
La Cámara Uruguaya de Turismo (CamTur) recibió a pocos días de su asunción a las nuevas autoridades del Ministerio de Turismo, a quienes presentaron un informe en el que se muestra el potencial del sector y se plantea un plan de acción para concretar su desarrollo. “No podemos esperar que a Argentina le vaya bien para que le vaya bien al turismo: hay que crecer por mérito propio”, es uno de los conceptos que se plantea en la exposición, realizada por el Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres). Esta afirmación tiene que ver con el escenario que plantea en el diagnóstico de la situación actual, en el que mejoró la brecha de precios con Argentina y crecieron los salarios en dólares de los argentinos. “En enero, viajaron al exterior casi la misma cantidad de argentinos que en enero 2018, y gastaron casi lo mismo en dólares corrientes. Se elimina el Impuesto País y altos precios en Miami”, pero a la vez Brasil es más atractivo para los argentinos y Uruguay sigue teniendo problemas de competitividad con respecto al resto del mundo “y sobre todo brasileros”. Al mismo tiempo hay un crecimiento de la masa salarial local, lo que redunda en más gasto interno, y a la vez que bajan los viajes a la Argentina, crecen con destino a Brasil.
ECONOMÍA
El informe plantea también la incidencia del sector Turismo en la economía nacional, en la que participa con 1% de la producción de comercio, 25% de la producción de comida y bebida, 95% de la producción de alojamientos, 45% de la producción de transporte terrestre, 88% de la producción de transporte aéreo y por agua. En Uruguay hay más de 25.000 empresas en sectores vinculados al turismo (al 2022), esto es el 12,2% del total, de acuerdo al informe y cuentan con 104.000 trabajadores cotizantes a la seguridad social, tiene una incidencia equivalente al 5,5% del PBI.
En pago de salarios genera U$S 1.300 millones al año y otros U$S 450 millones en aporte impositivo directo, cifra que se eleva a U$S 790 millones si se consideran impuestos indirectos.
PRESUPUESTO
Según el informe de Ceres y CamTur, el Ministerio de Turismo está entre las dependencias del Estado con menor asignación presupuestal; de hecho, con 15,7 millones de dólares, el 0,08%, está solo por encima de Inumet (8,8 millones, 0,04%), el Tribunal de lo Contencioso Administrativo (7,9 y 0,04%) y la Junta de transparencia y ética pública, Jutep (1,5 y 0,01%).
Sumado a ello, el presupuesto ejecutado por el MinTur “cae año a año desde 2013, en términos reales. En 2024 fue 35% menor que 2011 y cayó a la mitad como proporción del total del Presupuesto Nacional, al pasar del 0,17% en 2011 al 0,08% en 2024”.
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El planteo central de la Cámara consiste en mostrar cómo el Turismo podría ser un motor de desarrollo para el país, alineándose con el discurso de asunción del actual ministro Pablo Menoni, quien afirmara que “el Turismo podría llegar a ser el área que le dé al país esos puntos de crecimiento (económico) que estamos esperando”. Según el estudio presentado, “si el turismo volviera a ser el 8,4% del PBI como en 2017 (en 2024 fue 5,8%)”, generaría adicionalmente un crecimiento de 2,8% del PBI, un incremento de recaudación por impuestos de 142 millones de dólares más otros 66 millones en impuestos indirectos, y un crecimiento en el empleo del orden de los 18 mil cotizantes.
En cuanto a las herramientas para lograrlo, el informe plantea en una de sus páginas algunos beneficios con los que cuentan otros sectores exitosos de la economía, como el Forestal, las Tecnologías de la Información (TIC) y el Audiovisual. Al respecto comentan que “Turismo tiene exoneraciones parciales por subsectores dependiendo de la época del año, pero no suficientes para el despegue: no tiene IVA tasa 0 por ley para la exportación de todos los servicios turísticos todo el año. Las exoneraciones actuales se renuevan periódicamente”. Además, “no tiene Zona Franca ni apoyo especial a establecimientos u operadores”. No cuenta con un “marco fiscal de empleo favorable en comparativa con los casos de éxito” y no dispone de “fondo de promoción e incentivos del orden de los casos de éxito”.
INVERSIÓN
De allí el planteo de hacer un ejercicio hipotético, en el que se toma como ejemplo un “estándar privado”, en el que “se suele invertir en marketing entre el 3 y 5% de los ingresos. Desde el punto de vista estatal, los ingresos son los impuestos. Entre impuestos directos e indirectos, se estima se recaudarán U$S 900 millones por impuestos por turismo en 2025”. Destinar este porcentaje de la recaudación “implicaría invertir en promoción entre U$S 27 millones y U$S 45 millones”, mientras que “hoy se invierte alrededor de U$S 8 millones”.
En concreto indican que se necesita más inversión en promoción internacional, obras de infraestructura, mejorar procesos de frontera, volver al turismo una prioridad en la agenda diplomática, política de inteligencia turística con más y mejores datos y plan de incentivos para incrementar conectividad. Asimismo entienden que el turismo “debe declararse sector estratégico para el crecimiento” por el impacto en el empleo, por su efecto descentralizador y “por ser uno de los pocos sectores con potencial de generar un crecimiento significativo en la economía”.
MEDIDAS
Enumera además una serie de acciones que se deberían adoptar para mejorar rentabilidad, abaratar el destino y allanar camino para la inversión. Por ejemplo menciona la implementación del IVA tasa 0 a no residentes “en todos los servicios turísticos de forma permanente, dado que “hoy es la única industria exportadora que paga IVA”. Del mismo modo sugieren aplicar las mismas políticas (políticas laborales, exoneraciones impositivas) que en los otros sectores mencionados, en el turismo; facilitar el acceso a créditos a tasas bajas por parte del BROU a las PyME y rebajas focalizadas de tarifas públicas (UTE, OSE) a empresas de sectores estratégicos.
Proponen un plan estratégico que contemple, por ejemplo, incentivos para mejorar la conectividad con “premios” a las aerolíneas; incentivos al turismo interno y una Zona Franca para proyectos turísticos especiales (como parques de entretenimiento, wellness –bienestar integral– u otros relevantes para el desarrollo del destino).