Editorial de El Telégrafo sobre los temas que más importan en el mundo, Uruguay y Paysandú en particular.

Uruguayos de primera y de segunda
Hace algunos días el país entero fue testigo de la muerte de una bebé de un mes y 23 días que arribó sin vida a la emergencia del Hospital Escuela del Litoral (HEL), luego de que –como informara oportunamente EL TELEGRAFO–, “sobre las 15.21 hs su madre solicitara al 911 el traslado al centro asistencial más cercano a Pueblo Zeballos –a 93 kilómetros de Paysandú–, al constatar que presentaba dificultades para respirar. Ante la urgencia de la situación, le consultaron si había una enfermera o médico en la zona que pudiera ayudarla y la mujer aseguró que no. Ante la distancia del lugar, la Policía confirmó que la ambulancia tendría una demora de unos 20 minutos, mientras se gestionaba el traslado desde Quebracho. Sin embargo, la unidad de aquella ciudad se encontraba cumpliendo un traslado hacia Paysandú.
La Policía gestionó entonces el traslado a través del Hospital Escuela del Litoral, desde donde la operadora indicó el celular del doctor que coordina las ambulancias para los pueblos; sin embargo, llamaron más diez veces a ese número sin obtener resultados, por lo que volvieron a comunicarse con el HEL. En esta oportunidad la operadora brindó el celular de la directora de la Red de Atención Primaria, Paola Sención. Finalmente, ésta coordinó en forma urgente la ambulancia; pero sólo contaba con un chofer, por lo cual fue sin médico ni enfermero para auxiliar a la niña, que se hallaba en estado crítico.
A las 16.12 hs, una ambulancia de ASSE llegó al kilómetro 86 de ruta 26, donde se encontró con el móvil policial que llevaba a la niña y a su madre, y allí fueron trasbordadas al vehículo de Salud Pública. Los efectivos que actuaron en tal circunstancia confirmaron que para ese momento la niña seguía con vida pero con muy bajas palpitaciones.
Ya sobre el ingreso a la ciudad se realizaron cortes de tránsito para facilitar el traslado y a las 16.58 arribó a la emergencia del Hospital Escuela del Litoral. El personal de emergencia realizó maniobras de reanimación que resultaron infructuosas, porque la pequeña habría fallecido unos minutos antes de su arribo a Paysandú. Desde el llamado hasta el arribo a la Emergencia habían transcurrido 1 hora y 37 minutos”.
Más allá de los esfuerzos puntuales que hayan realizado los servidores públicos o privados en este trágico episodio y de la falta de recursos humanos y materiales, falta una coordinación eficaz y de protocolos actualizados que reflejen las necesidades y la problemática de un sistema que obviamente no está dando resultado. Las recientes declaraciones del presidente de ASSE, Leonardo Cipriani, en el sentido que “son realidades que ocurren en el Interior del país y desgraciadamente pueden seguir ocurriendo debido a las distancias”, no puede ni debe ser aceptada por la ciudadanía en general, ni por los usuarios de los servicios públicos y privados de salud y tampoco por el sistema político en general.
La salud de los uruguayos no merece ese tono de resignación y aceptación de las peores prácticas y falencias en materia de servicios de salud, mucho menos cuando proviene de la máxima autoridad del más importante prestador público del país. Lo único que le faltó decir a Cipriani para culminar su triste intervención hubiese sido de decir que “las cosas siempre se hicieron así”, la frase con la cual en diversos ámbitos se justifica la falta de compromiso, de ideas y de voluntad de cambio.
La respuesta a esas declaraciones dada por el diputado colorado Juan Carlos Moreno en la red social X (antes Twitter) reflejan el estado de ánimo de muchos uruguayos: “Tristes declaraciones. No compartimos para nada la respuesta expresada en los medios por el director. Creo está un poco cansado y sobrepasado con la realidad del país y que lleva años de decadencia. Hay mucho por hacer, sin dudas con cabezas centralistas no lo es”. Por su parte, la diputada del Frente Amplio Cecilia Bottino coincidió: “Sos demasiado generoso. Desconoce totalmente nuestra realidad y sin buscar soluciones, se limita a decir que habrá más situaciones así. Cuántas muertes más tendremos que soportar para que se haga cargo de la gestión y tome decisiones”.
Ante esta situación, el diputado Moreno solicitó la comparecencia de Cipriani a la Comisión de Salud de la Cámara de Representantes, ocasión en la cual será interrogado sobre el episodio que le costó la vida a la beba de Pueblo Zeballos, así como sobre el siniestro de tránsito ocurrido hace un par de semanas en camino a Casa Blanca, donde una mujer resultara embestida por un conductor que no le dio asistencia, sino que fue atendida por personas que pasaron por el lugar y trasladada por un patrullero con múltiples lesiones de gravedad e internada posteriormente en el CTI.
Esta comparecencia debe servir para ir “hasta el hueso” y tratar de lograr cambios rápidos, eficientes, eficaces y aplicables a una realidad que los jerarcas capitalinos parecen desconocer mientras toman medidas en sus cómodos despachos, lejos de las penurias que sufren aquellos que les pagan el sueldo con sus impuestos.
Es importante tener en cuenta que, de acuerdo con lo informado por EL TELEGRAFO recientemente, “las instituciones de asistencia médica se rigen por el catálogo de prestaciones del Plan Integral de Atención a la Salud (PIAS) establecido en el Sistema Nacional Integrado de Salud por los decretos 465/008 y 289/009. En el capítulo 7, bajo el título ‘Transporte Sanitario’, resume escuetamente en tres renglones que: ‘Las Instituciones Prestadoras Integrales del Sistema Nacional Integrado de Salud, deben cubrir a sus asociados, afiliados o beneficiarios, los traslados en ambulancia común o especializada de acuerdo a indicación de médicos tratantes, con la anuencia de la Dirección Técnica Institucional”. Los prestadores –públicos y privados– entienden que, amparados en dicho decreto, “no están obligados” a asistir a los siniestros de tránsito o descompensados en la vía pública. Ante esta realidad, los llamados se realizan al 911 y la Policía asiste a la solicitud de “unidad para servicio de ambulancia”.
En este contexto nuestro diario informaba hace unos días sobre una reunión en el Casino de Oficiales de la Jefatura de Policía de Paysandú “entre los prestadores públicos y privados, emergencias móviles, los tres legisladores del departamento, la cúpula policial y representantes de los sindicatos de la salud pública y privada, convocados para analizar el protocolo de respuesta ante siniestros de tránsito o casos de descompensación y muerte, como la lactante de un mes y 23 días que falleciera el martes, en un traslado desde Pueblo Zeballos hasta Paysandú. Los asistentes manifestaron su compromiso para coordinar los tiempos de respuesta y aunar criterios en la atención fuera de los límites de la ciudad”. Esperemos que ese compromiso se traduzca en acciones concretas para el bien de todos los habitantes de nuestro país, y especialmente para aquellos que viven lejos de los más importantes centros poblados, porque no pueden existir ciudadanos de primera y de segunda cuando se trata nada más y nada menos que de la vida humana.