al proletariado ruso en la vanguardia del proletariado internacional. Y tenemos el derecho de esperar que obtendremos este título de honor, que ya nuestros predecesores de la década del ‘70, han merecido, siempre que sepamos inspirar a nuestro movimiento, mil veces más vasto y profundo, la misma decisión abnegada y la misma energía”. (Rodney Arismendi; Lenin, la revolución y América Latina… subrayado de Lenin: “la más revolucionaria”).

Reconocer larealidad tal cual es

La encrucijada actual también me recuerda, con gran crudeza, la llamada “carta abierta a su serena majestad Leopoldo II, rey de los belgas y soberano del estado independiente del Congo, enviada por el coronel Geo. W. Williams, de los Estados Unidos de América, en el año 1890, que en su observación general número nueve, decía así: “El Gobierno de Vuestra Majestad ha sido, y sigue siendo, culpable de librar guerras injustas y crueles contra los nativos, con la esperanza de conseguir esclavos y mujeres que estén a las órdenes de los representantes de vuestro Gobierno. Durante esas incursiones para conseguir esclavos, el Estado arma a una aldea para que se enfrente a otra, y la fuerza así conseguida se incorpora a las tropas regulares. No encuentro los términos adecuados para describirle a Vuestra Majestad las brutalidades cometidas por vuestros soldados durante dichas incursiones. Los soldados que abren el combate suelen ser los bangala, sanguinarios caníbales que no respetan ni a la anciana abuela, ni al niño de pecho. Se han dado casos en los que han llevado las cabezas de sus víctimas a los oficiales blancos de los vapores expedicionarios y después se han comido los cuerpos de los niños muertos. En una de estas guerras, dos oficiales del Ejército belga vieron, desde la cubierta de su vapor, a un nativo en su canoa que iba a cierta distancia. No era un combatiente e ignoraba el conflicto que se desarrollaba en la orilla, lejos de allí. Los oficiales se apostaron cinco libras a que eran capaces de acertarle al nativo con sus rifles. Efectuaron tres disparos y el nativo cayó muerto, con la cabeza agujereada, y la canoa comercial se convirtió en una falúa funeraria que se deslizó en silencio río abajo”.

Y proponía serenamente: “contra el engaño, el fraude, los robos, los incendios intencionados, los asesinatos, las incursiones para hacer esclavos, y la política general de crueldad seguida por el Gobierno de Vuestra Majestad con los nativos, destaca la paciencia sin igual de estos, y su alma indulgente y sufrida, que saca los colores a la civilización de la que tanto alardea el Gobierno de Vuestra Majestad y a la religión que éste profesa. Durante trece años, un único hombre blanco ha perdido la vida a manos de los nativos, y en todo el Congo sólo han matado a dos blancos. El comandante Barttelot recibió el disparo de un soldado zanzibarita, y el capitán de un barco comercial belga fue víctima de su propia precipitación y de su injusta manera de tratar a un jefe nativo”.

Y remataba: “todos los crímenes perpetrados en el Congo lo han sido en vuestro nombre, y vos debéis responder ante el tribunal del Sentir Popular por la mala gestión de un pueblo, cuyas vidas y fortunas os fueron confiadas por la augusta Conferencia de Berlín de 1884-1885. Yo ahora apelo a las autoridades que os encomendaron este naciente Estado, y a los grandes Estados que le dieron vida internacional, cuyas majestuosas leyes habéis desdeñado e ignorado, para que convoquen y creen una Comisión Internacional que investigue las acusaciones presentadas en este documento en nombre de la Humanidad, del Comercio, del Gobierno Constitucional y de la Civilización Cristiana”.

Resistir no es suficiente, proponer es necesario

Ningún cambio en cualquier terreno se ha logrado por la resistencia. Por esa vía se logró neutralizar la ofensiva de algún enemigo. Hasta en los textos de organización empresarial se insiste con un aparente nuevo concepto, que es fundamental, pero que más allá de la terminología de época, del baño de marketing coyuntural, es un muy viejo concepto de estrategia. Y nadie lo resumió con tal claridad como Rosa Luxemburgo.

En los campus académicos donde se enseña gestión de negocios se predica que “la resiliencia organizacional (se) refiere a la capacidad de una empresa para resistir, adaptarse y recuperarse de adversidades o cambios significativos. Implica no solo sobrevivir a las crisis, sino también aprender de ellas y fortalecerse como organización”.

Rosa Luxemburgo lo expresaba de otra manera, conceptualmente más intensa, contundente e inclusiva: “Procurar la comunión de la masa con la gran transformación del mundo”. (“Reforma o Revolución”)
Quien llevó a la vieja Rusia a la más profunda transformación como la que se fue desarrollando a principios del siglo XX, y que animó al periodista estadounidense John Reed a escribir un testimonio de época en tiempo real, desde la perspectiva y la curiosidad de alguien que sentía en su corazón la tensión fecunda de un nuevo tiempo. La revolución rusa de octubre de 1917 tuvo su testimonio periodístico de gran impacto, Ten Days that Shook the World, en español, Diez días que conmovieron al mundo.
Para la Universidad de New York, este trabajo de John Reed es el séptimo mejor testimonio periodístico del siglo XX. Es una prueba de la importancia del periodismo de investigación y su trascendencia como instrumento de revisión de la historia reciente. “Puedes ver que el siglo XX se entiende a sí mismo a través de su periodismo”, destacó Mitchell Stephens de la Universidad de Nueva York. Es que “nadie piensa en el periodismo en términos de décadas o siglos”, sino en la tensión inmediata del día a día.

En definitiva…

En suma, el periodismo arroja luz sobre la oscuridad, informa y promueve debates, favorece la elaboración de pensamiento crítico. Con ello, contribuye a la sofisticación de las propuestas. Es todo lo contrario a la opacidad del autoritarismo y al clima de intolerancia. Sería un gesto en el sentido positivo.
El punto es que tal como están las cosas, los países en vías de desarrollo han quedado por fuera de la discusión acerca del Impuesto Mínimo Global y por ello argumentan que afectará la soberanía fiscal de los países de menor desarrollo relativo, justamente, son a los que han dejado por fuera del debate. Otros autores en vez de hablar de soberanía fiscal prefieren llamarlo “principio de autodeterminación fiscal”.
La cuestión central ha cambiado su eje hacia el de los realineamientos y a nueva escala. El desdibujamiento del rol de los estados nación, fundamentalmente, a través del deterioro de los instrumentos jurídicos que aseguren la supremacía del principio del derecho, o principio de soberanía, claves para reordenar el futuro. Entonces, ¿qué hacer? Por lo pronto, reordenar las expectativas, definir prioridades y alinear estrategias para alcanzarlas metas definidas. → Leer más

