En los últimos meses se ha difundido una publicación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) titulado “Aspiraciones versus realidad: propuestas para reducir la brecha entre las aspiraciones de los jóvenes y las oportunidades del mercado laboral en Uruguay”, cuyos principales aportes compartiremos con nuestros lectores.
Generalidad
“La entrada al mundo del trabajo implica para los jóvenes una serie de decisiones con impactos perdurables que con frecuencia se toman con poca información y orientación. Hacia el final de la adolescencia, las personas enfrentan la compleja decisión sobre si continuar formándose y en qué área, de trabajar o de combinar estudios y trabajo. A pesar de que estas decisiones tienen un impacto perdurable, se basan con frecuencia en información incompleta. Las aspiraciones de los jóvenes juegan un rol clave en sus decisiones educativas y laborales. Aunque no todos los jóvenes van a poder lograr el trabajo que desean, las aspiraciones tienen consecuencias en sus trayectorias educativas y laborales. En particular, las aspiraciones de los jóvenes pueden predecir elecciones profesionales, logros educativos, así como salarios y prestigio ocupacional durante la edad adulta”.
Uruguay
Uruguay se destaca en América Latina y el Caribe (ALC) por poseer un desarrollo humano alto, sin embargo, los desafíos que enfrenta su población joven se presentan como una limitante para que el país pueda crecer sostenidamente en el largo plazo. Mientras la tasa de desempleo para aquellos mayores de 25 años es en Uruguay de 5%, la tasa de desempleo para jóvenes de 15 a 24 años es de 25%, cinco veces mayor. Esto ubica a la brecha entre la tasa de desempleo de los jóvenes y la del resto de la población en 20 puntos porcentuales, por encima del promedio en ALC. A su vez, la tasa de egreso de la educación secundaria es baja y desigual. En Uruguay, 49% de los jóvenes entre 21 y 23 años ha terminado la educación secundaria, mientras que en ALC esta proporción es de 67% y en la (OCDE) es de 86%. La brecha en la tasa de finalización de la educación secundaria entre los quintiles de ingresos bajos y los de ingresos altos, es mayor en Uruguay que en el promedio de la región”.
Realidad
3.1) La entrada al mundo del trabajo implica para los jóvenes una serie de decisiones con impactos perdurables que con frecuencia se toman con poca información y orientación.
“Hacia el final de la adolescencia, las personas enfrentan la compleja decisión de si continuar formándose y en qué área, de trabajar o de combinar estudios y trabajo. A pesar de que estas decisiones tienen un impacto perdurable, se basan con frecuencia en información incompleta. Además, la falta de información (y de mecanismos para contrarrestarla) es más aguda en los jóvenes de niveles socioeconómicos más bajos. El problema no se limita solo a la disponibilidad de información, sino que a menudo está vinculado a la falta de orientación. Esta carencia de guía impide que los jóvenes comprendan y contextualicen adecuadamente la información, lo que a su vez dificulta la toma de decisiones fundamentadas sobre su futuro”.
3.2) La búsqueda laboral para los jóvenes uruguayos es bastante menos exitosa que para los adultos.“Mientras la tasa de desempleo en 2022 para aquellos mayores de 25 años fue de 5%, la tasa de desempleo para jóvenes de 15 a 24 años fue de 25%, cinco veces mayor. Esto ubica a la brecha entre la tasa de desempleo de los jóvenes y la del resto de la población en 20 puntos porcentuales, muy por encima de la brecha de los países de la OCDE y también por encima del promedio en ALC La tasa de informalidad en el tramo etario entre 15 y 24 años es casi el doble que para el resto de los ocupados entre 25 y 64 años. En 2021 la tasa de informalidad de los jóvenes fue de 38% mientras que para los mayores de 25 se ubicó en torno a 21%.
3.3) El primer empleo de una persona puede determinar la trayectoria laboral futura.
“La primera experiencia laboral de los jóvenes pueden tener efectos permanentes. Por ejemplo, las personas que ingresan al mercado laboral en una recesión experimentan en promedio menores ingresos por 10 a 15 años. (…) En Uruguay la mayoría de los jóvenes (77%) consigue su primer empleo antes de cumplir los 20 años, 69% lo hace entre los 15 y 19 años y la tasa de informalidad para este tramo etario ronda el 60% en los últimos años@.
La crisis sanitaria y económica desatada por la pandemia del COVID-19 agudizó esta problemática.
“La pandemia afectó en mayor medida a los jóvenes en cuanto al mercado laboral. La tasa de empleo de los menores de 25 años se redujo casi 4 puntos porcentuales entre febrero 2020 y febrero 2021 (hasta 27%), mientras que la reducción entre los mayores de 25 años fue de 1 punto porcentual (hasta 62%). Los jóvenes en situación de vulnerabilidad corren en el presente un alto riesgo de inactividad y exclusión a largo plazo dado que la inactividad de los jóvenes puede tener efectos permanente (llamados scarring effects en inglés) en sus trayectorias laborales futuras puesto que el mercado interpreta la inactividad como señal de baja productividad, bajando los salarios”.
Dr. Rodrigo Deleón