
El lunes 8 de abril, a cinco años del primer caso de COVID-19 en Uruguay, la Universidad de la República (UdelaR), el Instituto Pasteur de Montevideo y el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable (IIBCE) realizaron una actividad conmemorativa para recordar la respuesta del país a la pandemia, sus aprendizajes y protagonistas.
La instancia se inició con palabras del rector interino de la UdelaR, Álvaro Mombrú, quien rememoró el desconcierto de los primeros días de marzo de 2020 y el rol fundamental de la Universidad al convocar a la comunidad científica desde el comienzo. Subrayó que, pese a la incertidumbre y a las dolorosas pérdidas humanas, se logró una articulación inédita entre instituciones en defensa de la salud pública.
La investigadora Pilar Moreno repasó los principales aportes de la UdelaR en ese periodo: la adaptación de la enseñanza, la reorganización institucional y la labor fundamental en el testeo y la vigilancia genómica del virus. Destacó el trabajo conjunto con el Institut Pasteur de Montevideo y el IIBCE, que permitió contar con herramientas diagnósticas nacionales en tiempo récord.
A continuación, una mesa de referentes compartió sus experiencias. Participaron Rodrigo Arim, ex rector de la UdelaR; Carlos Batthyany, director del Instituto Pasteur; Daniel Salinas, exministro de Salud Pública; Rafael Radi, excoordinador del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH); Cecilia Fernández, ex prorrectora de Investigación, y Gabriela Méndez, jefa de CTI del Hospital de Clínicas.
Salinas valoró el vínculo entre ciencia, instituciones y sociedad. Radi recordó la articulación de más de 60 investigadores e investigadoras que elaboraron 90 informes públicos y transversales. Fernández señaló el compromiso de la comunidad universitaria, en particular de jóvenes investigadores en todo el país. Méndez relató el esfuerzo del Hospital de Clínicas al duplicar su capacidad en CTI en apenas semanas. Batthyany rindió homenaje al investigador Otto Pritsch, figura clave en la estrategia científica ante la pandemia. Arim reflexionó sobre cómo la investigación básica, a veces subestimada, fue esencial para la respuesta nacional.
Al cierre del evento, se entregaron reconocimientos a quienes lideraron estos procesos y se homenajeó de forma especial a los equipos del Interior del país liderado por Rodney Colina desde el Laboratorio de Virología Molecular del Centro Universitario Regional (Cenur) Litoral Norte como actor fundamental en el armado de una red de laboratorios del interior con capacidades de diagnóstico del nuevo virus.
En el cierre, el músico Gonzalo Moreira interpretó “País de las Maravillas”, remarcando el papel del arte y la cultura como parte de la respuesta colectiva a la crisis.
Ciencia y compromiso social
Durante la emergencia sanitaria el Cenur Litoral Norte fue clave en el diagnóstico descentralizado y fortalecimiento de capacidades locales, ya que en marzo de 2020 el Laboratorio de Virología Molecular, instalado en la sede Salto inició el procesamiento de pruebas diagnósticas para COVID-19. Esta iniciativa, respaldada por el Ministerio de Salud Pública, el Instituto Pasteur de Montevideo y la UdelaR, permitió aumentar la capacidad nacional de diagnóstico, especialmente en el Interior del país, reduciendo la dependencia de kits importados y fortaleciendo la respuesta sanitaria regional. Asimismo se lideró un estudio pionero en Uruguay sobre casos asintomáticos de COVID-19 en la ciudad de Salto en un proyecto multidisciplinario (que integró Virología, Ciencias Sociales y Estadística) y permitió caracterizar epidemiológica y socialmente a los portadores asintomáticos, proporcionando información clave para la formulación de políticas de salud pública. Además se mantuvieron más de 700 cursos por semestre en modalidad virtual, asegurando la continuidad educativa en todas las carreras y se implementaron medidas para apoyar a estudiantes con dificultades tecnológicas, incluyendo la provisión de laptops en préstamo. También en los cuatro departamentos que conforman el centro regional se participó activamente en iniciativas comunitarias, como el apoyo a ollas populares, merenderos y el monitoreo de aguas termales, contribuyendo al bienestar social y económico de la región.