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Se manchó de sangre

Hace apenas diez días hacíamos referencia en este mismo espacio a la violencia en el fútbol, en ese caso ejercida tras la disputa del partido clásico entre Nacional y Peñarol, tal vez el único que en la escena uruguaya debiera ameritar la calificación como “de alto riesgo” y que tiene a lo largo del año por lo menos cuatro o cinco ediciones, contando encuentros oficiales y amistosos de verano. A estos partidos se suman los tres o cuatro que puedan tocar entre los dos “grandes” y equipos de Argentina con hinchadas problemáticas o con las que se arrastran diferencias históricas, bien conocidas ya por la dirigencia y por quienes tienen a su cargo la organización de dispositivos de seguridad. No deberían alcanzar a diez en el año estos partidos de riesgo extraordinario que insumen muchos recursos. A todo eso, como se planteaba en ese artículo, se ha sumado todo un mundo delictivo que ha copado la atmósfera de las hinchadas organizadas, que se habían organizado originalmente para otra cosa, pero que les vino bien todo lo que pasó después. Y eso que pasó después no se originó en nuestro país, sino que acá se aplicó un modelo que cruzó desde la vecina orilla, donde estas cosas ya venían funcionando de esta manera y los movimientos se anticipan si se compara el proceso de deterioro de allí con el que ha venido sufriendo Uruguay. Cosas de la proximidad. Y allí la violencia tuvo un nuevo episodio superador, constatable viendo cualquier resumen de los incidentes ocurridos en el partido entre los clubes Independiente de Argentina y Universidad de Chile. El encuentro, que correspondía a la vuelta por los octavos de final de la Copa Sudamericana fue suspendido por el árbitro uruguayo Gustavo Tejera cuando iban tres minutos del segundo tiempo. Luego la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) determinó su cancelación. El partido no se jugará y es de esperar contundentes sanciones para ambas instituciones, así como una dura suspensión para el estadio donde se produjeron estos desmanes.
“Así mismo, agregó que, teniendo en cuenta que se ha cumplido con lo establecido en el Manual de Clubes para situaciones similares, sin que la situación se haya subsanado, se procede a la cancelación del partido y el caso será derivado a los órganos judiciales de la Conmebol para futuras determinaciones. Toda la información de los hechos ocurridos dentro y fuera del estadio será enviada a la Comisión Disciplinaria de la Conmebol”, que será la que determine las responsabilidades en este caso.
La situación empezó mal incluso antes del partido. Hubo intercambios de proyectiles entre las parcialidades y provocaciones cruzadas. Los hinchas visitantes fueron ubicados en una tribuna superior, detrás de uno de los arcos y desde ahí lanzaban los elementos que encontraban, incluso un explosivo hacia el lugar donde se dispusieron los parciales locales, así como también hacia un bloque de palcos de una de las tribunas laterales. Los chilenos produjeron roturas en los baños para obtener cosas que tirar a los locales. En el entretiempo los incidentes se intensificaron y dieron lugar a las situaciones que registran los videos que han estado circulando en los últimos días por la televisión y las pantallas digitales. Cuando ya se había dado la orden de desalojar la tribuna chilena un centenar de hinchas locales invadieron ese sector para descargar un brutal y denigrante ataque. Unos diez hinchas chilenos fueron robados, desnudados y golpeados con saña, al punto que algunos perdieron el conocimiento y uno se arrojó al vacío desde lo alto de la estructura. Aunque inicialmente circuló la versión de alguna muerte, a la postre solo se confirmaron personas lesionadas, en algunos casos de gravedad, con fracturas y lesiones de arma blanca. Por supuesto que hubo detenidos y demorados.
Hace muy pocos días, cuando Peñarol visitó a otro “grande” de Avellaneda, no hubo reportes de violencia, pero sí otro problema, porque muchos de los que viajaron no pudieron ver el partido; pese a encontrarse dentro del estadio, no pudieron ingresar a la tribuna en sí porque estaba llena. Llena que no cabía nadie más. Eso en sí mismo es un problema grave de seguridad que pudo haber dado lugar a una tragedia, que por suerte no ocurrió. Todavía no se determinó cuál fue el problema, pero entre las posibilidades están que se haya sobrevendido, es decir que hubiese más entradas que la cantidad de personas que permitía la capacidad del espacio, o que se hubieran falsificado entradas, con el mismo efecto. Coincidentemente también le pasó algo similar a la hinchada de Peñarol el año pasado en Rosario, donde también se los ubicó en un espacio más chico del que sería necesario para dar lugar a la cantidad de entradas que se vendieron. En ese encuentro, que fue al inicio de la Copa Libertadores, desde una tribuna superior los hinchas locatarios lanzaron objetos de todo tipo a los parciales uruguayos. También en Brasil, hinchas de Peñarol protagonizaron incidentes el año pasado, en este caso antes de un partido contra Flamengo, que motivaron detenciones que tuvieron a varios de los protagonistas primero recluidos, luego liberados, en Brasil, sin poder regresar a la país. A la postre uno de los hinchas fue condenado a seis años de prisión en el vecino país. Pero también han tenido problemas hinchas de Nacional y el club ha sido objeto de sanciones, algunas de ellas vinculadas con manifestaciones de discriminación racial.
Hay quienes intentan justificar —el presidente de Independiente dio a entender que iban a pedir los puntos del partido— diciendo que este decadente panorama es propio de la vieja Copa Libertadores, o que forma parte de algo que denominan el “folclore del fútbol”. El folclore, antes, era otra cosa. → Leer más

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Hora de aterrizar los discursos

Con el respaldo de la bancada y dirigentes del MPP (Movimiento de Participación Popular), y la plena confianza del presidente Yamandú Orsi, el ministro de Economía y Finanzas, Ec. Gabriel Oddone, está volcado de lleno a dar los últimos ajustes a su proyecto de Ley de Presupuesto Quinquenal, y consecuentemente llega la hora de confrontar la propuesta electoral del partido de gobierno con la disponibilidad de recursos para llevarla adelante, cuando además hay de por medio visiones encontradas entre los sectores moderados y los radicales de la fuerza de izquierda para definir las áreas prioritarias.

Entre mucho ruido, resuenan fuerte los reclamos de que se incluya en el presupuesto el impuesto “al uno por ciento más rico” del país, según sus promotores, para contar con recursos para supuestamente financiar medidas para erradicar la pobreza infantil.
Sin embargo eso es solo una maniobra distractiva para hacer las delicias de la tribuna adicta, en una reafirmación nostálgica de la lucha de clases, con lo que no está de acuerdo el ministro Gabriel Oddone, por considerarlo de difícil aplicación, tanto como de rendimiento en eventuales recursos, además de que sería un pésimo mensaje para los inversores.

En cambio, el ministro se allanó aparentemente a los reclamos de comerciantes con relación a los perjuicios del “efecto TEMU”, mediante la aplicación del IVA a los bienes que se importen directamente desde el exterior, mediante el uso de las compras por Internet, debido a que entienden los empresarios que es una competencia desleal que afecta su situación por la merma de la demanda interna.

Y aquí queda expuesto, que en realidad de lo que se trata es de aplicar a este ingreso de paquetes un nivel impositivo más o menos similar –aunque tal vez algo menor–, a lo que se aplica en Uruguay desde hace décadas a lo que viene desde el exterior, que provoca que lo que en otros países se pague 60, en Uruguay se pague 100, y así tengamos bienes importados con costos exacerbados en dólares, uno de cuyos ejemplos más claros es el de los vehículos, entre la generalidad de bienes afectados.

Y todo ello para recaudar mediante impuestos que permitan sostener al Estado, que demanda más y más recursos cada vez, por sus costos fijos pero también porque cada gobierno ha gastado por encima de las posibilidades del país, y el déficit fiscal sostenido es una clara prueba de ello.
El actual ministro de Economía y Finanzas no cuenta con mayor margen de maniobra para encaminar un presupuesto austero sin afectar la aplicación de las promesas formuladas en la campaña de gobierno, por cierto, y mucho menos con el presente griego que le arrojó de entrada su fuerza política.
Viene al caso, en esta instancia presupuestal, traer al ruedo reflexiones al respecto formuladas por el exdirector del Banco Central del Uruguay Ec. Julio de Brun, al semanario La Mañana, en el sentido de que “creo que un país no debería gravar rentas que estén fuera de la instancia, del principio de territorialidad, porque hay también una cuestión de justicia que tiene que ver que más allá de que una persona tenga una capacidad contributiva, está en otro país y por lo tanto recibe los beneficios de otro Estado. Es ese otro Estado el que debería gravar esas rentas, y no así Uruguay, que a quienes generen rentas en el exterior no les aporta absolutamente nada”.

Es decir, lo que se diga que se puede hacer en este sentido como medida para recaudar es tan intrascendente como contraproducente. En cuanto a la realidad, al déficit fiscal y al desequilibrio entre ingresos y egresos, el Ec. De Brun es bien claro: “si miramos los números con atención, podemos ver que tenemos una situación fiscal que va camino a preocupante, y por otro lado, en materia de gastos, ya antes de empezar a discutir el presupuesto parecería que hay una batalla que el Ministerio de Economía ha dado por perdida, que es justamente de tener alguna especie de contención en materia de gasto público.

