
Mientras miles se acercaban apresuradamente a la Plaza de San Pedro en el Vaticano, luego de haber salido la fumata blanca, a la espera de que el cardenal protodiácono Mamberti anunciara quién había sido elegido como nuevo Papa, la imagen de la bandera de Uruguay en la televisación oficial inundó el corazón de quienes seguíamos la instancia a través de la tecnología. Creyentes o no, todo aquel que estaba al pendiente, sintió por un segundo estar presente allí mismo, en las manos del compatriota que sostenía nuestro Pabellón y lo agitaba en señal de alegría. La imagen, que se vio en el mundo entero, tenía sello sanducero ya que se trataba de Alfredo Dolce Guevari quien fue testigo de unos de los momentos que marcarán nuestra historia.
En contacto con EL TELEGRAFO, ya entrada la medianoche romana, Dolce narró que se encuentra en Italia al ser referente de la comunidad ítalodescendiente en Paysandú e integrante del Comité de Descendientes Italianos contra el decreto-ley N° 36/2025, quienes se reunieron para manifestarse por el Decreto Tajani que afecta la transmisión de la ciudadanía italiana. “Teníamos planificado hacer una manifestación el pasado sábado y luego mantener reuniones con diputados y senadores. Mientras estábamos organizando todo esto falleció el papa Francisco. Los días se fueron dando justo para que en el momento en que teníamos las reuniones planificadas empezara el cónclave. Estoy en Roma hasta este domingo. Y si estás en Roma y están por elegir el Papa, lo que tenés que hacer es ir las veces que sean necesarias al Vaticano”, comenzó diciendo.

Este miércoles “después de hacer una manifestación ante el Parlamento, me hice el tiempo y me acerqué a ver la primera votación. Cuando llegué al lugar era impresionante la cantidad de gente, eran miles y miles, que comparándolo con la cantidad de gente que entra en el Anfiteatro era eso pero multiplicado varias veces, porque todo el mundo quería estar en la primera votación. Llegué hasta a unos 100 metros de la puerta de la Basílica de San Pedro y a las 20.45 fue la primera fumata negra; ya casi que todos descartaban que en la primera podría darse un nombre. De noche me volví al lugar donde me estoy quedando, que es a unos 50 kilómetros de Roma, en la casa de unas personas que me ofrecieron hospedaje porque sabían que venía para lo de las manifestaciones. Incluso perdí el tren por la hora que era, llegué como a la 1.30 pero hoy (por ayer) madrugué para volver a ir”.
“En el momento que llegué hacía dos minutos que había salido la fumata negra de la mañana, y pensé si hubiera sido blanca y hubiera llegado tarde… me moría. Cuando pasa eso, un montón de gente empezó a irse, ya no era la misma cantidad del primer día. Me puse a conversar con unos peruanos, entre tantos otros porque me encontré con gente de Corea, de varios países de África, de Chile, de Argentina, de Bolivia, Estados Unidos, y muchos europeos también, con quienes nos sacamos un montón de fotos porque he ido documentado todos los momentos del viaje. Entre lo que ellos decían estaba que hoy (por ayer) iba a haber varias votaciones en el día, y que cabía la posibilidad que a las cinco de la tarde hubiera humo blanco…”, precisó. ¡Y así fue!
FUMATA BLANCA: HABEMUS PAPAM
Ante la incertidumbre, pero con la esperanza de que podría haber novedades, Dolce se quedó en la plaza compartiendo momentos con otros fieles. “Había muchísima gente e impresionante la cantidad de medios. Había cuatro sectores en la plaza y el inicio que es como a cinco cuadras de la basílica, con enormes escenarios con periodistas de todo el mundo, cámaras de todo tipo, celulares, todo el mundo informando”, dijo.
“Pasé por la parte del Correo que están este año con los sellos especiales que dice sede vacante, que pasa cada muchísimos años. Aproveché a mandar una postal a mi madre desde ahí, a la antigua, que la escribí y puse en el buzón que seguro le llegará en un día de estos. Fue pasando la hora y como estaba desde temprano me pude acercar bien adelante, a unos tres metros de la barrera donde estaban las primeras personas. En medio de un ambiente muy lindo, muy cristiano. Uno que estuvo en su momento la experiencia del colegio del Rosario, de campamentos y encuentros juveniles, que estuve cuando el papa Juan Pablo II visitó Argentina y Uruguay, donde fui con mi madre, se vivía el mismo clima. Han pasado los años y han cambiado muchas cosas, pero el ambiente sigue siendo el mismo, de alegría y de paz”, mencionó el sanducero.
Una vez a metros de la baranda principal, “la gente se empezó a aburrir porque venían siendo varias horas ahí, encima no tenés donde sentarte. En un día con mucho sol y muy lindo, pero bravo para estar parados desde las 10 de la mañana”, contó.
A segundos de las 13.07 de Uruguay, “en un momento en que la gente quedó en silencio, todos empezaron a mirar hacia la chimenea y a reírse porque había una gaviota alimentando a otra más chiquita. Incluso se lo grabé a mi hija para bromear y cuando corté el video empezó a salir la fumata blanca, sin previo aviso, y fue una locura”, dijo a este medio.
“La gente se fue hacia adelante, se amontonaron y todos felices. Yo había llevado una bandera de Uruguay, que siempre llevo de nuestro país, de Paysandú y de Nacional, y sin saberlo éramos solo dos personas que teníamos banderas de nuestro país. Al toque le empezaron a llegar mensajes a mis familiares y a mi pareja de que me habían visto con la bandera; y también empecé a mensajes de gente felicitándome o preguntándome cómo me sentía. Y es muy raro, porque te das cuenta que estuviste en un momento histórico, único, en el lugar justo, en el momento exacto que fue sin buscarlo, porque yo no fui para eso, pero sí se dio”, precisó Dolce.
En medio de la algarabía con mezcla de emoción, “no pude hacer vivo, solo grabar, porque estaba trancada la conectividad, así que fui documentando todo. Al finalizar todo, después de que se dijera su nombre y el nuevo Papa saliera al balcón, la gente cantaba, bailaba, nos sacamos fotos y hacíamos videos”. En italiano y luego en español, León XIV hizo la bendición La bendición Urbi et Orbi (dirigida a la ciudad de Roma y al mundo entero) y “su mensaje estuvo muy bueno”, comentó el sanducero. “Sabemos que hay distintas facciones dentro de la Iglesia, pero por lo que escuché en el Vaticano, seguiría la misma línea de Francisco”, agregó.
“Fue imponente lo que se vivió porque incluso los medios entrevistaban a quienes estábamos ahí. Me pasó que me hicieron notas como seis medios de todo el mundo, unos de cerca de Ucrania que me vieron preparando el mate y se acercaron a preguntarme qué era y cómo se tomaba. Otros medios incluso me hicieron preguntas más profundas”, dijo.
Al despedirse “con quienes tenía al lado, la mayoría me decían ‘te felicito’ porque es el sentir de que fuimos bendecidos de haber estado ahí, en el momento justo. Es como sentir que te eligieron para estar ahí, es algo muy íntimo y difícil de transmitir, pero sentís que por algo estabas ahí. Y que se sienta que dentro de todo lo que pasa en este mundo, donde se piensa tantas cosas de la Iglesia, el mensaje sigue siendo bueno, de amor, de paz, de conciliación y entendimiento, de solidaridad, de entender al otro… que están bien y está bueno”, dijo Dolce.
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