
La hiperplasia benigna de la próstata (HBP) consiste en un aumento de tamaño de la glándula prostática que produce dificultad para orinar. Es muy frecuente en hombres mayores de 50 años. Tiene una prevalencia probada mediante autopsia que comienza entre los 40 y los 45 años, alcanza el 60% a los 60 y el 80% a los 80 años. Es una enfermedad crónica que deteriora la calidad de vida.
Un 25% de paciente con HBP deberán ser operados. Es la causa más común de obstrucción urinaria en el hombre. El tamaño de la próstata no siempre determina la severidad de la obstrucción. La HBP no guarda relación con el cáncer de próstata.
Síntomas
Necesidad de orinar con urgencia.
Nicturia (orinar frecuente por la noche).
Dificultad para comenzar a orinar.
Flujo de orina débil, que se detiene.
Goteo después de orinar.
Imposibilidad de vaciar la vejiga por completo.
Factores de riesgo
Los más probados son el envejecimiento y cambios en los niveles de hormonas. Otros factores son: estilo de vida, obesidad, diabetes y predisposición familiar. El ejercicio puede reducir el riesgo de HBP.
Complicaciones
Retención aguda de orina que hace necesario colocar una sonda en la vejiga.
Infección urinaria: La incapacidad para vaciar completamente la vejiga puede aumentar el riesgo de infección.
Cálculos en la vejiga por vaciado incompleto.
Daño en la vejiga, se compromete la capa muscular de la vejiga y no se contrae correctamente.
Insuficiencia renal debida a la obstrucción urinaria mantenida.
Hematuria (sangrado urinario).
Diagnóstico
Historia clínica orientada a síntomas urológicos.
La Escala Internacional de Síntomas Prostáticos (IPSS) que evalúa la frecuencia, la nicturia, el chorro urinario débil, la dificultad para iniciar la micción, la intermitencia, el vaciado incompleto y la urgencia miccional es útil para cuantificar y monitorizar los síntomas de la HBP.
Tacto rectal
Evaluación paraclínica completa con estudio de función renal, análisis de orina y estudio del PSA en sangre.
Ecografia de aparato urinario, con residuo posmiccional.
Estudio de flujo urinario, valora grado de obstrucción.
Tratamiento
Depende de la intensidad de los síntomas, del riesgo de complicaciones, grado de obstrucción y compromiso en la calidad de vida del paciente.
Se basa en: tratamiento higiénico, dietético, limitar cafeína, alcohol y picantes. Fortalecer piso pélvico.
Farmacológico: en casos de HBP severa, tratamiento quirúrgico o láser.
En suma: el control de la salud prostática se debe iniciar a partir de los 50 años. Se debe derivar a urólogo: hematuria, síntomas o dolor intensos, menores de 45 años, PSA anormal, dolor al orinar (disuria), vejiga palpable o retención urinaria, incontinencia o enfermedad neurológica con incidencia conocida de síntomas del tracto urinario inferior; sospecha de otra enfermedad urológica.