Entonces, por un lado uno ve que el gasto va a seguir creciendo más rápido o menos rápido, pero de todas maneras va a seguir creciendo y probablemente, más de lo que crece el producto (PBI). Si no se aumentan mecanismos de recaudación, ya sea por fiscalización o por creación de nuevos impuestos, o por aumento de impuestos existentes, Uruguay va camino a una situación fiscal comprometida, que dependerá de cómo sea la situación económica en los próximos años”.

Pero hay un punto que todavía está a oscuras, y es el rumbo de la economía que pretende el Frente Amplio, y ello se da porque además de los problemas intrínsecos del país, hay un tironeo interno entre sectores del partido de gobierno, como es vox populi. Lo resume el Ec. De Brun: “hay sectores del gobierno que quieren una cosa y hay sectores que quieren otra. Yo creo que el ministro de economía tiene un apoyo político fundamentalmente en lo que hoy sería el MPP, por lo menos culturalmente.

Y el MPP parece más inclinado a las fórmulas que propone el ministro que a las que están proponiendo, por ejemplo, el Partido Comunista o los socialistas. Por eso es más probable que en el Presupuesto aparezcan las modificaciones tributarias que propone el ministro de Economía y no la del llamado impuesto a los ricos”. Resume además que “después habrá que ver qué fortuna tiene la actuación del ministro de Economía en los próximos años, y ahí dependerá un poco de lo que es su situación o su sostenibilidad a largo plazo. Pero yo creo que hoy por hoy no está cuestionado”.
Lo que sí es seguro y está comprobado, es que afortunadamente durante sus gobiernos las políticas económicas de la izquierda en el poder siguieron los lineamientos y conducción de ministros como Danilo Astori y/o sus directos colaboradores, y ahora de Gabriel Oddone, lejos de los Olesker, los Castillo o los Civila, afectos al gasto estatal desenfrenado para hacer desaparecer como por arte de magia –un delirio total– los problemas que nos tienen atenazados desde hace mucho, demasiado tiempo.

Pero aún tan o más importante que eso es la suerte que nos toque: ojalá que se dé un escenario como en los primeros gobiernos de la izquierda, que duró hasta el 2014, de la ola favorable de los años en que los precios internacionales de nuestros commodities estaban por las nubes, y no se nos venga algo equivalente a una pandemia como la que tocó pasar al anterior gobierno, por citar extremos.
Y ello simplemente porque nuestros mayores problemas son de orden estructural, y por ende imposibles de revertir en un solo período de gobierno, por mejor ministro que tengamos.

Porque como señalara De Brun, –y como hemos sostenido repetidamente desde esta página editorial– se gasta por el Estado más de lo que se recauda, y mal, una realidad contra la que de nada sirven los discursos para salir del paso, sino los hechos, que son lo que marcan la cancha, y que han estado ausentes hasta ahora. → Leer más

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Corriendo de atrás

A instancias del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, se llevó a cabo una charla informativa titulada “Herramientas para una regulación inclusiva del trabajo mediante plataformas digitales”, un evento en el que participaron el subsecretario de Trabajo y Seguridad Social, Hugo Barretto, y la asesora de la Inspección General del Trabajo, Rossana Mendina, y en la que se abordaron los alcances del reciente decreto 145/25, que reglamenta la ley 20.396.

Este decreto introduce cambios significativos en las reglas bajo las que pueden funcionar estas plataformas, en especial la que regula el vínculo entre las empresas y los trabajadores que ejecutan las tareas demandadas por los clientes. Define, por ejemplo (Artículo 2), que “la prestación de trabajo en empresas que utilicen plataformas digitales podrá realizarse mediante relaciones contractuales de carácter dependiente o autónomo”. A efectos de determinar esto, aclara que “se tendrán en cuenta los hechos relativos a la ejecución del trabajo y la remuneración del trabajador, sin perjuicio de la manera en que se caracterice la relación en cualquier arreglo contrario, ya sea de carácter contractual o de otra naturaleza, convenido por las partes”.

Además establece una serie de obligaciones para las empresas “titulares de plataformas digitales que faciliten servicios de entrega o reparto de mercancías”. A partir de este decreto “deberán contar con locales adecuados para cumplir con las obligaciones de bienestar según lo dispuesto en el artículo 11° de la Ley que se reglamenta”. Indica además características que deberán tener estos locales: “tendrán previstas áreas destinadas a servicios higiénicos, resguardo personal y alimentación para uso de quienes presten tareas de reparto o transporte de manera dependiente o autónoma, sin perjuicio de los acuerdos arribados entre las partes que configuren alternativas más beneficiosas para el trabajador, todo de conformidad con lo dispuesto en el Decreto N° 406/988, de 3 de junio de 1988”. Del mismo modo estipula que estos locales “tendrán asimismo espacios adecuados para el estacionamiento de los vehículos empleados para el trabajo, cuando correspondiere”.

Cambia totalmente el escenario y el modelo de negocio de estas plataformas, acercándolo o encuadrándolo en esquemas más tradicionales, a formatos que han sido exitosos justamente por hacer las cosas diferentes aprovechando las ventajas de la tecnología. En la misma charla se mencionó reiteradamente en términos de “los desafíos que plantean las nuevas formas de empleo en el marco de la transformación tecnológica”. La solución que encontramos en Uruguay es transformarlos en formatos tradicionales que ya entendemos. Son cosas que no están pensadas para funcionar así como pretendemos. Aunque es cierto que se necesitaba algún tipo de regulación, sobre todo porque había responsabilidades que no terminaban de quedar claras en el vínculo, la solución que se adoptó fue llevarlo a una cancha que ya conocemos. Así que ahora una empresa que originalmente debía prestar el soporte informático, el software, para que una persona que quisiera comprar una pizza encontrar quién se la lleve desde la pizzería hasta el domicilio, ahora también tendrá que tener locales con baño y estacionamiento.

El objetivo de la charla fue “difundir los contenidos del decreto 145/25” y darlo a conocer a “los trabajadores y trabajadoras que desarrollan tareas en las plataformas digitales” y fue organizada a través de la Unidad de Migración y la Inspección del Trabajo y de la Seguridad Social (IGTSS). Barretto señaló que “nos toca reglamentar una ley cuyo contenido básico nos resulta absolutamente insuficiente”, recordando que no recogió las observaciones técnicas de la Facultad de Derecho de la Universidad de la República. A pesar de ello, afirmó que el decreto busca “facilitar la aplicación de la mejor manera posible bajo el presupuesto de que no entendemos que las actividades de reparto y de transporte constituyan actividades absolutamente novedosas, sino más bien servicios tradicionales con necesidad de adaptación normativa”. Pero es que el problema no está en que sean actividades más viejas que el comercio mismo, quizás, sino en una forma novedosa de adjudicación del trabajo y por lo tanto del vínculo laboral. Algo contra lo que el decreto apunta haciendo desaparecer el sentido original de estas plataformas que reemplazó la lógica de que cada comercio tiene una persona contratada para repartir. Antes el cliente debía esperar que esa persona hiciera su recorrido y volviese al local a hacer otro reparto. El sistema de la plataforma hizo que cada comercio tuviese disponibles tantos repartidores como la oferta/demanda dispusiese, mediante el cobro de una comisión. “La gran discusión es si estamos ante trabajo autónomo o trabajo dependiente. No encontramos ninguna razón válida para generar una tercera categoría”, dijo Barreto, que valoró que el decreto incorpora los criterios de la Recomendación 198 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), brindando herramientas a jueces, BPS e IGTSS para evaluar la naturaleza de la relación laboral. Pero es que la misma OIT en estos momentos está realizando un relevamiento a escala mundial sobre las políticas de regulación que se han seguido para estas plataformas para ver qué es lo que ha funcionado y cómo.

Mendina, por su parte, valoró que la norma establezca “niveles mínimos de protección para los trabajadores, asegurando condiciones justas, decentes y seguras”. Además dijo que “estas tecnologías vinieron para quedarse, y no son en sí mismas ni buenas ni malas. Es el uso que hacemos de ellas lo que va a determinar la manera de conducirnos, sin dejar de contemplar los derechos que como personas tenemos”.

En Uruguay nos hemos vuelto especialistas en hacer este tipo de cosas, en hackear la forma en que funcionan estos negocios para hacerlos encajar en la lógica que tenemos y conocemos. Así se logró que Uber —que opera en Montevideo—, que en todo el mundo abarató y mejoró las condiciones del transporte para beneficio de los usuarios, tenga un número acotado de personas que puedan trabajar, requieren de una habilitación y se liberan pocos cupos. Eso provoca que en determinados horarios la demanda sea mayor que la oferta y los precios sean altos, es decir, hackeamos el sistema para que se convirtiesen en meros taxis —sin mampara, eso sí—, y algo parecido queremos hacer con AirBnb para que se vuelva una inmobiliaria de las de siempre.

Que se entienda, no está mal el propósito de buscar más garantías para los trabajadores y, llegado el caso, también para los clientes —que en el caso de los delivery están en ambas puntas de la cadena—, pero esta idea de hacerlos encajar en modelos que conocemos puede hacer poner en dudas la afirmación de que llegaron para quedarse.

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Opinión

Lo mismo un burro

“No hay cosa que me parezca más performática que leer en el subte”. Esta, que es una publicación original en la red X —adaptada al idioma español— por una usuaria argentina, despertó un montón de reacciones, entre ellas un chiste con el mismo texto acompañado de una foto de la recientemente fallecida crítica literaria Beatriz Sarlo, leyendo en el Subte, que volvió a despertar todo tipo de reacciones de usuarios que no entendieron el chiste, quizás porque no conocían a Sarlo y no habían visto la publicación original y no captaron la ironía.

Las estimaciones más optimistas dicen que en nuestro país la cantidad de usuarios de esa red es de unas 700.000 personas, y ahí hay de todo: están quienes publican análisis y comentarios serios, quienes ejercitan sus dotes de humoristas voluntarios y quienes solamente se dedican a seguir las novedades sin publicar nada. Y como es de esperarse buena parte del contenido se relaciona con las tendencias futbolísticas del momento. Esa cantidad de usuarios está muy lejos de la estimada para la red social más exitosa de por acá, que es Instagram, con algo más de 2.200.000 usuarios. Es justamente esta red, que comenzó asociándose más al mundo de la fotografía —hasta que la compró Facebook—, hoy más asociada a los videos cortos, donde se recomienda, porque así lo va a priorizar el algoritmo, la publicación de “contenidos” que no superen los 90 segundos. En Tik Tok, en cambio, los videos más efectivos duran entre 15 y 60 segundos.

Nicholas Carr es un escritor estadounidense que hace ya unos cuantos años, por 2011, planteó la pregunta retórica de si “¿Nos está volviendo Google más estúpidos?” En ese momento las redes sociales no tenían la penetración actual. En 2021, diez años después de aquella afirmación, en una entrevista con BBC Mundo, Carr aseguró que “Nos estamos volviendo menos inteligentes, más cerrados de mente e intelectualmente limitados por la tecnología”. Su libro “Superficiales: lo que internet está haciendo con nuestras mentes” (el título original en inglés es The shallows: what the Internet is doing to our brains), se tradujo a 25 idiomas y lo posicionó como el principal crítico del rumbo que tomó Internet y del efecto que ha ocasionado en la humanidad. Según el autor, los celulares debilitan nuestra forma de pensar, incluso cuando están apagados. “En estos 10 años he analizado interesantes y a la vez aterradoras investigaciones que muestran que, cuando tenemos cerca el teléfono (incluso aunque esté apagado), nuestra capacidad para resolver problemas, concentrarnos e incluso tener conversaciones profundas disminuye. Nos volvemos tan absortos con la información que nos ofrece el celular que hasta cuando no lo usamos estamos pensando en hacerlo. El uso de esta tecnología tiene grandes repercusiones mentales porque que nos roba nuestra atención, y eso hace que pensemos más deficientemente”, planteó.

Un artículo en la página de El País de Madrid, de diciembre del año pasado, daba cuenta de algunos de estos estudios referidos por Carr. “En los últimos 10 años, la ciencia ha sido capaz de demostrar que el consumo excesivo de contenidos basura en internet —sensacionalismo, conspiración, vacío— está modificando nuestros cerebros”. Se ha evidenciado “que las redes sociales están reduciendo la materia gris, acortando la capacidad de atención, debilitando la memoria y distorsionando procesos cognitivos fundamentales, según publicó el diario británico The Guardian con citas a un gran número de investigaciones académicas de instituciones como la facultad de medicina de Harvard, la Universidad de Oxford y el King’s College de Londres”.

Una de estas investigaciones, publicada en 2023, demostró que la adicción a internet provoca cambios estructurales en el cerebro y que ello repercute de manera directa en el comportamiento y las capacidades de un individuo. “Michoel Moshel, investigador de la Escuela de Ciencias Psicológicas de la Universidad de Macquarie (Australia) y coautor del estudio, explica que el consumo compulsivo de contenidos en redes sociales —que denomina como doomscrolling— ‘aprovecha la tendencia natural de nuestro cerebro a buscar novedades, especialmente cuando se trata de información potencialmente dañina o alarmante, un rasgo que en su momento nos ayudó a sobrevivir’. A la vez que destacó que funciones como el ‘desplazamiento infinito’, que fueron diseñadas para mantenerte enganchado al móvil, las personas, más que nada jóvenes, pueden quedar atrapadas en un ciclo de consumo de contenido durante horas”.

Este comportamiento “puede afectar gravemente la atención y las funciones ejecutivas al saturar nuestro enfoque y alterar la forma en que percibimos y reaccionamos ante el mundo”, planteó Moshel. En sus informes menciona un estudio que revisó 27 investigaciones de neuroimagen y encontró que el consumo desmedido de internet está relacionado con una reducción en el volumen de materia gris en regiones del cerebro involucradas en el procesamiento de recompensas, el control de impulsos y la toma de decisiones. “Estos cambios reflejan patrones observados en las adicciones a sustancias”, asegura Moshel, como las metanfetaminas y el alcohol, lo que de alguna forma certifica el planteo de Carr, de que nos hace menos inteligentes.

En cualquier sala de espera, donde solían encontrarse montañas de revistas destinadas a matar el tiempo, hoy el rey es el celular. Lo mismo ocurre en el transporte público donde encontrar alguien leyendo un libro ha pasado a ser una rareza, lo único que faltaba es que, encima, empiece a ser objeto de alguna forma de señalamiento o discriminación. Mucho antes que Carr, esto ya lo había anticipado Discépolo, hace más de 90 años. → Leer más

Opinión

Portazo soberano al “socialismo del Siglo XXI”

Las elecciones presidenciales llevadas a cabo en Bolivia el domingo resultaron en una sorpresa para todos, cuando el senador y exalcalde de Tarija, el centrista Rodrigo Paz, quien no era favorito pero venía creciendo fuerte en las últimas semanas, se consagró como ganador con el 31,6% de los votos, que forzaría a un balotaje con el segundo candidato más votado.

Pero lo realmente revulsivo en esta confrontación electoral fue la desaparición del MAS (Movimiento al Socialismo), del expresidente Evo Morales, quien llamó a sus seguidores a votar en blanco y por ende, ante disputas internas, comprometiendo seriamente de antemano la ya muy escasa chance de la izquierda de ir por un nuevo período electoral.

En su primer discurso ante sus seguidores, un exultante Paz Pereira expresó: “Gracias a todos los hombres y mujeres que han hecho esto posible. Somos la voz de los que no aparecíamos en las encuestas, que no existíamos y no teníamos voz. Hay una Bolivia a la que no se la toma en cuenta”.

Por su parte, Tuto Quiroga, segundo en la contienda, felicitó a Paz Pereira por la campaña realizada y señaló que “de ahora en adelante, Bolivia será libre por los siglos de los siglos. Hemos hablado con fuerza, fe, esperanza y dignidad. Con el voto, hemos devuelto a todos la fe en la democracia y que se puede cambiar el país con la fuerza del voto, en contra de los bloqueos y sabotajes. Hoy ganó la democracia boliviana”.

Paz, que se presenta como una figura de renovación política de centro, y Quiroga, más alineado con la derecha conservadora, se enfrentarán el 19 de octubre en la segunda vuelta, y evidentemente, esto marca un antes y un después ya que, desde que en 2009 se instaurara el sistema de balotaje en Bolivia, todas las elecciones se decidieron en la primera votación, con Evo Morales surgiendo como abanderado de la población indígena, gran parte de la cual ya le ha dado la espalda, decepcionada por la gestión y los entuertos del expresidente.

El punto es que el avance al balotaje de Paz y Quiroga también anticipa un cambio histórico en la política boliviana, ya que los ciudadanos elegirán un presidente que no sea de izquierda tras casi dos décadas gobernados por el MAS, y en este caso la disputa es entre los candidatos de la centroderecha y la derecha, respectivamente.

Pero no todo son rosas del otro lado: el pase a segunda vuelta de Paz y Quiroga muestra también la fragmentación dentro de la oposición, que meses atrás intentó unificar fuerzas en torno a un solo candidato, pero terminó dividiéndose.

Ambos candidatos compiten por un electorado que busca superar la crisis económica y cerrar el ciclo político del MAS, pero con estilos diferentes: Paz encarna un perfil más renovador y moderado, mientras Quiroga ofrece un discurso más político, ideológico y conservador.

La principal virtud de esta candidatura, de acuerdo a los analistas, ha sido posicionarse en el centro y lejos de la polarización. Por un lado, logró diferenciarse del masismo y, al mismo tiempo, de los históricos candidatos opositores al MAS.

“Lo que queremos es la reconstrucción de la patria. Que la economía sea de la gente y no del Estado”, dijo Paz en su discurso de la victoria en El Prado, de esta capital. El candidato democristiano centró su campaña en la lucha contra un “Estado tranca” o burocrático, que obstaculiza la labor privada.

El resultado de los comicios de este domingo abre, por un lado, un escenario novedoso para Bolivia, que recién en la Constitución de 2009 introdujo el mecanismo de la segunda vuelta y que no lo aplicó hasta ahora.

Pero además marca el punto final para Bolivia de esta etapa del “socialismo del siglo XXI” –encarnado por el Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales– que tuvo su apogeo en América Latina con el auge de las materias primas de comienzos de siglo, pero que fue perdiendo votantes, marcado por episodios de despilfarro y corrupción.

Si bien el voto nulo al que convocó Morales logró el 18,93%, ese resultado sólo le sirve para afirmar que hay un núcleo duro que lo sigue apoyando, pero que está muy lejos de poder captar a sectores moderados de la población como para poder ganar la elección.

Los candidatos que se disputarán el triunfo en el balotaje coinciden en plantear la necesidad del ajuste, el cierre de empresas estatales deficitarias, el equilibrio fiscal y la apertura a las inversiones extranjeras, es decir todo lo contrario a lo que proclamaba Evo Morales, cuyo legado determina que el país andino atraviese su peor crisis en décadas, marcada por una inflación anual de casi el 25%, sólo superada en América Latina por Argentina y Venezuela, y una gran escasez de dólares y combustible, además de escasez de algunos productos básicos.

Otro aspecto que surge del voto del domingo es que posiblemente el próximo presidente también cambie el alineamiento que tenían los gobiernos socialistas del MAS con los gobiernos autoritarios y dictaduras de la región, como en el caso de Venezuela, Cuba y Nicaragua, porque la población se hartó de los gobiernos de izquierda, los que incluso agravaron los problemas sociales y el caos de la economía boliviana, confirmando que el clima de rechazo de la población con el gobierno de Luis Arce y el Movimiento al Socialismo es real, y que quiere romper con todo lo que recuerde a Evo y sus nefastas políticas de izquierda sesentista.

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Opinión

“Los problemas de la gente”

Se percibe un ambiente tenso en el ámbito político nacional, donde las referencias personales se han vuelto casi constantes, relegando a un segundo plano los mejores debates ideológicos que alguna vez marcaron el protagonismo parlamentario uruguayo. Entre oficialismo y oposición persiste una relación deteriorada por discusiones estériles, que poco contribuyen al bienestar del país, cuando lo que debería ocupar la atención son temas relevantes para la vida de los ciudadanos.
Basta con observar algunos ejemplos para sustentar esta afirmación. En el litoral, más de dos mil personas —en solo dos departamentos— han visto afectadas sus fuentes laborales en el sector citrícola, luego de intensas heladas que diezmaron la producción este año.
Quienes hoy son protagonistas del debate político conocen de primera mano las crisis en el sector agropecuario. Las fuentes de empleo al norte del río Negro están resentidas por múltiples causas. Y aunque esta zona representa a la mitad del país, muchas veces queda en el olvido una vez que terminan los períodos electorales.
Allí, donde aún quedan asuntos sin resolver —como la atención en salud—, hay policlínicas cerradas, centros educativos que requieren soluciones urgentes de infraestructura y localidades del interior departamental que no cuentan con ambulancias. En algunos casos, los vehículos desaparecieron sin que se sepa su paradero, o fueron retirados para reparaciones y jamás regresaron.
En esa mitad del país —menos habitada, pero con las mismas necesidades— poco importa quién gobierne. La caminería rural también requiere atención continua, más allá del cambio de autoridades. Y las promesas de campaña, que llegan cada cuatro años, alimentan esperanzas que rara vez se cumplen.
Sin embargo, cuando se retoman los períodos legislativos y ejecutivos, se vuelve a repetir la ya conocida frase de la “frazada corta”, aunque la percepción ciudadana es que siempre cubre a los mismos de un solo lado.
En los últimos días, una sesión del Senado —que tenía por objetivo interpelar a un ministro y conocer detalles sobre una compra ya concretada— terminó abruptamente en medio de insultos y escándalos. El ambiente generado bajo esas circunstancias dejó al descubierto otros conflictos, así como una violencia discursiva que desdibujó la finalidad parlamentaria y desvió la atención hacia cuestiones personales.
Hasta hoy se sigue hablando de las consecuencias de los insultos, porque de la interpelación, en concreto, no quedó nada. Solo horas de debates inconclusos y la extraña sensación de que algunas convocatorias al Parlamento carecen de sentido real.
Mientras tanto, avanza la convocatoria a nuevas instancias y comisiones investigadoras, en medio de un vínculo lesionado entre los actores políticos. Pronto se deberá debatir el presupuesto quinquenal, y oficialismo y oposición tendrán que sanar sus heridas para legislar sobre el instrumento más importante de planificación nacional para los próximos cinco años.
De ese presupuesto surgirán los recursos que definirán las políticas públicas en áreas fundamentales para la vida de los uruguayos. Deberán contemplarse los cinco pilares que sostienen el desarrollo humano y la convivencia: salud, trabajo, educación, vivienda y seguridad. Ninguno de ellos ha logrado consolidarse como política de Estado, porque en cada nuevo período de gobierno reaparecen los reproches por la “herencia maldita” y las omisiones del anterior.
En medio de todo esto, permanece la misma población vulnerable que espera, una vez más, que el próximo gobierno pueda cambiar alguna de sus circunstancias desfavorables.
La pobreza y la desigualdad, recurrentes en cada campaña electoral, persisten en términos de ingresos y acceso a servicios básicos. Si bien algunas estadísticas muestran avances en la reducción de ciertos indicadores, los desafíos se mantienen prácticamente en los mismos sectores: niños, adolescentes y afrodescendientes. Aunque los gobiernos adopten medidas positivas, las desigualdades persisten entre Montevideo y su zona metropolitana, por un lado, y el resto del país —especialmente el interior profundo— por otro.
En el mercado laboral, las brechas se amplían entre jóvenes y mujeres. Y las dificultades se agudizan para quienes no acceden a capacitaciones digitales o no han completado su formación educativa.
Todo esto apunta a un problema mayor, con una mirada hacia el futuro. Porque un país que valora su democracia debe proyectarse más allá del corto plazo. Y entre esos desafíos también está el de una población que envejece aceleradamente, lo que afectará la sostenibilidad del sistema de seguridad social, incluso con la reforma actual en marcha.
Ese panorama plantea nuevas exigencias a las políticas públicas, tanto para la atención de la infancia como para los cuidados en la vejez, en un momento clave donde ambos extremos de la vida comparten un mismo problema: la falta de soluciones sostenibles.
Justo cuando la pobreza se mide principalmente por ingresos, se observa que esa brecha se profundiza en sectores con empleos zafrales, que resultan esenciales para muchas personas. Por eso es urgente incorporar otras dimensiones al análisis de la pobreza y el escaso desarrollo, empezando por la ubicación geográfica de la población.
Vivimos en un país donde los “límites” territoriales se reducen cada vez más, debido a la creciente concentración de inversiones, empleo, innovación y tecnología en Montevideo y su zona de influencia. Esa desigualdad también interpela a nuestros legisladores. Es imprescindible que se unan para resolver los verdaderos problemas de la gente, que son los mismos de siempre. Para lograrlo se necesita franqueza, un abordaje multidimensional de la pobreza, el fin de la política de la culpa y, sobre todo, voluntad política.
Uruguay tiene todo lo que necesita. Lo que falta, a menudo, es la decisión de sacarlo adelante. → Leer más

Opinión

Solicitada: 2020-2024 – El último gobierno frenteamplista La vida está hecha de ciclos.

Lo desconocido (llamémosle Naturaleza), usa los ciclos para modificar cualquier componente de la estructura terráquea, sea ésta de los sólidos, estado de la superficie terrestre, distribución de las aguas, las temperaturas, el reino vegetal, el reino animal, las pestes, y por qué no las consecuencias sobre las sociedades que habitan el planeta. (cognitiva)
Reduciendo y pasando de la pantalla grande a una chiquita, están los hombres con sus núcleos sociales que mediante la calidad y capacidad de sus propuestas, terminan moldeando el carácter de la sociedad resultante que define y muestra las características del territorio y/o del país que habitan.
Sin aviso (por lo menos para nosotros) llegó el año 2020 con furia despiadada para castigar a los humanos con una peste nueva y en el caso particular de Uruguay, trajo sorpresivo desafío justo al comienzo de un nuevo gobierno, tiernito como un bebé recién nacido.
Pero la sorpresa fue grande al ver como ese nuevo gobierno enfrentó la pandemia sin perderse en un solo detalle bajo el azote que los imprevisibles ciclos externos nos hacen padecer.
Marcó un claro antecedente de proceder científico, mostró el rigor benéfico de la disciplina, contabilizó positivamente la imparcialidad de la conducta científica frente a la palpitometría política y ganó respeto dentro y fuera de fronteras.

Al mismo tiempo sufría la peor bandemia que los muchachos del mal lanzaban para hacer que todo funcionara lo peor posible y así “ellos”, ganar algún punto dentro del electorado infiel.
Siguiendo aquel dicho popular de que a las personas se las conoce realmente cuando estamos pasando por un mal momento, a rostro descubierto los muchachos del mal ponían palos en la rueda a todo y todos sin importarles que sus acciones cargarían a la sociedad con sufrimiento y pérdidas, inclusive a su propia gente, de la que disponen y consideran carne de cañón.
Les resbala el mal causado. Sólo valen los dogmas y la consigna partidaria.
Las trompetas que conmemoraban la victoria se apagan y suena la cumbia.
Pasada la urgencia del drama desconocido y la necesidad de pensar rápido y en serio, los gobernantes y las cúpulas en general, dieron un afloje a la tensión proveniente de asumir los riesgos de decidir y ejecutar soluciones con poco tiempo de análisis y mucho stress.
Existían incógnitas sobre caminos a seguir y las respuestas a conocer, y poco a poco, y como premio de haber estado impuestos a vivir en otra dimensión, retornaron nuevamente a su mundo de siempre.

Al mundo donde crecieron y habían pasado una vida, ahí donde se sienten cómodos y seguros, y que para su felicidad ese mundo los estaba esperando con todo intacto.
Los aguardaba ansioso para volver a funcionar con los subterfugios, mañas y privilegios.
Todo pronto para volver al Paraíso de la democracia benévola, de las peleas ensayadas, del diálogo y de los acomodos, de consumir sin retorno el tiempo y los recursos de la ciudadanía, (que nunca tiene dominio sobre aquél que lo colocó con su voto en un puesto público)
Me viene a la mente el recuerdo de las pistas de autitos chocadores. Todos andan entreverados, tratando de ser el más diestro para golpear por sorpresa y con más fuerza al otro participante. Terminado el tiempo del juego, todos se van a las risas. La cumbia llenó el aire y las alegres cabezas aliviadas comenzaron a moverse encantadas.

Un pasado muy reciente que se proyecta a un futuro largo

Marcados por el absolutismo de la izquierda vencedora, los tres períodos de gobierno anteriores habían dejado un deterioro masivo para el Uruguay, considerando a grandes rasgos la casi total composición de lo que conforma la vida administrativa, productiva, logística y educativa de un país, donde el elemento más sensible y frágil es su gente.
El país abandonado a la izquierda, enriquecida con terroristas, compartiendo y acatando direcciones de los sindicatos comunistas apátridas, solamente podía empobrecer al individuo en todas las dimensiones posibles, en todo lo que es componente humano como la educación, el respeto, hábito de trabajo, nobleza, gratitud, seguridad individual, concepto de sacrificio para forjar futuro, disfrute de las conquistas productivas, disfrute de procrear hijos sanos, valientes, justos y con futuro prometedor.
El proyecto del hombre ateo, sin terruño, sin columna vertebral, sin respeto, simploide, superficial, orgulloso de su ignorancia y su brutalidad, manoseable, en suma, el hombre barato para comprar.
Ese hombre tan uruguayo de hoy es el fruto de cien y tantos años de vida socialista, de vida frenada por el estatismo que desprecia la libertad de dejar crear y actuar.
Ahí también crecía el embrión de nuestra Democracia Fayuta.
El hoy es el futuro de aquellos años malgastados.

De la admiración al desencanto

Sí, pasó la Pandemia y nuestros políticos y administradores regresaron a su zona de confort.
Mientras se escuchaban los aplausos por la buena gestión, con sonrisa de pícaro y frotándose las manos, el resto, los indeseables, estaban prontos para entrar al baile y si fuera necesario bailar con la más fea también.
La Coalición Republicana se vio muy entretenida bailando entre ellos mismos y con los muchachos del palo en la rueda. Demasiado baile para mi gusto.
Los quince años de la administración frenteamplista dejaron una enorme cantidad de proyectos e iniciativas erradas e inconclusas, hasta disparatadas podríamos decir, sin citar todas que son muchas y conocidas. Inclusive muchos comprobados desajustes durmiendo en la Justicia.
Pasó el tiempo y no pasaba nada, todo seguía igual y encajonado.
El ciudadano que los votó se preguntaba ¿qué frenó las promesas de pasar a limpio la corruptela? ¿Habría un pacto secreto que se estaba cumpliendo e impedía…?
Lo concreto es que nadie fue preso y las pérdidas están contabilizadas para adorno de algún álbum macabro ad eternum.
Mientras pasaba el tiempo surgió una conducta media rara de la cúpula gobernante.
De a poco había un acercamiento, manifiesta simpatía por algunas personas de la izquierda que serían posteriormente reclutadas mayoritariamente al Partido Nacional.
La verdad que si consideramos que todos somos hijos del socialismo, esta tendencia no tendría que ser muy notada ni preocupante, pero… en algunas cosas se le fue la mano al gobierno.
Veamos, el saludo al festejo de los 100 años del Partido Comunista del Uruguay como si esto fuera un galardón de la Democracia Fayuta que tenemos.
Quizás la cúpula entendía que podrían captar votos de la izquierda para las elecciones. (el zurdo nunca te va a votar).
Pasaron muchos episodios de amistad/simpatía por los zurdos hasta llegar al momento más culminante del desajuste conceptual sobre conducción política e identidad partidaria. La propuesta y nominación para vicepresidente de la República de una figura sindicalista recientemente incorporada y con origen en el Partido Comunista. Parecía que fueran de la misma sangre. Estaban regalándole el homenaje más profundo, fuerte y emocionante jamás hecho a los zurdos alguna vez.
Cuando el contrasentido es tan grosero, fuerte es la indicación de que existe un descalabro mayúsculo que obnubila el gerenciamiento de las funciones básicas, llamémoslas historia, memoria, identidad, principios, identificación filosófica, identificación partidaria, mirada de estadista al futuro, respeto por la palabra dada.
En suma, la tristeza que produce el desengaño de ver la fe ignorada, la confianza invalorada, los esfuerzos desdeñados, el resquebrajar de la virtud a cambio de nada, no se la merecían los ciudadanos que eligieron y apoyaron a los que ocupaban el gobierno.
Y así, un poquito de aquí, otro poquito de allá perdieron las elecciones. (La confianza).

El hoy y el de aquí en adelante

Se terminó el Frente Amplio. Dejó de existir. Todos los puestos más importantes del gobierno están ocupados por integrantes tupamaros, sus subgrupos y el Partido Comunista.
Podríamos llamar al nuevo partido gobernante de Unión Comunista, o Comunión Comunista o Fusión Tupamaro/Comunista Oriental del Uruguay o cualquier otro nombre, pero siempre será comunista.
Yo a veces me pregunto: qué será de aquellos frenteamplistas trasnochados, infantilmente intelectuales, buena gente. Los ladearon como material de descarte… Pero sigamos.
Mirando al futuro seguiremos viendo un país dividido donde cada día se profundizará más la grieta. Las grandes obras de infraestructura social y de logística desarrollista que dejó el anterior gobierno son de aplaudir, pero esto no significa nada para el izquierdista, porque el trabajo y la eficiencia no es su terreno.
La división de clases, la exaltación del odio, la aceptación del desorden como norma, la mentira como herramienta, el crecimiento de la inseguridad, el aumento del gran bolsón de ignorantes como base de votantes, todo eso y más, será usado para consolidar la victoria del comunismo al total dominio del país.
La extracción de dinero de quien produce será mayor así como también habrá crecimiento de la estructura estatal para negociar provechosamente más descalabros y tener más empleados públicos como fuente de votos y segura permanencia en el poder. Que nadie se engañe.
Finalmente el Uruguay está bajo el mando comunista, y de ahora en adelante es un territorio comunista para los de adentro y para los de afuera del país. Quieran aceptarlo o no.
No insistan con la salvación de la inversión extranjera. No hay más nabos afuera. Quedaron solamente los de aquí adentro.
Para terminar, parafraseando el título de este escrito diría: Luis Lacalle Pou, el último presidente frenteamplista.

Rodolfo Angel
Beccaría Pesce → Leer más

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Solicitada: “Me encantaría poder vivir ahí”

“Estamos acá para dar garantías de que ese lugar va a estar en plenas condiciones, adaptado para el uso que le queremos dar. Estamos convencidos que es el mejor lugar del paisaje para vivir. Yo quisiera vivir ahí, me encantaría poder vivir ahí. Me hace muy feliz que los muchachos quizás con menos oportunidades puedan vivir ahí, durante su estadía en Paysandú”, dijo por su parte el intendente Nicolás Olivera.
Si algún día se inaugura la residencia universitaria, el intendente Olivera podría darse el gusto de vivir en ese lugar, como lo ha manifestado. Él que dispone de dinero suficiente puede compra un piso de 420 m2 de la residencia al precio de costo de un millón cien mil dólares cada piso y vivir en el lugar que le encanta. Y con ese dinero recibido por la venta al intendente, se pueden construir varias viviendas en lugares adecuados cerca de los centros de estudio.
Por la venta de un piso al intendente se recibiría un millón cien mil dólares (U$S 5.500.000/5) y con esa suma se podrían construir vivienda de 32m2 cada una (8m x 4m) para dos estudiantes en lugares próximos a los centros de estudio. Seguramente habrá más interesados como el intendente a los que le encantaría vivir en ese lugar encantador y se le podría vender los otros pisos y con ese dinero construir una villa estudiantil y no una residencia colectiva.
Falta solamente que el intendente se decida a comprar un piso de esa residencia que tanto le encanta y ofrecer los demás pisos. Y si el intendente se decide le haría un gran bien a los estudiantes que vivirían en lugares cerca de los centros de estudio y en viviendas para dos que es lo que prefieren. Lo pueden averiguar realizando una encuesta entre los estudiantes. Los beneficios serían múltiples, porque para construir 74 viviendas hay que emplear a varios trabajadores de la construcción que conseguirían ocupación para recibir un ingreso con el que mantener a sus familias. Todo esto es posible porque ya se dispone de los recursos (U$S 5.500.000) para hacerlo realidad.

Ing. Ricardo Brasesco → Leer más

Opinión

Solicitada: Crónica de una muerte anunciada: continuismo en Dirección de Cultura

Como artista, militante sindical y ferviente defensor de los valores del Frente Amplio, no puedo quedarme en silencio ante la decisión del intendente Nicolás Olivera de mantener a Eugenio Pozzolo en la Dirección de Cultura por cinco años más. Esta continuidad no es solo una decisión administrativa, sino la ratificación de un modelo de derecha, que ha demostrado ser profundamente dañino para el desarrollo cultural y social de nuestra comunidad. Es un acto que revela la voluntad de perpetuar un statu quo que limita la creatividad, la participación y la emancipación de nuestro pueblo.
Desde una perspectiva de izquierda, rechazo esa gestión individual y autoritaria, que actúa sin consulta, sin transparencia y sin rumbo claro. La gestión de Pozzolo ha estado marcada por una concentración de poder en círculos cerrados, donde las voces disidentes son silenciadas, las expresiones culturales populares son relegadas y las prácticas participativas son una quimera. La cultura, que debería ser un espacio de diálogo, resistencia y transformación, ha sido convertida en un botín político, en un escenario controlado para unos pocos privilegiados, alejados de las verdaderas necesidades sociales y artísticas de Paysandú.
La gestión de Pozzolo ha mostrado un patrón autoritario, con censura, manipulación de recursos y una total falta de rendición de cuentas. La reelección refuerza estos vicios, consolidando una cultura cerrada, excluyente y desconectada de la realidad del pueblo. La cultura no puede ser un instrumento de control ni un espacio para favores políticos; debe ser un derecho social, una herramienta de emancipación y resistencia.
Es lamentable que las expresiones culturales populares, como el teatro comunitario, el carnaval y las tradiciones autóctonas, hayan sido sistemáticamente relegadas. La política cultural ha fracasado en reconocer y valorar el talento local, en escuchar a las comunidades y en promover espacios de diálogo auténtico. La cultura, en este contexto, se ha reducido a un escenario limitado, alejado de las raíces y las voces que emergen desde los sectores populares.
Reivindico una gestión que respete y garantice los derechos sociales y laborales de quienes hacen cultura en Paysandú. La cultura es un derecho colectivo, un motor de cambio social y una expresión genuina de nuestra identidad. La continuidad de Pozzolo evidencia una gestión que ha convertido la cultura en un botín de intereses políticos, en lugar de un espacio de participación, de diversidad y de transformación.
Desde el movimiento sindical, desde la comunidad artística y social, hemos expresado nuestro rechazo a este modelo. La demanda es clara: que la gestión cultural sea participativa, transparente, inclusiva y pluralista. La permanencia de Pozzolo obstaculiza esa construcción, perpetuando un modelo antidemocrático y excluyente.
Hago un llamado urgente a la comunidad: basta de gestiones que favorecen a unos pocos, que benefician a los amigos y militantes, dejando afuera a tantos artistas talentosos por diferencias ideológicas. La cultura es un bien colectivo y una herramienta de lucha. Debemos defenderla con la fuerza de nuestra voz y nuestro compromiso.
Mi compromiso y mi lucha seguirán firmes. Paysandú merece una gestión cultural que ponga a la comunidad en el centro, que garantice espacios de libertad, participación y creatividad para todas y todos. La historia cultural de nuestra región debe ser construida por quienes la aman y luchan por ella, no por quienes la mantienen en manos de intereses cortoplacistas y autoritarios.¡Por una cultura democrática, popular y emancipadora!

Tec. Pablo Miranda Ponce, Artista Nacional – Docente – Militante del Frente Amplio → Leer más

Opinión

Paysandú y su puerto: “barco parado no gana flete”

Paysandú ha gastado décadas discutiendo la reactivación del puerto y ha gastado, además, millones de dólares para tratar de justificar un disparate logístico que no tiene pies ni cabeza. Como lo anuncia la propia página web de la Administración Nacional de Puertos (ANP) en relación con el puerto sanducero, “en el marco del desarrollo de la Hidrovía del Río Uruguay, se han realizado inversiones en infraestructura y equipamiento con el fin de dotar al puerto de los elementos necesarios para la captación de cargas”. A estas supuestas virtudes de la terminal portuaria antes mencionada, la ANP agrega las siguientes: “La terminal portuaria es apta para movilizar graneles –soja, malta, azúcar, cebada cruda, entre otras– y contenedores al contar con una explanada a tales efectos. Está en condiciones de recibir barcos y barcazas con conexión desde y hacia Nueva Palmira, Fray Bentos y a terminales portuarias ubicadas en el río Paraná y de ultramar. La terminal portuaria cuenta con una grúa Liebherr en el Muelle de Cabotaje y tolva propiedad de ANP”. Para finalizar esta visión idílica (y supuestamente tentadora para las empresas que necesitan transportar mercaderías) el organismo encargado de administrar las terminales portuarias expresa que “el puerto de Paysandú ofrece condiciones para operar las 24 hs, 365 días del año, con instalación eléctrica en ambos muelles y torres de iluminación. Desde el año 2010 cuenta con una explanada para la operativa de contenedores. Esta infraestructura brinda condiciones óptimas para aportar al desarrollo de los sectores productivos y de servicios, así como también contribuir a la generación de puestos de trabajo directos e indirectos asociados al transporte fluvial y los puertos administrados por ANP”.

Ante este paradisíaco panorama que nos pinta la ANP la pregunta surge sola… ¿si el puerto de Paysandú tiene tantas ventajas (ubicación, equipamiento, etcétera) por qué no está activo? ¿Por qué su utilidad no pasa de haber sido un lindo lugar para ir a tomar mate o pasear el perro? La respuesta, como muchas verdades en la vida, puede doler, pero es necesario asumirla de una vez por todas: el puerto de Paysandú no funciona ni va a funcionar porque no tiene cargas que permitan hacerlo funcionar. Por más que el “pensamiento mágico” de algunos actores políticos y sociales tanto departamentales como nacionales traten de ocultarlo, esa es la única verdad y, como dice el refrán, “no hay más perro que el chocolate”.
En los 40 años que han transcurrido desde la recuperación de la democracia en nuestro país, Paysandú solamente ha logrado patear para adelante un final predecible, inevitable y caro: las inversiones que se han hecho no sirven para el objetivo proyectado y las esporádicas y pequeñas cargas que han llegado a ese puerto no son la confirmación de que puede operar como una alternativa confiable y real para diferentes cargas, sino todo lo contrario: no existe un flujo de carga que justifique las inversiones realizadas (un detalle poco importante para los políticos de todos los partidos, a quienes les gusta gastar el dinero y tomarse fotos sonrientes y cortando cintas de inauguración, aunque al otro día la gran mentira de las cargas prometidas nunca se cumpla). Y cada vez que la realidad nos abofeteó, buscamos una excusa para justificar el fracaso. Primero fue el dragado de Almirón, después la falta de una grúa para contenedores, que había que reforzar el centenario muelle para soportar el peso de las cargas actuales, que había que dotarlo de potencia eléctrica para la nueva función, que los galpones eran obsoletos y que había que crear una gran playa de maniobras –toda de hormigón–, que tenía que estar iluminado las 24 horas a “luz de día” para poder trabajar eficientemente. Y cuando todo eso se logró –a fuerza de decenas de millones de dólares, por cierto–, el problema volvió al río, y se procuró un nuevo dragado en el canal de Casa Blanca, mucho más caro que el primero porque era sobre fondos duros, pero que supuestamente sería “autolimpiante”. Y también se hizo… y se siguen gastando millones de dólares al año para mantener lo que supuestamente no necesitaba mantenimiento.
Se precisaba un barco; se consiguieron dos. El primero, el Provincias Unidas era un barco feeder específico para transportar contenedores hasta el puerto de Montevideo. El segundo, renombrado GF Paysandú, fue modificado para esa función. En todos los años que operaron, nunca lograron llenar las bodegas y apenas alcanzaban la carga un 50% de su capacidad, y sólo en épocas de zafra. Después no había suficiente carga como para justificar siquiera el viaje.

Respecto a graneles, siempre se dependió de Azucarlito, que apenas da para sostener unos días por mes el trabajo portuario, y en un principio la cebada de Cympay. Pero con eso no basta, y además para estas cargas no se necesita tanto puerto, ni siquiera dragado.
Pero el capricho continuó por mucho tiempo, y cada tanto renace con nuevas fuerzas. Las nuevas excusas: se necesita dragar a 23 pies; hay que retirar los cables de alta tensión que cruzan el río en San Félix; hay que intervenir el muelle para operar con barcos más grandes. La justificación: con eso podrían arribar ultramarinos, y “hay cargas” que ameritan la inversión. La realidad es muy distinta. El problema es que quienes están encaprichados con el puerto hacen mal la ecuación, cuando suman toda la producción del país al norte de río Negro y asumen que eso podría salir por Paysandú. Pero en logística lo más caro es, precisamente, el cambio de medios de transporte, los “pisos” que hay que pagar, los tiempos muertos, etcétera. Es –y seguirá siendo– más barato que un camión cargado en Tacuarembó vaya directamente a Montevideo o Nueva Palmira, a que venga a Paysandú, descargar en nuestro puerto, subirlo al barco o barcaza para llevar la carga a Nueva Palmira a 200 kilómetros aguas abajo, o a Montevideo a más de 300 kilómetros de navegación. Tacuarembó está a poco más de 300 kilómetros de Montevideo –buena parte de la ruta incluso es doble vía–, y Paysandú a 230 kilómetros. Nunca justificará la operativa sanducera. Menos aún para cargas de Rivera o Melo, como se manejó en algún momento.
Por más ventajas y profundidad que se tenga, jamás veremos un verdadero portacontenedores oceánico llegar a Paysandú. Sólo tocan puertos que mueven millones de contenedores al año, y eso es inviable para nosotros. Respecto a graneles, las razones en gran medida ya fueron expuestas en estas líneas.

Hay que ser realistas y no hacerse trampas al solitario: gestionar un puerto implica, entre otras responsabilidades, conseguir las cargas para hacerlo operar de manera justificada y eficiente. En Paysandú y la región inmediata no hay cargas suficientes para su puerto ni las habrá. No lo hubo en los últimos años y no los habrá ahora. Es una misión imposible porque el puerto es una de las grandes mentiras que los sanduceros nos venimos repitiendo año tras año, pero la realidad es bien diferente y rompe los ojos: “barco parado no gana flete”. → Leer más